Capítulo 1

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Elara, Miedo/Valentía.

La luz del sol me molesta a través de los párpados. Estoy tumbada en algún lugar, pero por el tacto de mis manos, diría que en uno con hierba. Me levanto hasta sentarme y me froto los ojos. Al abrirlos, descubro un precioso jardín de rosales. Hay rosas blancas, rojas, rosas, naranjas, moradas, amarillas, azules, negras...

Escucho unos extraños sonidos que dirigen mi mirada hasta lo que se esconde tras un arbusto de mi izquierda. De entre él, aparece un zorro que camina hacia mí, con su rabo peludo acariciando el suelo. Ladea la cabeza cuando hacemos contacto visual. Se sigue aproximando con cierta desconfianza, y mi primer impulso es acariciarlo, cosa que me permite encantado.

Se separa, da un brinco como si fuera a meterse bajo la nieve en invierno y comienza a correr entre los rosales.

-¡Espera! -exclamo, antes de levantarme e ir tras él.

Elisa, Ira/Paciencia.

El olor a azufre es insoportable, y los restos de piedra volcánica que se adhieren a mi piel comienzan a resultar jodidamente molestos. He emergido de la lava de un volcán como quien sale de un baño y el vapor sale de mi cuerpo con el calor abrasante, recorriendo cada uno de mis músculos.

Escucho un rugido cercano, poderoso como un trueno salvaje que desgarra el silencio. Mi mirada viaja hasta el tigre apoyado en las rocas sobre un mar de lava, la misma que parece formar su pelaje llameante, como si acabásemos de surgir del mismo lugar.

Una vez nos miramos, no pierde el contacto visual mientras se gira hasta darme la espalda, y comienza a saltar y a trepar entre las gigantescas rocas para salir de aquí. Memorizo su trayecto y atravieso la magma hasta subirme al terreno sólido. Las pequeñas piedras que me envuelven caen por el camino como si se asustaran de pegarse a mi piel.

Miro al frente, recuerdo el trayecto del tigre y comienzo a trepar hábilmente por el terreno, lista para salir de aquí.

Por el ControlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora