𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝟐𝟓

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Me había levantado más tarde de lo habitual, sintiéndome más descansada de lo que había estado en días. Al abrir los ojos, noté que Emmett ya no estaba a mi lado. Sin embargo, en la silla junto a la cama, había dejado una sorpresa: una camiseta de béisbol y una gorra. Sonreí al verlas, sintiendo una mezcla de emoción y nerviosismo al recordar el plan para hoy.

Me dirigí al baño para ducharme y, mientras el agua caliente caía sobre mí, mis pensamientos se llenaron de imágenes de Emmett y la charla que habíamos tenido la noche anterior. Salí del baño, me sequé rápidamente y me puse la camiseta de béisbol y la gorra que Emmett me había dejado. Bajé las escaleras con una sensación de anticipación.

Al llegar a la sala, me encontré con Charlie, quien estaba limpiando sus armas en la mesa del comedor. Levantó la vista y me sonrió.

—Buenos días —dijo, con su tono habitual.

—Buenos días, Charlie—respondí, acercándome para saludarlo.

Charlie notó mi atuendo y levantó una ceja, curioso.

—¿Tienes planes para hoy?

Me mordí el labio, dudando un momento antes de responder. No estaba segura de cómo explicar mis planes sin que sonara extraño.

—Sí, en realidad... —empecé, vacilante—. Hoy voy a ir a ver a los Cullen jugar béisbol.

Charlie dejó de limpiar su arma y me miró con sorpresa.

—¿Béisbol? —preguntó, con una ceja levantada—. No sabía que jugabas béisbol.

Me encogí de hombros, tratando de sonar casual.

—Bueno, no juego realmente, pero Emmett y su familia lo hacen. Me invitaron a verlos jugar hoy. Pensé que sería divertido.

Charlie asintió lentamente, todavía con una expresión de sorpresa en su rostro.

—Está bien. Solo asegúrate de estar de regreso antes de que anochezca, ¿de acuerdo?

—Lo haré —prometí—. Gracias por preocuparte.

Charlie volvió a su tarea de limpiar las armas mientras yo me dirigía al porche para esperar a Emmett. No tuve que esperar mucho antes de escuchar el sonido familiar del motor del Jeep de Emmett acercándose. Sonreí al verlo estacionar y salir del auto con su característica energía.

—Buenos días —dije, levantándome para saludarlo.

—Buenos días, dormilona —respondió Emmett con una sonrisa amplia—. Veo que encontraste la camiseta y la gorra.

—Sí, gracias por dejarlas —respondí, ajustando la gorra en mi cabeza—. Estoy lista.

Emmett me envolvió en un rápido abrazo antes de guiarme hacia el Jeep.

—Genial, te prometo que te vas a divertir. ¿Lista para ver a los vampiros jugar béisbol? —dijo él—. ¿Traes todo? ¿Glucómetro?

—Sí, lo tengo todo —asentí, mostrándole mi bolso—. No quiero que tengas que cargarme en medio del campo por un desmayo.

Emmett rió y me ayudó a subir al Jeep.

—No te preocupes, tengo todo bajo control. Además, si te desmayas, será una buena excusa para cargar contigo.

Me reí, sintiéndome más relajada.

—Vamos, antes de que decida que es demasiado temprano para esto —dije, tratando de ocultar mi nerviosismo.

Emmett encendió el motor y nos dirigimos hacia el claro donde se iba a jugar el partido. El viaje fue rápido, y antes de que me diera cuenta, llegamos a un amplio campo rodeado de árboles. Los otros Cullen ya estaban allí, preparando el terreno y organizando el juego. Alice, siempre energética, nos saludó con entusiasmo al vernos llegar.

DRIADES || EMMETT CULLENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora