El sol de la mañana entraba en suaves rayos a través de las cortinas, bañando mi habitación con una luz cálida y acogedora. Me estiré lentamente, tratando de sacudirme la somnolencia antes de decidirme a salir de la cama. Tras vestirme con una falda cómoda, bajé las escaleras, guiada por el familiar aroma del desayuno.
La cocina estaba tranquila, con la excepción del suave chisporroteo que venía de la sartén sobre la estufa. A medida que me acercaba, vi a Charlie de espaldas, concentrado en lo que parecía ser un intento de preparar algo más elaborado que sus habituales huevos revueltos.
—Buenos días —dije mientras me deslizaba en una de las sillas junto a la mesa.
Charlie giró la cabeza y me sonrió, algo relajado.
—Buenos días, Roxy. —Apagó el fuego y sirvió dos platos antes de unirse a mí en la mesa—. ¿Dormiste bien?
Asentí mientras tomaba un sorbo de jugo.
—Sí, dormí bastante bien... Bella no me despertó ¿Y tú? No suelo verte tan temprano en la cocina.
Charlie soltó una pequeña risa, frotándose la nuca.
—Me desperté antes de lo habitual y pensé en preparar algo diferente hoy. Quería hacer un buen desayuno.
—Gracias —dije, notando el esfuerzo extra que había puesto—. Se ve bien.
Comimos en silencio durante un par de minutos, pero noté que Charlie parecía estar buscando algo en sus pensamientos. Finalmente, dejó su tenedor en el plato y me miró.
—Roxy, anoche estuve pensando... ¿quién es exactamente Thea? —preguntó, tratando de sonar casual, pero había una clara curiosidad en su tono.
Lo miré, sorprendida por la pregunta. Era inusual que Charlie indagara en la vida de los demás, especialmente de alguien que apenas conocía.
—¿Por qué preguntas? —respondí, queriendo entender la razón detrás de su interés.
Charlie se encogió de hombros y bebió un sorbo de café antes de continuar.
—Es solo que... no sé, se ve que no es de por aquí... ¿Qué edad tiene? ¿No es muy grande para andar contigo? —Charlie preguntó, su tono era casual, pero había una insistencia inusual en sus palabras.
Me sorprendió aún más la dirección que estaba tomando la conversación. Charlie nunca había sido tan curioso o insistente con las personas que conocía, y mucho menos con alguien como Thea, a quien apenas había visto un par de veces. Sentí un leve nerviosismo, pero traté de mantener la calma mientras respondía.
—Bueno, Thea es... —comencé, eligiendo mis palabras con cuidado—. Puede que esté en su último año de escuela, o quizás ya haya terminado. No estoy completamente segura, pero no creo que sea mucho mayor que yo.
Charlie asintió lentamente, como si estuviera sopesando mis palabras. Sus preguntas, aunque aparentemente inofensivas, empezaban a parecerme más extrañas con cada segundo que pasaba. Era casi como si intentara averiguar algo específico sobre Thea, algo que lo inquietaba.
—¿Por qué tantas preguntas, Charlie? —pregunté, no pudiendo contener más mi curiosidad—. No sueles interesarte tanto en la gente que acabo de conocer.
Charlie se tensó un poco ante mi pregunta, sus dedos tamborileando ligeramente sobre la mesa. Parecía debatirse internamente sobre cómo responder. Finalmente, soltó un suspiro, y su mirada se suavizó un poco.
—No es nada, Roxy. Solo... ya sabes, cosas de padre preocupado —dijo, esbozando una sonrisa que no alcanzaba del todo sus ojos. Luego, como si quisiera sacudirse la incomodidad de la conversación, cambió de tema de manera abrupta—. Oye, estaba pensando en llevar el coche al taller este fin de semana. Parece que los frenos están empezando a hacer un ruido extraño, y no quiero que se convierta en un problema más grande. ¿Quieres acompañarme? Podríamos pasar por tu cafetería favorita después.
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DRIADES || EMMETT CULLEN
FanfictionToda mi vida había sido un completo desastre, Pero cuando llegué a Forks, un lugar donde los árboles parecían susurrar secretos, algo cambió. Era como si algo me esperase, Emmett Cullen irrumpió en mi vida como un rayo de luz en la oscuridad. Pero m...