Capítulo XCIII: En el hospital

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...Alexa...

Pasaron alrededor de cinco minutos y seguíamos internados en el bosque.

James corría a mi lado, Brianna nos guiaba, era urgente salir de allí pero si nos desesperábamos era posible que nos descubrieran. Como si fuera poco, el dolor en mi brazo me mataba y ver mi sangre no era nada reconfortante, tenía que distraerme en algo y lo primero que se me vino a la cabeza fue lo más tonto del mundo.

-¿Qué hora es?-pregunté sin más-

James me miró confundido y seguido rió con dulzura.

-¿es enserio?-cuestionó burlón-

-sí-asentí-muy enserio

-no puedo creer que me preguntes la hora en esta situación-me dice con una sonrisa-

-hmm...-hice una mueca-solo quería saber si ya es de madrugada

Él sonrió nuevamente, se sacó el celular del bolsillo, lo revisó con un vistazo y lo guardó de vuelta.

-dos y dieciséis de la madruga-me respondió-

-está bien-le quité importancia-

-eh, chicos-Brianna llamó nuestra atención-veo el auto

-¿auto?-arqueé una ceja-

-mi plan de escape-explicó James-ya sabes

-sí, claro-negué con la cabeza-que casual

-no podía esperarse menos de James Hall-dijo Brianna tras reír ante mi comentario-

Unos minutos después por fin alcanzamos el auto, James sacó las llaves y quitó el seguro, subimos y arrancó enseguida.

-¿no que no había que llamar la atención?-lo miré-

-ya-se encongió de hombros-llevo prisa

Dicho eso, James apretó a fondo el acelerador y salimos disparados lejos de ese lugar. No paso mucho tiempo cuando ya habíamos salido del bosque y llegado a la carretera; creo que ahora puedo respirar un poco más tranquila.

-¡espera!-volví a alarmarme-¿Nicholas y Freddy?

-tranquila-Brianna me sonrió-ellos ya salieron

-claro, claro-palmeé mi frente-se llevaron a Max

-estás muy alterada-me dijo James-

-¿cómo no estarlo?-fruncí el ceño-

-¿no quieres que te deje casa?-me preguntó-podemos desviarnos un momento después de revisar tu herida

-¿dónde van ustedes?-arqueé una ceja-

-al hospital-me contó Brianna-todos están allá

-yo voy-dije con firmeza-luego me iré a casa

-como digas...

Fue un largo camino al hospital, en especial porque no sabía a cuál íbamos, no quería dormirme porque me daba miedo que James también lo hiciera ya que olvidé sentarme en el copiloto para irlo molestando, me vine al asiento trasero con Brianna, quien si se estaba durmiendo. Aunque agradezco me haya vendado el brazo (cerca del hombro) con una camisa vieja.

-eh-le susurré-no te duermas, Brianna

-hmm..-murmuró-sólo un poco, Max

Negué con la cabeza y sonreí, vaya que le hace falta.

-no soy Max-le dije-pero ya que, duérmete

Y supongo que luego de eso yo no aguanté mucho porque no me acuerdo de nada.

La chica de cristalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora