La puerta se abrió lentamente, revelando la figura imponente de Emmett en el umbral. Sus ojos, llenos de preocupación y ternura, se fijaron en los míos al instante. Podía ver el conflicto en su rostro, la mezcla de desesperación por estar conmigo y el temor de no saber qué hacer.
—Roxy... —su voz era un susurro lleno de emoción contenida.
Rosalie le dirigió una mirada significativa, como si le recordara la importancia de ser delicado en ese momento. Sin decir una palabra, ella salió de la habitación, dejándonos a Emmett y a mí solos.
Emmett dio un paso hacia adelante, vacilante, como si temiera romperme con solo acercarse demasiado. Su mirada recorrió la habitación y luego se posó en mí, sus ojos llenos de una mezcla de angustia y amor.
—¿Estás bien? —preguntó, su voz cargada de una suave desesperación.
—No —respondí honestamente, mi voz temblorosa—. Pero estoy aquí.
Emmett se acercó lentamente y se arrodilló frente a mí. Tomó mis manos entre las suyas con una suavidad que me sorprendió. Pude ver en sus ojos que aunque no sabía exactamente lo que había pasado, asumía lo peor y su corazón estaba roto por mi dolor.
—Roxy, no tienes que decirme nada si no quieres —dijo, su voz llena de una ternura desgarradora—. Solo quiero que sepas que estoy aquí para ti, pase lo que pase.
Mis lágrimas empezaron a caer de nuevo, pero esta vez no eran solo de dolor, sino también de alivio. Tal vez no estaba tan sola como lo pensaba.
—Emmett, yo... —traté de hablar, pero las palabras se atascaron en mi garganta.
—Shh —me interrumpió suavemente—. No tienes que hablar ahora. Solo quiero que sepas que te quiero y que siempre estaré aquí para ti, sin importar lo que pase. Te prometo que no te dejaré sola en esto. Nunca te dejaré sola.
Antes de poder detenerme, me lancé a los brazos de Emmett. Necesitaba sentir su fuerza, como si su abrazo pudiera mantener a raya todos mis demonios. Al principio, Emmett se quedó quieto, sorprendido por la intensidad de mi gesto. Pude sentir la tensión en su cuerpo mientras se aseguraba de no lastimarme con su fuerza sobrenatural. Pero rápidamente, sus brazos se cerraron alrededor de mí, envolviéndome en un abrazo que era tanto fuerte como gentil.
Sus manos, grandes y seguras, comenzaron a acariciar mi espalda en movimientos lentos y reconfortantes. Sentí cada músculo de su pecho contra mi mejilla. Emmett se sentó en la cama conmigo en su regazo, su cuerpo proporcionando un escudo contra el mundo exterior. Apoyé mi cabeza en su hombro, cerrando los ojos mientras intentaba absorber toda la tranquilidad que él me ofrecía.
Las lágrimas siguieron cayendo, esta vez más intensamente. Los sollozos que había intentado contener se liberaron, y me dejé llevar por la oleada de emociones que había estado reprimiendo. Emmett me sostuvo con firmeza, sus manos acariciando mi espalda y su voz susurrando palabras reconfortantes en mi oído.
—Estoy aquí, Roxy —susurró contra mi cabello—. No voy a dejarte, nunca. Puedes contar conmigo para todo lo que necesites.
—¿M-me lo prometes? —pregunté entre sollozos, levantando la mirada para encontrarme con sus ojos.
Emmett me miró con una intensidad que me dejó sin aliento, sus ojos llenos de una determinación inquebrantable. Sus manos, frias y firmes, me sujetaron con más fuerza mientras su rostro se acercaba al mío, susurrando con una ternura que me tocó el alma.
—Te lo prometo, Roxy. —dijo, su voz baja y llena de convicción—. No importa lo que pase, siempre estaré a tu lado. Nunca te dejaré sola.
Sentí cómo mis lágrimas se intensificaban, pero esta vez no eran solo de dolor, sino de alivio y gratitud. Emmett inclinó su cabeza hacia la mía, apoyando su frente contra la mía en un gesto de proximidad y cariño.
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DRIADES || EMMETT CULLEN
FanfictionToda mi vida había sido un completo desastre, Pero cuando llegué a Forks, un lugar donde los árboles parecían susurrar secretos, algo cambió. Era como si algo me esperase, Emmett Cullen irrumpió en mi vida como un rayo de luz en la oscuridad. Pero m...