Hoy estaba sola en clases. Ian no había venido porque había salido a alimentarse de algún animalito indefenso del bosque. Thea también había ido con él; quería asegurarse de que se alejaran lo suficiente para evitar problemas con los lobos. Aún me costaba creer que los hombres lobo existieran. Todo esto parecía sacado de una película de terror o de fantasía, pero era mi nueva realidad.
Lobos... hombres lobo. El concepto aún me hacía sentir escalofríos. Y el hecho de que uno de ellos fuera alguien que conocía desde pequeña, Paul Lahote, hacía todo aún más extraño. Me preguntaba si él había sido siempre así, o si era algo que había sucedido más recientemente.
Intenté centrarme en la clase de arte, pero era difícil. Las palabras de la señorita Woods flotaban en el aire sin llegar realmente a mí. Mi mente volvía al claro del bosque, al modo en que Sam Uley y los otros lobos nos habían rodeado. Pero sobre todo, me volvía a Thea, a cómo se había colocado frente a mí, protegiéndome instintivamente.
—Roxy, ¿estás bien?
La voz de la señorita Woods me sacó de mi ensimismamiento. Me giré para encontrarme con su mirada preocupada. Llevaba como siempre una falda verde y un chaleco demasiado hippie, pero le quedaba a ella.
—Ah... sí, lo siento, señorita Woods —respondí, intentando parecer más alerta de lo que realmente estaba—. Estoy... solo un poco distraída.
Ella asintió lentamente, observándome con esa mirada que siempre parecía capaz de leer pensamientos.
—Bueno, estamos trabajando en el proyecto de las luces y sombras hoy. Necesito que te concentres, Roxy. Es un tema complicado, pero creo que podrás manejarlo. —Sonrió con suavidad—. ¿Hay algo que te preocupe?
Negué con la cabeza, tratando de disipar las imágenes de lobos y claros de mi mente.
—No, nada serio. Solo una mala noche —mentí.
La señorita Woods pareció aceptar mi respuesta, aunque una ligera arruga en su frente sugería que no estaba del todo convencida.
—A propósito, acabo de enviar tus cuadros —continuó la señorita Woods, su tono algo más entusiasta—. Tardarán al menos dos semanas... así que a finales de mes más o menos tendremos los resultados.
Mi corazón dio un pequeño vuelco al escucharla. Había olvidado por completo que ella había enviado mis pinturas para el concurso de arte. Había sido su idea, una especie de empujón amable para que participara y mostrara mi trabajo. Yo no estaba tan segura de mí misma, pero la señorita Woods había insistido.
—Oh, eso es... eso es genial —logré decir, aunque mi mente seguía un poco lejos.
—Roxy, tienes mucho talento —añadió ella con una sonrisa más cálida—. No me cabe duda de que recibirás buenas noticias.
Asentí, agradecida por su apoyo, aunque no estaba segura de si me emocionaba o me aterraba la idea de que mis cuadros fueran juzgados por extraños. Cuando la última campana sonó, sentí un alivio palpable al salir del aula. Caminé rápidamente hacia mi auto, tratando de esquivar a la multitud de estudiantes. La llovizna persistente y el cielo gris daban a todo un aire sombrío. Justo cuando estaba a punto de cruzar el estacionamiento, algo me hizo detenerme. Allí, recostado en mi auto, vi a Paul Lahote.
Paul se enderezó y me sonrió al verme. Su actitud era relajada, casi como si estuviera esperando una conversación amistosa. La tensión que había sentido en el claro del bosque no estaba presente ahora.
—Hey, Roxy —dijo con una sonrisa casual—. Esperaba encontrarte aquí.
Me acerqué a él, sintiendo una leve relajación al ver su expresión amigable.
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DRIADES || EMMETT CULLEN
FanfictionToda mi vida había sido un completo desastre, Pero cuando llegué a Forks, un lugar donde los árboles parecían susurrar secretos, algo cambió. Era como si algo me esperase, Emmett Cullen irrumpió en mi vida como un rayo de luz en la oscuridad. Pero m...