𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝟒

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Me había acostado bastante tarde. Quería hacerle un pastel de cumpleaños a Bella, era pequeño pero hecho con mucho amor. Había pasado horas decorándolo con precisión y cariño, asegurándome de que cada detalle fuera perfecto. Ahora, mientras el sol comenzaba a asomarse por la ventana, me levanté de la cama con un ligero cansancio en los ojos, pero una sensación de satisfacción en el corazón.

La casa estaba tranquila, el único sonido era el suave susurro del viento entre los árboles. Bajé las escaleras con cuidado, tratando de no despertar a Bella. Cuando llegué a la cocina, el pastel estaba en su lugar, perfectamente decorado y listo para sorprender a Bella. Una sonrisa se dibujó en mi rostro al imaginar su reacción.

Emmett había sido un apoyo increíble durante toda la noche, manteniéndome despierta. Habían pasado pocos días desde que nos habíamos formalizado como pareja, pero habíamos hablado de que al menos esta semana íbamos a guardarlo entre nosotros. Aun así Rosalie y Alice estaban superfelices con la noticia y a decir verdad yo también. Solo me asustaba un poco la reacción de Charlie, pero eso sería problema de otro día. Hoy era el día de Bella.

Con cuidado, tomé el pastel entre mis manos y puse tres velas, encendiéndolas con cuidado. Subí las escaleras, donde me esperaba Charlie con sus regalos para Bella. Al verme llegar con el pastel, una sonrisa se dibujó en su rostro.

—¿Lista? —susurró Charlie.

Asentí. Charlie abrió la puerta del cuarto de Bella con suavidad, permitiendo que entrara primero con el pastel. Bella estaba todavía en la cama, acurrucada entre las sábanas. Al escuchar el sonido de la puerta, abrió los ojos lentamente y nos miró con sorpresa. La luz de las velas iluminaba la habitación.

—Feliz cumpleaños —canturreamos Charlie y yo.

Charlie entró detrás de mí mientras yo me sentaba en la cama mostrándole el pastel a Bella.

—Quedamos que nada de obsequios —recordó Bella mientras nos miraba a ambos.

—El mío no es un regalo —comenté con una sonrisa—. Es tu favorito.

—Y el mío no está envuelto, así que no cuenta —agregó Charlie mientras le mostraba su regalo a Bella.

Era la misma cámara que me había regalado a mí, solo que de otro color y con un moñito más grande. Bella tomó la cámara con una sonrisa.

—Qué lindo detalle —agradeció ella—. Gracias, papá.

—Viene con este otro de tu mamá —dijo Charlie mientras le entregaba otro regalo que sí estaba envuelto—. Nos coordinamos... bueno, ella me coordinó a mí.

Bella lo tomó y rápidamente rasgó el papel de regalo, dejándonos ver un álbum de fotos.

—Es para que pongas fotos de tu último año —comentó Charlie, sus ojos llenos de nostalgia—. ¿Cómo es que creciste tan rápido?

—¿Qué dices? —preguntó Bella, intentando restar importancia al comentario—. No estoy tan vieja.

—Si tú lo dices, Bella —comenté con una risita.

—No lo sé... ¿Eso es una cana? —preguntó Charlie, tomando un mechón de cabello de Bella en broma.

—No ¿Dónde? —dijo Bella, levantándose rápidamente para mirarse el cabello, buscando la supuesta cana.

No pude evitar reírme por su reacción.

—Deja de preocuparte por eso y sopla las velas —dije con una sonrisa mientras extendía el pastel hacia ella.

—Oh, esperen. Tomaré una foto de esto —dijo Charlie mientras tomaba la cámara de Bella.

Bella se relajó y, con una sonrisa, se inclinó hacia el pastel. Cerró los ojos un instante, pensando en un deseo, y luego sopló las velas. Charlie capturó el momento con la cámara, el flash iluminando la habitación brevemente.

DRIADES || EMMETT CULLENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora