𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝟐𝟖

1.2K 146 8
                                    

Dorothea

El aire fresco del patio me envolvió cuando seguí a Charlie, mis tacones resonando suavemente sobre el piso. La noche era tranquila, apenas perturbada por el susurro de los árboles. Desde donde estaba, observé a Charlie apoyado en la barandilla, sus hombros caídos y la mirada fija en la oscuridad del bosque. La tensión en su postura era palpable, como si llevara encima el peso de años de preocupación acumulada en solo unos minutos.

Me detuve a unos pasos de él, dudando. Aunque sentía el impulso de consolarlo, de acercarme y abrazarlo también era consciente de que acababa de conocerlo, de que nuestros lazos eran aún frágiles. Sin embargo, la desesperación en su semblante me empujó a dar un paso más.

Finalmente, su voz rompió el silencio, baja y cargada de una tristeza que me atravesó el corazón. Me sorprendió un poco que hubiera notado mi presencia, considerando lo absorto que parecía estar en sus pensamientos.

—No sé en qué momento las cosas se descontrolaron tanto —dijo sin mirarme—. Bella siempre fue una chica tranquila... Nunca pensé que las cosas llegarían a esto.

El peso de la culpa en su voz era innegable. Sabía que tenía que ser cuidadosa, que no debía decir algo que pudiera malinterpretarse. Sin embargo, no podía quedarme callada mientras lo veía tan abatido.

—Charlie —comencé con cautela, eligiendo mis palabras con cuidado—, entiendo que te sientas responsable. Pero... hay cosas que simplemente no podemos prever ni controlar. Bella está lidiando con algo muy complejo, algo que, tal vez, ni siquiera tú podrías haber evitado.

Finalmente, se volvió hacia mí, sus ojos llenos de dolor y una especie de desconcierto que me hizo sentir un nudo en el estómago.

—Es mi hija —replicó suavemente—. Debería haber hecho algo antes. Ahora, parece que la estoy perdiendo, y no sé cómo ayudarla.

Sentí una oleada de compasión por él. Quería encontrar las palabras adecuadas, pero también sabía que no podía prometerle que todo estaría bien cuando ni siquiera entendía completamente la situación de Bella. Así que opté por la honestidad.

—Lo que Bella está pasando es... complicado —continúe, manteniendo su tono suave—. Pero tienes razón en una cosa, Charlie: la situación se ha salido de control, y ella necesita ayuda. Pero también tú necesitas apoyo.

Charlie me miró durante un largo momento, como si estuviera tratando de decidir si podía confiar en lo que decía. Había una vulnerabilidad en su mirada que me sorprendió, una que no esperaba ver en alguien tan acostumbrado a estar en control.

—Lo sé —respondió—. Pero es difícil, ¿sabes? Soy su padre, se supone que debo protegerla, pero parece que nada de lo que haga es suficiente.

Sentí que mi corazón se apretaba un poco. No quería invadir su espacio, pero también sabía que necesitaba apoyo. Di un paso más hacia él, colocándome a su lado, sin decir nada más. A veces, el simple acto de estar presente era suficiente.

—Charlie, estás haciendo lo mejor que puedes en circunstancias que son... bueno, fuera de lo común. Bella está pasando por algo que no podemos entender del todo, pero eso no significa que estés fallando. A veces, simplemente necesitamos aceptar que no tenemos todas las respuestas y buscar ayuda externa.

Charlie me miro a los ojos los cuales reflejaban una lucha interna. Él estaba a punto de decir algo, pero rápidamente continué en un tono cálido.

—También es importante que no te olvides de ti mismo. No puedes ayudar a Bella si estás desgastado y exhausto. Tómate un respiro, y recuerda que no estás solo en esto. Tienes a Roxy, a Killian... y bueno, a mí, si me permites.

DRIADES || EMMETT CULLENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora