Capítulo XXXI: No importa

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...Alexa...

Salimos del sótano y James nos dirigió hacia el garaje.

-iremos en mi auto-nos dijo-

Y vaya auto, era un lujoso y caro ferrari 458 color rojo.

-que auto-le dije-

-regalo de cumpleaños-hizo una mueca-

-me gustaba más el otro-susurró Brianna-

-lo sé, pequeña-él sonrió-

-yo iré mi auto-nos dijo Sebastián-

-así iremos más cómodos-reí-

-más vale que llegues-le dijo James-o Brianna ganará

-ni lo sueñes-bufó Sebastián y fue por su auto-

-¿puedo ir adelante?-le pregunté a James-

-claro-respondió-Brianna siempre prefiere ir atrás

Nos subimos al auto y nos pasamos charlando un rato.

-Brianna debes ganarle al teñidito de Brooks-le dijo James-

-no sé si pueda-se encogió en el asiento-creo que hablé de más

-no puedes arrepentirte ahora-la miré-

-exacto-le dijo James-todo o nada

-¿puedo decir nada?-le preguntó esta tímida-

-no-él negó con la cabeza-

-ok-Brianna suspiró-

-será fácil-me recosté en el asiento-ya verás, Sebastián es un asco trabajando para ganar

-bueno...-nos dijo James-mejor ya hablemos de otra cosa para relajarnos

-me parece-miré por la ventana-

-¿qué onda contigo y Max, Brianna?-le preguntó James-¿ya son novios?

-¡Que no es mi novio!-se sonrojó-

-yo creía que sí-opiné-

-es mi mejor amigo-volvió a decir ella-

-¿no tienes novio, entonces?-la miró por el retrovisor-

-no-dijo Brianna-

-¿y esa tal Lucas?-James levantó una ceja-

-¿Cómo que Lucas?-volteé a verla-

-es solo mi amigo-me dijo ella algo asustada-

-ooh...-James rió-lo siento, con que es tu novio, Kate

-¡No!-le dije-

-sí, claro-sonrió-entonces no hubieses reaccionado así

-fue solo una reacción-me crucé de brazos-

-James es un molestoso-Brianna se quejó-

-me di cuenta-dije-¿y tú? ¿tienes novia pelirrojo?

-no-rió-deja mi cabello en paz

-¿quién se lo tiñe de rojo?-susurró Brianna-

-¿lo prefieres verde?-preguntó James-

-el rojo te queda-le dije-

-gracias-sonrió-

James aceleró un poco y al cabo de una media hora llegamos a un lindo prado alejado de la ciudad.

-aquí es-nos dijo-

Bajamos del auto y al poco rato también llegó Sebastián.

-terminemos esto rápido-nos dijo-

La chica de cristalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora