...Lucas...
Dan se estacionó fuera de casa, bajé del auto, abrí la puerta de atrás y cogí a Daniel en brazos puesto que estaba tan dormido que hasta pena me daba levantar a ese enano. Dan bajó también y me quedó mirando un rato, a mí y Daniel.
-hijos...-llamó nuestra atención-cuídense ¿sí?
-lo haremos-le dije-hmm...tú igual
-¿los veré de nuevo?-me preguntó-
-pues...si, supongo-respondí-debemos hacer la casa del árbol para Daniel
Dan sonrió y asintió despacio, se metió en su auto y se fue.
Entré a casa, subí las escaleras, dejé a Daniel es su cama y me metí al baño a darme una ducha, tengo muchas cosas que pensar. Abrí la regadera y dejé que el agua corriera, cerré los ojos y al poco rato sentí mi cabello encima de mi frente. Mejor así.
¿Será que Dan habrá cambiado realmente?
Él no siempre fue ese monstruo en el que se convirtió cuando tenía doce, él era un buen hombre antes de que comenzara a tomar y arruinar su vida y la nuestra. Antes, Dan jugaba conmigo, me llevaba al parque a jugar futbol, a nuestra casa del árbol, a carreras y siempre me consentía todo, era el mejor padre del mundo, o al menos eso pensaba yo, Dan era mi héroe, era mi ejemplo a seguir, era mi padre, por eso cuando cambió tan drásticamente debido a sus amigos y el trabajo, por primera vez en la vida sentí lo que era la decepción. Nunca entendí como fue que cambió tanto, como empezó a gritar, maldecir, agredir; el vicio te consume por eso, jamás me acercaría a eso que transformó tanto todo lo que creía era bueno.
Salí de la ducha, me puse mi ropa para dormir puesto que ya no haría nada más, entonces miré mi celular que estaba vibrando, lo revisé y era el recordatorio de que hoy tenía que ir al cine con Alexa.
-rayos-me dije-¿cómo lo olvidé?
Por las mismas me volví a cambiar, peinar, coger mis cosas y bajar a asegurarme que mamá ya haya llegado porque no puedo dejar solo al enano.
Cuando iba bajando las escaleras, mamá venía llegando.
-¡Mamá!-le dije enseguida-
-¿qué ocurre, Lucas?-me miró extrañada-Hola
-debo salir ahora-miré mi reloj-Daniel está durmiendo en su habitación, los trastes quedaron sucios pero de regreso los lavo, hay comida para calentar y...vuelvo temprano, no sé qué tanto, adiós, te quiero
Estaba a punto de salir por la puerta cuando sentí un tirón en mi oreja derecha.
-¡auch!-me solté-¿qué?
-¿desde cuándo te mandas solo Damián Blake?-ella levantó una ceja-
-me llamo Lucas-le dije haciendo una mueca disconforme-¡tengo que salir!
-no me pediste permiso-se cruzó de brazos-
-lo siento-susurré-mamá, por favor déjame ir
-¿dónde vas?-me preguntó-
-al cine-respondí-con Alexa
-¿enserio?-mamá sonrió-
-Sí-bajé la mirada-¿puedo?
-ok-ella suspiró-solo no llegues muy tarde
-¡gracias, mamá!-le di un abrazo-ya vuelvo
Ella me sonrió y besó mi frente.
Salí de casa y crucé la calle, me planté frente a la puerta de Alexa, toqué el timbre y esperé un poco. Después de bastante rato y de tocar el timbre ella salió.
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La chica de cristal
Ficção AdolescenteA veces perdemos el rumbo, quedamos confundidos y perdidos. Olvidamos quienes somos y de donde partimos. Nos tiramos al camino de la vida sin saber si quiera a donde parar. Y es cuando encontramos junto a quien caminar. Alexa deberá aprender que la...