𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝟐𝟏

1.2K 127 9
                                    

No había entendido absolutamente nada de lo que Killian había querido insinuar. Después de nuestra conversación, me llevó a casa mientras murmuraba un montón de cosas que realmente no comprendía. Por más que intentara preguntar, él simplemente seguía murmurando, como si estuviera perdido en sus propios pensamientos.

Ya había pasado una semana desde aquel extraño encuentro, y Killian no había vuelto a decir nada al respecto. Cada vez que lo veía, intentaba preguntarle, pero él evitaba el tema o cambiaba de conversación, como si no quisiera o no pudiera darme una explicación. La frustración comenzaba a invadirme, y con ella, una sensación de inquietud que no lograba sacudirme.

Por mi salud mental, había llegado al punto en que ya ni siquiera quería saber. Había pasado noches sin dormir, dándole vueltas a sus palabras, intentando encontrar algún sentido a todo lo que me había dicho. Pero cada vez que recordaba su mirada, esa mezcla de preocupación y algo más, sentía un nudo en el estómago. Sabía que había algo importante que me estaba escapando, pero no podía obligarlo a hablar si él no quería.

Como si eso no fuera suficiente, Bella seguía enojada conmigo por juntarme con Killian. No era solo un enojo pasajero, sino una tensión que se había extendido por toda la escuela. Según ella, y los rumores que había esparcido por todos lados, Killian y yo estábamos saliendo. Cada vez que pasaba cerca de ella, notaba las miradas y los susurros que acompañaban nuestros encuentros.

Sabía que Charlie se había dado cuenta de cómo Bella se estaba comportando, así que realmente me había sorprendido que él no le comentara que éramos familia. Aunque la situación me incomodaba, no podía evitar sentirme un poco aliviada de que Charlie no interviniera. La verdad era que no quería que Bella supiera nada más de mi vida de lo que ya había inventado. La relación entre nosotras se había vuelto tensa, pero esto lo llevaba a otro nivel.

Lo que más me desconcertaba era cómo Killian parecía disfrutar los rumores demasiado. Tanto, que había tomado la costumbre de pasar su brazo por mis hombros cada vez que íbamos por los pasillos, haciendo que todo el mundo murmurara aún más.

Lo curioso era que, en lugar de molestarme, me daba risa. Me resultaba divertido ver cómo la gente se tragaba la idea de que éramos pareja solo porque nos veían juntos. Killian y yo apenas compartíamos un par de conversaciones crípticas y, de repente, éramos el tema central de todos los chismes en Forks. El hecho de que él lo hacía con tanta naturalidad, sin importarle lo que los demás pensaran, solo lo hacía más gracioso.

Cada vez que veía las expresiones de asombro o escuchaba los susurros a nuestro alrededor, me daba cuenta de lo absurdas que podían ser las suposiciones de la gente. Forks era un lugar pequeño, y cualquier cosa fuera de lo común se convertía en noticia de primera plana, al menos en los pasillos de la escuela. A Killian parecía divertirle tanto como a mí, y eso hacía que la situación fuera más llevadera.

Hoy era uno de esos días en los que Killian y yo pasábamos el rato en mi habitación. Yo estaba tirada en la cama, mirando el techo mientras trataba de encontrar inspiración para mi último cuadro. La fecha límite se acercaba rápidamente, y mi mente estaba en blanco. No podía permitirme un bloqueo creativo en ese momento, pero ahí estaba, mirando el techo como si la solución a todos mis problemas artísticos fuera a caer del cielo.

Killian, por su parte, estaba sentado en mi escritorio, hojeando mi cuaderno de dibujos con un interés genuino. De vez en cuando, se detenía en alguna página y me mostraba un boceto, intentando ayudarme a encontrar alguna idea que pudiera servir. Su actitud era relajada, y eso me ayudaba a no estresarme demasiado. No había presión, solo dos amigos en una habitación, intentando resolver el enigma del arte.

—Este me gusta —dijo de repente, señalando un dibujo de líneas abstractas que había hecho semanas atrás.

Me incorporé en la cama para ver mejor y lo miré con una ceja levantada.

DRIADES || EMMETT CULLENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora