Estaba en mi habitación, concentrada en la tarea de matemáticas que parecía más complicada de lo habitual. El lápiz se movía lentamente sobre el papel, mientras intentaba despejar mi mente del caos que había sido la semana. Killian había sacudido mi mundo de una manera que aún no terminaba de comprender. Sus palabras, su presencia, y el misterioso magnetismo que emanaba me mantenían en vilo, incluso cuando no estaba a su lado.
Estaba tan inmersa en mis pensamientos y en la tarea que apenas noté el suave toque en la puerta. Sin levantar la vista, dije: "Sigue".
La puerta se abrió con un ligero crujido, y cuando finalmente levanté la mirada, me encontré con Bella en el umbral, su rostro marcado por una expresión dura y ceñuda. Era evidente que algo la molestaba, y su habitual frialdad se sentía aún más intensa.
—¿Qué quieres? —pregunté, sorprendida por su presencia y el aire de confrontación que traía consigo.
Bella no perdió el tiempo y fue directa al grano.
—¿Quién es el nuevo? —preguntó, su tono cargado de suspicacia. La pregunta salió como si la respuesta fuera algo de lo que ella necesitaba desesperadamente enterarse.
Me quedé en silencio por un momento, tratando de entender la urgencia en su voz. No era común que Bella viniera a verme, y mucho menos con esa actitud tan agresiva.
—¿De quién hablas? —respondí, aunque sabía perfectamente a quién se refería.
—El chico nuevo del que todos están hablando. El que parece que no puede despegarse de ti —dijo, cruzando los brazos con desdén—. No me hagas perder el tiempo.
Me mordí el labio, intentando mantener la calma ante su evidente hostilidad. Bella nunca había sido particularmente amable conmigo, pero hoy parecía estar buscando una pelea.
—Se llama Killian —respondí con voz firme, tratando de no darle la satisfacción de verme alterada—. ¿Por qué te importa?
Bella dio un paso más hacia mí, su ceño fruncido se intensificó.
—Porque tiene los ojos dorados, Roxy. —Su voz bajó a un tono casi amenazante—. Es un vampiro, ¿no? Y si es un vampiro, ¿qué hace aquí? ¿Qué están planeando?
Me quedé helada. No era común que Bella hablara abiertamente sobre vampiros, al menos no en un entorno tan casual. Pero su acusación me tomó por sorpresa.
—¿Un vampiro? —repetí, fingiendo incredulidad aunque sabía que ella hablaba en serio—. ¿De qué hablas, Bella? No sé de dónde sacas eso.
—No te hagas la tonta —respondió ella con frialdad—. Los Cullen tienen los mismos ojos. No intentes negarlo. Y ahora aparece este Killian, y de repente está pegado a ti. No soy idiota, Roxy.
Su tono fue subiendo de intensidad, y pude ver que estaba empezando a perder el control sobre su rabia.
—¿Qué pasa, Bella? —le pregunté, sin poder ocultar mi frustración—. ¿Por qué estás tan obsesionada con los Cullen? ¿Por qué crees que todo gira en torno a ellos?
—Porque lo hace —dijo ella, su voz afilada—. Ellos me dejaron, se fueron sin una palabra, y ahora tú tienes a un nuevo amigo vampiro. ¿Por qué los Cullen te mandarían a alguien a ti? ¿Qué tienes tú que yo no?
Sus palabras eran venenosas, cargadas de celos y amargura. Estaba claro que la ausencia de los Cullen la había afectado más de lo que estaba dispuesta a admitir, pero ahora estaba proyectando toda esa angustia en mí.
—Killian no es amigo de los Cullen, Bella —dije, mi voz firme pero tranquila—. Y si lo fuera, no es tu asunto. No puedes seguir viviendo en función de ellos. Tienes que dejarlos ir. No todo lo que pasa en tu vida tiene que ver con los Cullen.
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DRIADES || EMMETT CULLEN
FanfictionToda mi vida había sido un completo desastre, Pero cuando llegué a Forks, un lugar donde los árboles parecían susurrar secretos, algo cambió. Era como si algo me esperase, Emmett Cullen irrumpió en mi vida como un rayo de luz en la oscuridad. Pero m...