𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝟏𝟏

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La luz de la mañana se filtraba suavemente a través de las cortinas de la oficina de la Dra. Angela Hartman, creando un ambiente cálido y acogedor. Hoy era un día importante para mí; era la primera vez que usaba la falda negra y las medias negras que había comprado. A pesar de que era un pequeño avance, me sentía un mar de nervios y emociones encontradas mientras me dirigía a la consulta.

Elegí combinar la falda y las medias con uno de mis suéteres de lana enormes, un estilo en el que me sentía más segura. Aunque el suéter cubría gran parte de mi figura, sentía que era un pequeño paso hacia una mayor confianza en mí misma. Me miré en el espejo antes de salir, tratando de encontrar algo positivo en la imagen que veía. Sin embargo, a pesar del esfuerzo, la sensación de incomodidad no desaparecía por completo.

Al llegar a la oficina de la Dra. Hartman, me sentí un poco aliviada al ver el entorno familiar. La Dra. Hartman estaba sentada en su silla, esperándome con una cálida sonrisa.

—Hola, Roxy —saludó con su tono tranquilizador—. Me alegra verte hoy. ¿Cómo te has sentido con la ropa nueva?

—Hola, Dra. Hartman —dije, tratando de mantener mi voz firme—. Es un poco incómodo, pero... también siento que es un avance. Estoy usando la falda y las medias que compré.

La Dra. Hartman me miró con una expresión comprensiva, sin hacer juicios. Se levantó y se acercó a mí, examinando mi atuendo con atención.

—Te ves muy bien, Roxy. Es un gran paso hacia adelante. La ropa puede ser una herramienta poderosa para explorar y expresar cómo te sientes —dijo—. Si te resulta incómodo en algún aspecto, hablemos de eso. ¿Cómo te sientes en general?

Me senté en el sofá, sintiendo cómo mi ansiedad comenzaba a desbordarse. Miré hacia abajo, sintiendo el peso del suéter sobre mis hombros.

—Me siento... un poco mal, la verdad. No estoy acostumbrada a mostrar tanto de mí misma, y todavía me siento más cómoda con mi suéter grande. Siento que me estoy escondiendo detrás de él —admití, sintiendo que mi voz temblaba.

La Dra. Hartman se sentó frente a mí, con una actitud de escucha atenta.

—Es completamente natural sentirse así. El cambio puede ser difícil y lleva tiempo adaptarse. Es importante recordar que cada paso que tomas es un avance hacia tu bienestar —dijo con calma—. A veces, hacer ajustes pequeños y manejables puede ayudar a sentirte más cómoda. ¿Qué te parece si hacemos algo con tu cabello? Podría ser una forma de experimentar con tu apariencia y, al mismo tiempo, darte un pequeño impulso de confianza.

La idea de cambiar algo en mi cabello me hizo sentir un poco ansiosa, pero también curiosa. Había pensado en algo durante un tiempo, pero no estaba segura de cómo lo recibirían los demás.

—He estado pensando en hacerme mechones rosas —dije, sintiendo que mi corazón latía con fuerza—. No estoy segura de si es una buena idea, pero me parece que podría ser algo divertido y diferente.

La Dra. Hartman sonrió, su expresión llena de comprensión.

—Las mechas rosas pueden ser una excelente forma de expresar tu creatividad y tu estilo personal. No hay una forma correcta o incorrecta de hacerlo, siempre y cuando te haga sentir bien contigo misma. A veces, cambiar algo en nuestro aspecto exterior puede reflejar cambios positivos en cómo nos sentimos por dentro —dijo con suavidad—. Recuerda, la belleza verdadera siempre viene del interior. Tu valor no depende de cómo te ves, sino de quién eres y de cómo te tratas a ti misma.

Sentí una chispa de alivio al escuchar sus palabras. Me dio valor para considerar seriamente la idea de las mechas rosas. La Dra. Hartman continuó hablando con calidez y aliento.

DRIADES || EMMETT CULLENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora