Capítulo 16

37 7 1
                                    

Elara

Vaya nochecita.

Tenía previsto descansar bien para la misión, pero es jodidamente complicado cuando cuatro Orígenes del Mal te regalan un trato especial durante gran parte de la noche. Apenas he dormido unas horas, pero supongo que mi cuerpo inmortal no lo necesita.

A través de la ventana de la habitación de Valtian veo que es de día, pero todavía no se cuela la luz del sol, lo que me indica que no es demasiado tarde. Es justo a la hora que me dijo mi réplica.

Me levantaría, de verdad, pero se me hace imposible mover los dos gigantes con alas más grandes que mi cuerpo que me abrazan por ambos lados, con mis mariposas descansando sobre ellos, también dormidas todavía.

Estoy atrapada.

¿Ayuda?

Vale, a ver, Elara, céntrate.

—Despertad —digo, pero nadie se inmuta.

—Yo ya estoy —responde Darcy ya vestido, como si llevara un rato esperando por nosotros.

¿En qué puto momento se ha levantado del lado de Sirius y ya se ha preparado?

—Oid, vosotros, grandullones.

Trato de empujar tanto a Sirius como a Denahi, me agito de un lado a otro para intentar moverlos un centímetro, pero es misión imposible. Aún por encima tienen efecto de enredadera mágica, y cuánto más te resistes, más te aprietan contra ellos.

—Hay que levantarse —dice Valtian vistiéndose los pantalones, aún con el pecho esculpido y musculoso al aire.

Acaba de salir del lado de Denahi, quién dio señales de vida al emitir un pequeño quejido cuando Valtian dejó de abrazarle la cintura.

Hablando de enredaderas, resulta delicioso ver la que tiene Valtian tatuada en la espalda, llena de espinas, que asciende por toda su columna y que se ondea con el movimiento de sus músculos mientras se pone una camisa.

Denahi gruñe a mi lado, lo tengo a pocos centímetros de mi rostro y tiene los labios entreabiertos. Separa ligeramente los párpados para verme, baja su vista hacia mi hombro y lo muerde de forma repentina. A estas alturas ya conozco sus mordiscos a la perfección, este significa "buenos días" y "sigo teniendo sueño, quiero dormir más y que te quedes conmigo mientras tanto".

Sirius sigue durmiendo profundamente, hasta que Darcy crea una corriente de aire que le recorre el cuerpo entero y lo agita en la cama, levantándolo un par de centímetros bruscamente hasta que se despierta. Más o menos.

—Oye —ronronea Denahi dándole golpes a Sirius en el brazo, ambos aún con los ojos cerrados.

—¿Hmm? —gruñe Sirius con voz somnolienta.

—Muévete, hay que prepararse.

—Lo haré cuando tú lo hagas.

—Tú primero.

Aprovecho el desliz para sentarme en medio de ellos, al fin libre, y me levanto de la cama completamente desnuda. Sirius y Denahi se abrazan para seguir durmiendo. Me moriría de ternura si no temiera por mi vida antes por llegar tarde junto a Elisa, ¡y por no saber dónde coño se ha metido mi ropa!

Repaso mentalmente los sitios de la casa en los que he estado anoche con ellos, y salgo de la habitación de Valtian para comprobar si mis sospechas son reales. Bajo rápidamente las escaleras para ir al salón principal, donde efectivamente, encuentro mi ropa.

Hago una mueca de asco al ver que está manchada de agua y cristales de un jarrón con flores que hemos tirado anoche. Supongo que estaría bien aprender a no montar un escándalo, aunque no puedo mentir y decir que no me encanta. Así que con cuidado de no cortarme, me acerco y agarro el vestido y los zapatos desperdigados por el suelo para ir a mi habitación.

Por el ControlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora