Elara
Agito las piernas en el aire sobre el regazo de mi abuelo mientras le abrazo el cuello. Bostezo con sueño y juego a crear unas estelas de luz en mi mano mientras él lee muy concentrado unos informes, sus ojos turquesas brillan con sabiduría.
—No sé qué hacer... No sé qué elegir... —Me echo hacia atrás y cierro los ojos con un suspiro—. No sé lo que quiero. —Estrujo los lazos de mi vestido entre mis dedos—. Te tengo a ti, a Denis y a Elisa, y así estoy bien, pero creo que la Diosa no me ha devuelto a la vida para no hacer nada más.
—Yo creo que estás destinada a conseguir muchas cosas. Tienes un potencial demasiado grande como para desperdiciarlo viviendo entre mercenarios, y el chico este que te gusta, lo tienes comiendo de tu mano. Aprovéchalo, es Envidia.
—Pese a todo, aquí sigue conmigo. No lo entiendo, apenas nos hablamos siquiera, y soy una borde con él a veces.
—En eso consiste el amor, en superar las adversidades juntos aunque llegue la tormenta.
—¿De verdad crees que me quiere?
—Pues claro que sí. —Deja los informes para escrutarme con la mirada.
—Pero me traicionó.
—A veces cometemos errores, pero eso no nos hace malas personas. Lo que importa es cómo los reparamos después. Ese zorro lo ha dejado todo por ti, aprovéchalo y aprecia lo que tienes ante ti. —Me agarra la mano y pone la palma hacia arriba, con el susto que me ha dado un rayo de luz sale directo al techo y lo cruza—. Mira todo este poder, es impresionante.
—Mi fuerza ha aumentado por la cantidad de creyentes que he adquirido. Lisa me dijo que Leandrior y ella esparcieron el rumor de que yo sería la Salvadora.
—Bueno, eres una Justiciera, como lo era tu madre —me responde con una sonrisa nostálgica—. La veo a ella a través de tus ojos.
—En realidad, Leandrior se parece más a ella que yo.
—Tu madre no provocaría semejante catástrofe. No hay justicia en las víctimas inocentes, aunque qué puedo decir yo, dirigiendo un reino compuesto por mercenarios. —Se ajusta la corbata y pierde su vista en las cascadas que se aprecian tras la ventana—. No necesitas a Vellum o a Leandrior para triunfar. Puedes crear tu propio camino, no estás sola. Tus seguidores te acompañarán siempre. —Me acaricia el rostro—. Eres el miedo. Muéstraselo a todos ellos.
La puerta del despacho se abre sin llamar y Elisa entra a toda prisa con la respiración agitada. Se acerca a la mesa de mi abuelo y apoya las palmas en ella con un estruendo, mirándome fijamente.
—Eli. Podemos continuar tú y yo la búsqueda de objetos, emprenderemos el viaje a la Isla de Trono para obtener el Mandoble del Olvido. Juntas podremos crear a una nueva especie, no nos hace falta nadie más.
—¿Cómo? —Bajo del regazo de mi abuelo de un brinco y me acerco a ella por el otro lado de la mesa—. Pero ese es el plan de Leandrior.
—Ya no —escupe con odio—. Es nuestro plan. Somos las únicas que podemos conseguirlo. —Mira hacia abajo y de inmediato hinca la rodilla en el suelo frente a mí—. Eres la única a la que quiero seguir, mi reina.
Miro a mi abuelo, totalmente confundida. Él me sonríe con complicidad mientras se prende un cigarro y toma la primera calada.
Cuando cae la noche vuelo por el cielo con mis tres alas a cada lado, en dirección al este. Los que me ven refuerzan sus creencias en mí y me siento más poderosa con cada aleteo, he perdido el vértigo al renacer como un ángel.
Aterrizo con cuidado sobre el suelo de Hasland, mis alas expanden un poco de arena a los alrededores y entro prácticamente descalza al castillo, escuchando las olas de la orilla en la playa cercana. Me encanta caminar así, lo único que sostiene mis pies es una cadena brillante repleta de adornos minúsculos.
Frente a mí se alza el único trono que hay en el castillo. Cada guardia que mira directo a los ojos de mis alas quedan sumidos en un profundo sueño. No despego la vista del trono mientras asciendo por las escaleras hacia él. Tengo entendido que aquí reina ahora la reina suprema del continente.
Con cuidado poso mi mano en el reposabrazos, y de seguido me doy la vuelta para sentarme en él. Ahora entiendo porque Vellum y Leandrior están tan locas por esto, el poder sienta bien, y ahora será mío.
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Por el Control
FantasyElara y Elisa son dos réplicas de Leandrior Elésscoltar, la verdadera reina del continente de Galvyr cuyo trono ha sido usurpado por la Bruja Negra. Ambas son mujeres de distinto físico y distinta personalidad, pero que proceden de una misma persona...