𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝟏𝟎

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No pude evitar dar un paso hacia atrás cuando Emmett se acercó. Estar tan cerca de él me hacía sentir expuesta de cierta forma, y la incomodidad de esa proximidad era inevitable. Aunque, si era sincera, me tranquilizaba un poco saber que probablemente Ian estaba parado detrás de la ventana, escuchando cada palabra mientras Thea intentaba regañarlo por ser tan chismoso.

—¿De qué se trata esto, Emmett? —volví a preguntar, manteniendo mi voz firme mientras finalmente me detenía, girándome para enfrentarle con los brazos aún cruzados en una postura defensiva.

Emmett me observó en silencio unos segundos, como si estuviera evaluando sus palabras. Su mirada era intensa, seria, y por un instante pensé que no respondería.

—Necesito hablar contigo, Roxy. Esto...

—¿Irónico, no? Yo también necesitaba hablar contigo, pero te fuiste. —Lo interrumpí, sintiendo cómo la tensión se convertía en un nudo en mi garganta—. ¿Tienes idea de lo que fue para mí todo este tiempo sin saber nada de ti? Necesitaba respuestas, pero en lugar de eso, solo te fuiste. Sin despedidas, sin una palabra. Y ahora apareces aquí, como si nada, como si una disculpa fuera suficiente para regresar a la normalidad.

La expresión de Emmett cambió, endureciéndose al escuchar mis palabras. Por un instante, pareció que iba a responder, pero se contuvo. Su postura habitual de confianza y ligereza se desmoronó, y lo vi dudar. Se pasó una mano por el cabello, bajando la mirada por un momento antes de levantarla nuevamente, su voz apenas un murmullo.

—Roxy... no espero que me perdones así de fácil. —Su tono era bajo, casi vulnerable, algo que jamás había visto en él—. Solo... pensé que era lo correcto. Que irme era lo mejor, pero me equivoqué.

Sentí que mi ira, a pesar de lo justificada que estaba, comenzaba a mezclarse con algo de confusión. No estaba lista para perdonarlo, pero tampoco podía ignorar el hecho de que finalmente estaba frente a mí, tratando de explicarse.

—¿Y qué es lo que esperas de mí ahora, Emmett? —pregunté, sin bajar los brazos, aferrándome a la poca distancia que aún manteníamos.

Él suspiró, y por un momento, noté algo que se asemejaba al arrepentimiento en su mirada.

—No espero que me recibas con los brazos abiertos —respondió, su voz un poco más firme—. Solo... dame la oportunidad de demostrarte que de verdad lamento haberte dejado. Y, tal vez, de compensarte por ello.

—No puedo creer que estés aquí, tratando de compensarme como si esto fuera un juego. —Mi risa era amarga, cargada de frustración—. ¿Acaso crees que puedes simplemente aparecer y hacer como si no hubieras dejado un enorme vacío en mi vida?

Emmett frunció el ceño, pero no se defendió. En su lugar, parecía estar absorbiendo cada palabra, como si mis quejas fueran más importantes que su orgullo. Me pregunté si realmente comprendía el daño que había causado al marcharse sin una palabra.

—No es un juego, Roxy —dijo, su voz era baja y firme—. Y lo que hice no tiene justificación. Pero quiero arreglarlo. Quiero que me des la oportunidad de demostrar que puedo ser diferente.

La incredulidad me envolvió. ¿Diferente? ¿Desde cuándo? Lo miré a los ojos, buscando algo que me dijera que estaba hablando en serio. Pero lo único que vi fue esa mezcla de determinación y vulnerabilidad que solía tener.

—¿Y cómo piensas hacer eso? —desafié, sintiendo una chispa de curiosidad en medio de mi enfado—. ¿Qué puedes ofrecerme que no sea solo más promesas vacías?

Su mirada se intensificó y por un momento, me pareció que se estaba preparando para dar un paso al frente. Sin embargo, se quedó quieto, contemplando mis palabras con atención.

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⏰ Última actualización: Nov 04 ⏰

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DRIADES || EMMETT CULLENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora