Capítulo XVI: Mi ángel

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...Alexa...

No voy a decir ni hacer nada con respecto a lo que acaba de suceder.

Lucas a pesar de todo lo mal como lo he tratado y aún sabiendo que muchas veces ni siquiera quiero escucharlo me dio su ayuda en el momento en que más lo necesitaba. Aún no me creo que haya caído tan bajo, es decir, no quiero admitir que estoy mal, no me hace falta, no necesito eso ahora, no pienso volver a lo de antes, no voy a permitirme llorar todas las noches otra vez, no más malditos intentos de suicidios de nuevo.

Necesito a Lucas, aunque solo sea hoy, aunque sea por este momento, lo necesito.

Dejé de llorar después de bastantes intentos. Traté de respirar más calmadamente y dejar mi mente en blanco.

-¿quieres un vaso con agua?-me preguntó-

-por favor-asentí sin mirarlo-

Lucas buscó la cocina y yo me quedé en sentada en el sillón.

Desearía anular de mi cabeza la palabra "hermano", no puedo ni siquiera pensar en eso. Yo no tuve nada pero él se crió con Scott, y por favor, el bastardo de papá lo que más tiene es dinero. Y ya sé que el dinero no compra la felicidad pero al menos ese chico no tuvo que dormir en las calles, o robar para comer, él no tuvo que soportar noches de frío e insultos de otras personas, puede ser que su vida tampoco haya sido perfecta pero no creo que haya sido peor que la mía.

-ten-Lucas se volvió a sentar y me dio el vaso con agua-

-gracias-susurré-

-¿te sientes mejor?-me dijo-

-ni apenas-contesté sincera-

-¿quieres hablar?-volvió a preguntar-

-no...-tomé un sorbo de agua-

-¿sabes?...-lo miré-cuando tenía 7 años me gustaba jugar en el jardín de mi casa y un día encontré un caracol, me lo puse en la mano y recuerdo que se sentía todo babosito-él sonrió y negó con la cabeza-me asusté y lo tiré, el pobre casi se muere y yo me puse a llorar

-¿enserio?-reí un poco-¿lloraste?

-sí-rió-mamá me decía que era muy sensible de niño

-vaya-hice una mueca-¿por qué me dices eso?

-te reíste ¿no?-me miró de una forma muy dulce-si no quieres hablar ahora al menos haré que te olvides de lo que te sucede

-que dulce-me dije-

-¿mande?-me miró atentamente-

-nada-negué con la cabeza-¿alguna otra anécdota interesante?

-déjame pensar-mordió delicadamente su labio inferior-

Viéndolo detenidamente, Lucas es realmente atractivo.

Es bastante alto, con un cabello lacio y verdaderamente negro que suele caer de manera muy provocativa sobre su rostro, tiene unos lindos y tranquilizantes ojos café claro, su color de piel es clara lo cuál resalta sus labios rosados y el rubor que se forma de vez en cuando en sus mejillas. Además, posee un cuerpo atlético, brazos marcados pero no demasiado y por alguna razón me he fijado en lo bien que se lo ve de espaldas.

¿Alto?...¿yo estoy pensando eso?...bueno, basta Alexa. Fuera pensamientos en cuanto a Lucas, no hay nada que pensar en cuanto a él, es solo un chico, un chico lindo que me está ayudando aunque también es algo insoportable a veces.

-¿por qué me miras así?-me dice sacándome de mis pensamientos-

-no te estoy mirando-respondí-

-lo estabas haciendo hace un segundo-replicó-

-estas soñando Blake-miré hacia mis manos y luego a él-

Él entrecerró los ojos y luego inclinó la cabeza.

-diré que te creo-me dijo al fin-porque sino pensaré que al menos te atraigo un poquito

-ni loca-rodé los ojos-

-eso ya lo sé-hizo una mueca-suelo ser optimista

-no creo que te sirva-le dije-

-paciencia mi chica impulsiva-rió-al menos somos amigos ahora ¿cierto Alexa?

-tal vez-fruncí el ceño-no me pidas mucho

-con eso me basta-sonrió-¿me dirás por qué llorabas?-preguntó casi en un susurro-

Lo miré un instante pero no respondí. No sé si quiero contarle, no sé si es buena idea, eso sería dejarme muy vulnerable y ya no puedo darme ese lujo.

-no lo sé-le dije simple-

-¿problemas en el colegio?-intentó adivinar-

-ni que me importara eso-bufé-

-¿amigos?-volvió a intentar-

-¿que amigos?-alcé una ceja-

-¿novio?-dijo algo preocupado-

-no tengo tiempo para esas cursilerías-respondí-

-¿familia?-volvió a preguntar-

-no tengo familia-respondí fría-

Se quedó callado un instante y luego suspiró pesadamente.

-¿puedo preguntar dónde están tus padres?-se arriesgó a decir-

-mi madre murió-le dije-

Y esas tres simples y estúpidas palabras me oprimieron el pecho y volvieron a romper mi ya muy golpeado corazón. Nunca lo había vuelto a decir así, aún es doloroso, aún lo recuerdo, aún la extraño.

-lo lamento-susurró-no debo preguntar tanto

-da igual-me encogí de hombros-

A los dos segundos ya tenía a Lucas dándome un abrazo.

Rayos que se sentía tan bien sentirlo cerca, su calor era totalmente tranquilizante y su olor cautivador, olía a él, a Lucas.

-si quieres un amigo al cual acudir siempre me tienes a mí-me dijo-si quieres un hermanito dulce te puedo prestar a Daniel, si quieres un amigo que te haga reír, Adrián es buena opción y si quieres consejos de chicas yo puedo hablar con Kiara o otra amiga que tenemos en común, nosotros vamos a ser tu familia

Solo lo abracé con más fuerza y no respondí.

Estoy en blanco así que no sé que decirle.

-hasta los demonios con sus sombras más tenebrosas tienen un ángel que les brinda luz y construye sus caminos, si tu no puedes volar yo te doy mis alas-susurró despacio y en voz baja-

Jamás dejaría que él hiciera eso.

Su sonrisa es lo único que me queda ahora.

Aunque tal vez mañana no quiera verlo de nuevo.

Necesitas tus alas pequeño risueño.

La chica de cristalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora