𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝟏

2.3K 141 0
                                    

Estaba completamente enamorada de Emmett. Era eso o tenía cáncer en el estómago, según Google. Estábamos juntos casi todo el tiempo; si no estábamos en mi casa, estábamos en la de él, y cuando no estaba con él, estaba con Rosalie. Había descubierto que ella era la Barbie en persona: hacía un montón de cosas y aparte de eso era mecánica, se la pasaba metida en el garaje de su casa haciéndole diferentes ajustes a sus autos.

Al principio, me sentía un poco fuera de lugar porque realmente Emmett y Rosalie tenían una conexión genuina, pero no era algo que fuera más allá; eran mejores amigos. Me comía mucho la cabeza pensando en si tal vez había algo entre ellos. Rosalie era perfecta de pies a cabeza, era más que hermosa, ella era una diosa. Pero luego escuche la forma en la que Emmett hablaba de ella y ella de él. Se amaban como hermanos y Emmett la veía prácticamente como su madre.

Me sorprendía enormemente cómo Emmett era de detallista. Recordaba todo lo que decía y, de alguna forma, lo transformaba en gestos y acciones que me hacían sentir increíblemente especial. Una tarde, mencioné de pasada que me encantaba un libro que había leído de niña. Una semana después, Emmett apareció con una copia antigua del libro, envuelta cuidadosamente.

—Pensé que te gustaría tenerlo —dijo con una sonrisa tímida.

Ese tipo de cosas me derretían por dentro. No solo prestaba atención a lo que decía, sino que también se esforzaba por hacerme feliz de maneras pequeñas pero significativas. Se había terminado de leer todos los libros de Percy Jackson de mi colección, algo que mencioné varias veces, y que él tomó como una oportunidad para conocer mejor mis gustos. Eso había sorprendido hasta a Esme, porque eran varios libros y Emmett los había leído en corto tiempo.

Un día, Emmett había pasado por mí para ir a su casa porque Rosalie me estaba intentando enseñar cómo arreglar un auto, o al menos lo básico, pocos días después del baile. Me había parecido curioso que el convertible rojo de Rosalie había desaparecido. No había querido preguntar por qué realmente ver ese convertible me ponía los pelos de punta. Hasta que un día volvió el convertible, pero ahora era negro.

—¿Por qué ya no es rojo? —le pregunté a Rosalie, que estaba debajo del jeep haciendo quién sabe qué.

—Emmett me pidió que cambiara el rojo por cualquier otro color —contestó ella.

Me sorprendió por completo. El convertible rojo siempre había sido una de las marcas distintivas de Rosalie. Esa noche, en mi habitación, no podía dejar de pensar en el cambio. La curiosidad me estaba matando. ¿Por qué Emmett había hecho eso? Cuando apareció por mi ventana, decidí preguntarle de inmediato.

—¿Por qué le pediste a Rose que cambiara el color de su convertible? —pregunté, mientras lo miraba fijamente.

Emmett se encogió de hombros.

—Me dijiste que te daban miedo.

Me quede paralizada por un momento, tratando de recordar cuándo le había mencionado eso. La verdad es que no recordaba haberle nada sobre el miedo que me causaba el color rojo de cualquier coche.

—¿Cómo lo sabes? —pregunté, sorprendida.

Emmett sonrió.

—Me lo dijiste una vez y después caíste dormida.

Eso en serio me había relajado al menos un poco. Sabía que en algún momento tenía que superar el miedo tan absurdo a los coches, pero simplemente no me sentía lista. Desde el regreso de Bella, Charlie había desarrollado un pequeñito odio hacia Edward. Agradecía que ese odio no hubiera afectado a Emmett o a Rosalie por ser hermanos de Edward, pero, para mi enorme sorpresa, les tenía "aprecio". Aunque no lo decía abiertamente, se podía ver que en serio le agradaban Emmett y Rosalie.

DRIADES || EMMETT CULLENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora