Capítulo XXIV: Tristezas

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...Lucas....

Llegué a casa y subí a la habitación de Daniel. 

Le coloqué su pijama y lo acosté en su cama, tal vez luego se despierte a comer.

Entré en mi habitación, me di un buen baño, me puse una camisa blanca y una pantaloneta negra. Encendí mi laptop y me puse hacer una tarea de historia que tenía pendiente, al cabo de media hora Daniel toca la puerta de mi cuarto.

-¿qué pasa enano?-lo miro-¿terminaste de dormir?

-tengo hambre-me dijo tras dar un bostezo-

-¿te duchaste?-le pregunto-

-aún no-pasa la mano por sus ojos-

-ve a ducharte-señalé hacia su habitación-yo voy a cocinar

-está bien-me sonríe y luego se va-

Cierro la laptop y bajo a la cocina.

Saqué algunos fideos y condimentos pero luego los volví a guardar, necesito algo que me suba el ánimo así que mejor preparo unas hamburguesas, sé que Daniel estará feliz.

Enciendo la radio de la sala y me puse hacer nuestra para nada nutritiva merienda.

-¡Lucas!-escuché la voz de Daniel-

-en la cocina enano-le grité-

Escuché sus pasos hasta que entró y se sentó en uno de los bancos del mesón.

-¿qué harás de comida?-me preguntó-

-hecha un vistazo-le dije-

Se asomó por encima del mesón y una sonrisa se formó en su rostro dejando ver sus pequeños houyelos.

-¡Hamburguesa!

-así es enano-reí-cálmate

-¿y si mamá nos castiga?-me pregunta con el ceño fruncido-

-no hará nada-le sonrío-anda y saca los platos

-está bien-arruga la nariz con una sonrisita-

Mientras comíamos escuché la puerta abrirse, asumo que mamá ya llegó.

-Hola niños-nos dice al entrar a la cocina-

-Hola mami-le dice Daniel-

Yo solo la miro e inclino la cabeza en forma de saludo.

-¿eso es...-ella entrecierra los ojos-...hamburguesa?

-sí-respondo-

-eso no es una merienda, Lucas-me reprime-no al menos entre semana

-yo soy el que cocino-la miré con cierta molestia-y sólo ha sido una vez, no exageres mamá

-no retes a Lucas-le dijo Daniel sonando demasiado serio-no puedes hacer eso

-está bien, niños-mamá suspiró-pero...-me miró- debo hablar contigo, hijo

-okay...

-Daniel, sube a tu habitación por favor-le ordenó mamá-

-no quiero-se cruzó de brazos-quiero ir con Lucas

Sonreí y luego miré a mi hermanito.

-Dani creo que ya están dando tu programa-le dije-¿por qué no vas a ver enano?

-¡es cierto!-me sonrió y corrió a su habitación-

-Vaya...-ella volvió a suspirar-me impresiona cuanto conoces a Daniel

La chica de cristalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora