DRIADES || EMMETT CULLEN

𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝟐𝟖

Todo se había tranquilizado desde que Bella había vuelto a Forks. Había convencido a su madre de que se quería quedar, y eso había alegrado mucho a Charlie y me había tranquilizado también. Bella ya podía caminar sola con un aparato negro en el pie que, a pesar de no saber su nombre exacto, sabía que era esencial para su recuperación. Lo único diferente era el nuevo odio que Charlie había desarrollado hacia Edward. A pesar de su aparente calma exterior, su resentimiento hacia él era palpable. Edward intentaba de todo para que intentar tranquilizar todo pero nada servía.

Hoy íbamos a asistir al baile. No sabía ni el porqué había accedido a esto. Bueno si sabía, era para que Alice me dejara un poquito de espacio, ya que había estado demasiado insistente con ese tema. Además, que Emmett me lo había pedido y no podía negarme. Alice había insistido en que no me preocupara sobre el vestido y sobre el peinado y todo eso.

Me dirigí hacia el baño, sintiendo la presión de la noche que se avecinaba. El baile no era algo que me emocionara particularmente, pero sabía que asistir era importante para Alice, y también para Emmett, quien había sido insistente en que fuera. La idea de tener que vestirme para un evento formal y todo el proceso detrás de ello me parecía agotadora, pero también sabía que valdría la pena por ellos.

Me sumergí en la ducha, el agua caliente ayudándome a relajarme un poco. Mientras el vapor envolvía el baño, intenté desconectar de la ansiedad que sentía por la noche. Todo el caos de los últimos días parecía desvanecerse mientras el agua caía sobre mí, dejándome con una sensación temporal de calma.

Cuando finalmente salí de la ducha, envolví mi cuerpo en una toalla y me dirigí hacia mi habitación, con la esperanza de poder vestirme tranquilamente. Pero al abrir la puerta, me encontré con una escena completamente inesperada.

Rosalie y Alice estaban en mi cuarto, rodeadas de una montaña de productos de belleza. Mi cama estaba cubierta con una serie de frascos de maquillaje, brochas y potes de crema. En mi escritorio, había una variedad de accesorios para el cabello, desde pinzas y lazos hasta rizadores y sprays fijadores. La visión era abrumadora.

—¡Sorpresa! —exclamó Alice con una sonrisa radiante—. Estamos aquí para hacer que te veas espectacular esta noche.

Rosalie estaba de pie junto a la cama, inspeccionando el maquillaje con una mirada profesional. Se giró hacia mí y me lanzó una sonrisa segura.

—Sí. No te preocupes, te dejaremos perfecta para el baile.

Miré alrededor de la habitación, completamente sobrecogida. No había forma de que pudiera manejar todo esto sola.

—Esto es... mucho —dije, mi voz un poco temblorosa—. ¿Realmente necesitan tanto para esto?

Alice se acercó rápidamente, sus ojos brillando con entusiasmo.

—Claro, es una ocasión especial. Y además, Emmett está esperando ansiosamente verte. Queremos asegurarnos de que te sientas y te veas increíble.

Rosalie se acercó y me tocó el hombro con una mano tranquilizadora.

—Confía en nosotras. Sabemos lo que estamos haciendo. Solo siéntate y relájate, y déjanos encargarnos de todo.

Sin más opciones, me dejé llevar. Me senté en una silla junto a mi cama mientras Alice y Rosalie se preparaban para comenzar. Alice se encargó de mi cabello con una precisión que casi parecía mágica, mientras Rosalie se centraba en el maquillaje, utilizando una combinación de técnicas que me hicieron sentir como si estuviera en manos expertas.

A medida que el tiempo pasaba, comencé a sentirme un poco más cómoda con la situación. A pesar de mi incertidumbre inicial, la habilidad de ambas mujeres para transformar mi apariencia me hizo sentir un poco más confiada.