Capítulo XXV: ¿Ángel?

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...Alexa...

James es increíble, absolutamente un chico genial.

¿Cómo no supe de él antes? de seguro sería el mejor hermano mayor de todos.

Cuando lo vi tan seguro, tan original, tan amable y dulce sentía ganas de ir corriendo a abrazarlo para no soltarlo jamás. No me puedo creer que alguien como él sea hijo de alguien como Scott, si no lo supiera diría que no somos familia. Estuve tentada a ir hacia él y hablarle pero ¿qué le diría?, no podía ir y decirle "Hola, me llamo Alexa Hall y soy tu hermana", es ridículo en cien aspectos diferentes. 

Pero, cuanta falta me hace una familia, desde que me enteré de la existencia de James he estado mal, intranquila e incluso triste, es decir, de no tener a nadie a tener un hermano del que no sabías ni su nombre...es un shock tremendo. Desearía poder realmente verlo como un hermano aunque a fin de cuentas no conozco a James y él no me conoce a mí. 

Además no me acerqué a él porque estaba muy ocupado con Max y Brianna, no me imagina que les conociera tanto y mucho peor que fuera tan unido a ellos así que decidí no estorbar y después de las presentaciones y todo, me fui a casa.

🍁🍁🍁

Al día siguiente me fui al colegio y como de costumbre llegaba tarde.

Entré en el salón y fui directo a mi asiento.

-¡No me importa!-escuché un grito-

El que gritaba era Lucas, estaba discutiendo con su amigo, ¿cómo se llamaba?
Cierto, Adrián.

Se veía muy alterado y molesto pero mucho más que eso, se veía asustado, aunque no entiendo por qué. En realidad ni siquiera entiendo por qué me preocupo por él pero, cuando Lucas tiró su maleta al piso y salió del salón me sentí mal por él. Ese chico que ahora parece no querer saber nada del mundo siempre es feliz, siempre está alegre, alocado, siempre es amable y dulce, alguien como él no debería ponerse así, creo que no lo merece, es decir, ¿Qué le ha hecho Lucas a la vida?

Yo me he preguntado eso desde que murió mamá, ¿Qué le hice yo a la vida para que me tratase como basura? aún no encuentro una respuesta para ello, pero supongo que el simple hecho de haber nacido ya era bastante malo, nunca le he hecho falta a nadie, tal vez por eso ahora estoy como estoy.

Me coloqué los audífonos y salí del salón como si nada, le di una vuelta al cole para ver si encontraba a Blake y cuando iba a regresar al salón lo vi, estaba en una de las escaleras que van al segundo piso, estaba sentado, llorando. Lucas tenía las manos en su rostro y podía escuchar sus sollozos, por alguna razón dolía verlo así, no entiendo quién podría hacerle estar así a él, sinceramente yo que creí que los ángeles no lloraban.

 Después de esto debo ir al psiquiatra.

-¿Lucas?-me acerqué a él-

Él levantó la mirada y abrió sus ojos, desvió la mirada y secó sus lágrimas enseguida.

-¿Qué haces aquí?-me preguntó mientras aún secaba sus lágrimas-

-pasaba-mentí-¿qué te ocurre?

-nada-me sonrió-

-no seas falso-me senté a su lado-

-no lo soy-frunció el ceño-

-entonces no digas que no tienes nada-lo miré-

-estoy bien-suspiró-

-¿por qué llorabas?-insistí-

-debo irme-se levantó-tenemos clases

Este es más necio y cerrado que yo.

-¿sabes?-le dije-descubrí que tengo un hermano

La chica de cristalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora