Capítulo 6

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Denahi

¡Si os he gustado en el capítulo anterior levantad una mano!

Ya sé que sí, ya podéis bajarla. En fin, últimamente no sé qué hacer. Me siento solo, mi hijo Sitka no está y Leandrior no quiere ni vernos, lo único que me mantiene en pié es nuestra nueva "misión" de conocer a las réplicas de nuestra llama oscura e integrarlas en el grupo. Eso y liarla de vez en cuando por Galvyr montados en nuestros caballos por petición de Vellum.

En realidad la orden es para Kenai, pero cuando está ocupado observando a Leandrior nos manda a nosotros a divertirnos. Una noche nos llevaremos a Elara, se lo pasará en grande.

Kenai ha ido a hablar con Bielea, la Diosa de la Vida, y esta le ha asegurado que soltará a su hijo si Kenai muestra buen comportamiento, y no vuelve a amenazar con robar la vida de todo el mundo. En cuanto a Noxos... Kenai no le tiene puesta ninguna esperanza, desde nunca. Y después de lo que le ha hecho a su hijo y cómo lo ha chantajeado, tan solo quiere matarlo. 

¿Qué clase de monstruo daría a elegir entre un hijo y la llama oscura? Por los dioses.

Ser llama oscura implica establecer un vínculo entre un mortal y un Nyxigorn, que puede ser o bien un príncipe o una princesa de la noche, un hijo de Noxos en definitiva. Es decir, lo que es Kenai. La parte mortal del vínculo no es escogida por el ser oscuro, sino que es el fruto del azar. Sin embargo, en el caso del Mata Dioses ha sido fruto de la venganza de la familia Elésscoltar, pero eso ya es una historia mucho más extensa que os repartiremos a lo largo del libro, tampoco quiero agobiaros.

Por ahora os comentaré la situación actual, y es que Kenai, cuando no trabaja para Vellum, está centrado en averiguar la venganza de Leandrior por su traición, aunque no la espía con ese único motivo, sino más bien por su adicción incontrolable a ella. No obstante, lo único que ha descubierto es que no para de comerse a personas y de escribir en un diario que no ha sido capaz de abrir, seguro que está sellado con un hechizo.

Para mi suerte, me toca afrontarlo todo con mi compañera ideal al lado.

Me falta conocerla en profundidad, por supuesto, pero a partir de ahora tendremos tiempo de sobra para ello. Ya que Elisa no hace acto de presencia, seré un pesado con Elara, solo por ahora. Le tocaré los cojones a Lisa también cuando llegue el momento.

Unas mariposas preciosas y prácticamente invisibles se nos unen en el camino, y no parecen querer irse. Nada más se han posado sobre Elara, se han tornado de color negro y rojo brillante, tanto que el diseño de las alas hacen de lámpara en el bosque.

-Son mariposas de Occam -explico-. Adoptan el color y la forma del alma sobre el que se posan.

Ella se queda muy quieta, viendo como esas criaturas se posan sobre sus brazos. Sus ojos brillan del mismo tono mientras me mira con una sonrisa que no le cabe en la cara, y yo le devuelvo otra igual como un tonto perdido, completamente embobado.

Es que es tan adorable...

Sus ojos corazón también brillan, en un tono más claro que los míos. Algunas mariposas se separan de ella para acercarse a mí. Nada más me tocan, sus alas se vuelven frágiles como cristales hechos de hielo luminoso, casi transparente. Elara abre mucho los ojos.

-Es por mi poder -explico creando una pequeña nevada en mi mano derecha, mientras mi pelo se torna celeste.

Rápidamente formo una bola de nieve y se la tiro. Aprovechando su confusión echo a correr por el bosque para llegar junto a la hoguera y los tambores feéricos. Antes de salir de la oscuridad, escondo mi aro y mis alas. Literalmente al mismo tiempo, ella y yo comenzamos a bailar al son de la música.

Por el ControlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora