No sé cuánto tiempo llevaba metida en la bañera, lo suficiente como para que el calor comenzara a devolverme algo de vida. Mis músculos, antes rígidos por el frío y la tensión, empezaban a relajarse bajo el agua tibia. Pero aunque mi cuerpo se sentía más ligero, mi mente no dejaba de dar vueltas.
Él estaba aquí.
Esa frase seguía resonando en mi cabeza, golpeándome una y otra vez. Emmett Cullen estaba en mi habitación. Se había atrevido a volver, después de todo lo que había pasado. Después de desaparecer sin una palabra, sin una despedida. Después de romperme de una manera que aún no había conseguido reparar. Y ahora... ahora él estaba de vuelta como si nada, sentado en mi cama como si su ausencia no hubiera significado nada.
El agua acariciaba mi piel, pero no podía calmar el caos que se había desatado dentro de mí. Mis pensamientos eran una maraña de confusión, ira y algo que no quería admitir, pero que estaba ahí: dolor. Había pasado meses intentando acostumbrarme a la idea de que él ya no formaba parte de mi vida. De que jamás volvería a verlo. Había aprendido a soportar el vacío que dejó, a llenar los silencios con cualquier cosa que no me recordara a él.
¿Por qué regresaste? Quise gritar esas palabras en voz alta, pero me las tragué junto con la sensación de asfixia que crecía dentro de mí. Mis manos se sumergieron en el agua, buscando algo tangible a lo que aferrarme, pero lo único que sentía era el calor a mi alrededor, incapaz de calmar la tormenta que se gestaba en mi pecho.
Emmett Cullen estaba aquí.
La simple idea me hacía daño. Mi mente volvía una y otra vez a ese momento. A la imagen de él, tan real, tan presente, después de haber sido solo un recuerdo doloroso. Quería odiarlo. Quería gritarle que no tenía derecho a regresar, que no podía simplemente aparecer y destrozar todo lo que yo había intentado reconstruir.
Mi respiración se aceleró y apreté las manos con fuerza bajo el agua, deseando que el enojo pudiera ahogar el dolor. Él no se despidió. Me dejó sin una explicación, como si yo no fuera nada. Y ahora, ¿por qué estaba de vuelta? ¿Por qué aquí? ¿Y por qué después de todo este tiempo?
Dejé que el agua me cubriera el rostro, sumergiéndome en el silencio por unos segundos. La sensación de estar bajo el agua era extrañamente reconfortante, como si por un momento, el mundo pudiera callarse y yo pudiera encontrar algo de paz. Pero no podía esconderme en la bañera para siempre.
Cuando saqué la cabeza y respiré de nuevo, el nudo en mi garganta se hizo más pesado. La realidad me golpeó como una bofetada: Voy a tener que enfrentarlo. No había escapatoria. Él estaba aquí, y lo que fuera que significaba su regreso no iba a desaparecer solo porque yo lo deseara.
Sabía que hubiera permanecido más tiempo en la bañera, de no ser por los sonidos de voces que venían desde abajo. Las voces de Bella y Alice se filtraban a través de las paredes, interrumpiendo el frágil silencio que había creado a mi alrededor. No eran gritos, pero había una urgencia en sus palabras que me hizo tensar los hombros. Bella sonaba... desesperada.
Con un suspiro de resignación, me levanté del agua y me envolví en la toalla. Agradecí tener ropa en el baño, así que me vestí lo más rápido posible. El frío se había apoderado de la casa, pero la adrenalina seguía corriendo por mis venas. Abrí la puerta del baño y me encontré de golpe con Bella en el pasillo. Iba cargada con una mochila, el rostro pálido, el cabello desordenado.
—¿Bella? —la llamé, mi voz apenas un susurro—. ¿A dónde vas?
Bella se detuvo. Por un segundo, parecía perdida, como si la pregunta la hubiera sacudido de una manera inesperada. Su mochila colgaba de su hombro, como si el peso fuera lo único que la mantenía anclada a la realidad.
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DRIADES || EMMETT CULLEN
FanficToda mi vida había sido un completo desastre, Pero cuando llegué a Forks, un lugar donde los árboles parecían susurrar secretos, algo cambió. Era como si algo me esperase, Emmett Cullen irrumpió en mi vida como un rayo de luz en la oscuridad. Pero m...