Aisha pensó que Birsha tenía razón, que no era suficiente para él. Después de todo, para Aisha, Birsha era bonita, inteligente, divertida, y tenía un cuerpo increíble. Aisha sintió que nunca sería capaz de estar con alguien como él...
—¡Agh! ¿Dónde está Aisha? No está en ningún lado —pensó Dalia mientras se dirigía al baño en busca de ella—. ¡Aisha, ¿estás aquí?!
—Sniff sniff— se escuchó desde uno de los baños.
—¿Aisha? ¿Eres tú? —preguntó Dalia, preocupada.
—Dalia... —respondió Aisha entre sollozos mientras salía del baño y se abrazaba a ella—.
—¿Qué pasa? ¿Estás bien? —preguntó Dalia, notando que Aisha había estado llorando.
—Dalia... Birsha está enamorada de él, y él de ella. Ellos van a tener una cita... —dijo Aisha entre lágrimas.
—Aisha... No puedes hacer nada. Él no sabe nada de ti ni de tus sentimientos. Ustedes dos no son nada, solo dos desconocidos. Sabes que no podemos hacer nada al respecto. Y, sinceramente, él ni merece tus lágrimas.
—Dalia, me gusta, pero él no sabe de mí... —murmuró Aisha, llorando aún más.
Pasaron días y semanas, y Aisha no se atrevía a hablarle. Hasta que un día...
—Dalia, ¡hoy es el día! ¡Le voy a hablar! —dijo Aisha, llena de entusiasmo.
—¿¡En serio!? ¡Wow! ¡Yo quiero ver esto! —respondió Dalia emocionada.
—Allá voy... —dijo Aisha nerviosa, respirando profundamente.
—Ho-hola —saludó Aisha, extendiendo su mano con una sonrisa temblorosa.
—Mmm... ¿eh, hola? —respondió Oroitz, extendiendo su mano también.
—Eh... ¿cómo estás? —preguntó Aisha, forzando una sonrisa.
—Mmm, bien. ¿Y tú? —respondió Oroitz.
—Sí, también... Eh... ¿cómo te llamas? —preguntó Aisha, nerviosa pero sonriente.
—Ah, sí. Me llamo Oroitz, ¿y tú? —respondió él, sonriente.
—Ah, soy Aisha —respondió ella, aún nerviosa pero contenta.
—Lindo... Mmm, bueno... ¿qué querías? —preguntó Oroitz, curioso.
—Ah, pues nada, solo quería saber cómo te llamabas... Jejeje —respondió Aisha, sintiéndose algo tonta pero feliz de haberlo hecho.
—Ah... ¿Tú no eres amiga de Birsha? —preguntó Oroitz.
—Eh, sí... Bueno, un poquito. Es que nos peleamos —respondió Aisha, algo incómoda.
—Ah, ok... Bueno, adiós —dijo Oroitz, comenzando a alejarse.
—¡Sí, adiós! —respondió Aisha, sonriendo con una mezcla de nervios y felicidad. ¡Es tan lindo! pensó.
Oroitz... su nombre era perfecto para el chico que Aisha había estado esperando.
—¡AAAAAH! ¡LO LOGRASTE! —gritó Dalia, saltando de emoción.
—¡SÍII, LO LOGRÉ! —respondió Aisha, igual de emocionada.
—¡Esto hay que celebrarlo! ¿Qué quieres comer? ¿Papitas o galletas? —preguntó Dalia.
—¡Jajaja, vamos! —respondió Aisha, riendo mientras se alejaban.
Con Birsha...
—¡Ugh, esta estúpida! ¡AAAH! ¿Cómo la odio? —gritaba Birsha, furiosa.
A pesar de todo, Birsha y Oroitz se volvieron muy unidos...
Continuará...

ESTÁS LEYENDO
Flores Moradas
Teenfikcecada momento, en cada persona los recuerdos no salen de la mente