Kenai
He aprovechado que todos estabais dispersos por ahí para colarme en tu habitación. Nadie se ha enterado, yo soy la preocupación más pequeña ahora mismo en tu plan de venganza y destrucción. Ya he visto qué has hecho, y qué has estado a punto de hacer, y sinceramente no me puedes tener más a tus pies. A la mierda Vellum y todos sus planes, joder.
Claro que, yo no he dicho nada, ¿vale? Mi hijo está en juego y eso.
Escucho el sonido de las puertas de roble abriéndose, alguien ha entrado en la mansión. Mis sombras se cuelan entre las paredes para verte caminar con ira y determinación hasta sentarte en el trono de tu familia. Mis sombras expanden susurros por los alrededores, pero no te das cuenta de ellos. Con sumo cuidado me aproximo a ti desde el piso superior, envuelto en oscuridad que se dispersa cuando te veo y poso mis pies en el suelo.
—¿Qué tal ha ido? —Parezco un niño indefenso, no sé ni qué preguntarte—. ¿Lea?
Estás sentada con una pierna sobre la otra y los brazos apoyados. Tus párpados están cerrados, pero no creo que pases de mí, es que directamente no me estás escuchando. Me aproximo un par de pasos. Luego, subo los escalones hasta ti y te agarro de los hombros, te zarandeo varias veces pero no intentas matarme. Sigo oyendo el latido de tu corazón, eso me tranquiliza, pero ¿a dónde has ido?
Tu pecho se mueve de arriba a abajo demasiado rápido, estás intranquila, como si estuvieras teniendo una pesadilla horrible. Trago saliva tan alto que es el único sonido en la sala, y me atrevo a acercarme más a ti. Con sumo cuidado, como si estuviera tocando un objeto frágil, coloco mi pulgar sobre tu ceja para estirar tu párpado. En cuanto veo que tu ojo se ha tornado de un color rojo como las llamas de tu dragón me aparto a grandes pasos.
No estás aquí, claro que no.
Estás con él.
Huelo salud a través de cada uno de tus poros, estás bien, solo que no conmigo. Supongo que solo me queda esperar a que vuelvas, ¿o quizás debería irme? No lo sé, ¿disfrutarías de verme al despertar del trance? Miro hacia las escaleras del piso superior y la puerta de tu habitación, te esperaré allí en todo caso.
Todo sigue como cuando llegué, la cama está como recién hecha con la manta de terciopelo granate extendida, las prendas del armario bien colocadas y cada perfume en su sitio. Solo hay una diferencia de las demás veces: el diario abierto de par en par encima de tu escritorio.
No sé cómo no me di cuenta antes, joder. Corro a plantar las palmas sobre la mesa de madera, haciéndola surgir con el golpe. Has tenido que estar realmente ida para haber cometido tal error, preciosa. Mis mechones delanteros y negros me cubren la frente mientras observo con detenimiento las hojas que tanto ansié leer durante todos estos meses.
Bien, veamos... Anda, pero si aparecemos nosotros.
Nuestros nombres no están colocados en forma de prosa, sino a modo de tabla. Melinna, Valtian y Darcy tienen un tick debajo. Qué curioso, justo fue a ellos a quienes te tiraste, al menos por ahora. Debajo de los nombres se encuentran los títulos de cada una de nuestras cartas del tarot del teatro del Laberinto de Ensueño. Paso la página y arrugo el ceño. Me esperaba que pusieras tus pensamientos más oscuros aquí dentro, tus delirios, no una receta de cocina.
Paso número 1: verter los fluidos a la mezcla, removerlos las veces que sea necesario.
Paso número 2: añadir sangre de un componente emocional a la síntesis.
Paso número 3: introducir la mezcla dentro del corazón humano espolvoreado con romero, menta, rosas, clavo y tomillo.
Paso número 4: colocarse de espaldas al sol, con tu sombra frente a ti.
Paso número 5: ingerir el corazón antes de que caiga el sol.
Me alejo de golpe del diario y comienzo a abrir cada uno de tus cajones. Tengo un muy mal presentimiento, Lea. No hallo nada más que papeles viejos, fórmulas y hechizos fallidos que has olvidado quemar; una mezcla de elementos claves para el hechizo perfecto. Mis sombras salen de mi cuerpo y me ayudan a buscar lo que sea que encuentren por toda la habitación, agitando muebles por doquier mientras yo me centro en seguir leyendo.
Por favor, solo pido que no sea lo que estoy pensando.
Paso la página y veo un dibujo de una mujer de pelo corto que sujeta un mandoble casi tan grande como ella. Justo al lado hay un dibujo del decimosexto arcano mayor, la Rueda dela Fortuna. Mis sombras me traen las cartas del Tarot, pero no todas, solo las que conforman la baraja específica de Elara. Es decir, las nuestras. Las observo cuidadosamente y vuelvo al dibujo.
Mandoble del Olvido
Es el título del dibujo de tu réplica. El arma capaz de eliminar la existencia de todo lo que corta. El arma que debe obtener Elisa en su misión de crear a tus queridos Leónidas.
Una caja repleta de frascos que tintinean por el movimiento de mis sombras en el aire llega a mí. La posan a mi lado con cuidado. Hay un total de siete botes cerrados con un corcho. Agarro uno de ellos y leo la etiqueta pegada a él; "Denahi", pone. El siguiente tiene pegado "Sirius", el de al lado "Valtian", este está lleno por la mitad de una sustancia blanquecina que me pone la piel de gallina. El próximo "Aurora", el siguiente que es de Darcy y también está relleno como el de Valtian.
No puede ser.
Me alejo dando pasos grandes y abruptos hasta tropezarme en la alfombra y caerme de espaldas. Apoyo las manos en el suelo y niego con la cabeza una y otra vez. No, por todos los dioses, no me digas que...
Me acerco de nuevo y compruebo mi teoría. Efectivamente, el de Melinna también está lleno.
Mierda, joder.
Mierda, mierda, mierda.
Las cartas de Elara que nos representan a nivel energético, tu sangre porque eres el componente emocional de todos nosotros, el Mandoble de Elisa que hace desaparecer lo que sea de la faz de la tierra, el hechizo con el corazón humano, los fluidos de mis réplicas, el haber regresado con todas ellas para extraerlos... Todo forma parte de tu plan para que Elisa nos aniquile a todos.
Porque si los pierdo a ellos, ¿quién me queda a mí, cuando han sido creados con el objetivo de no sentirme tan solo? Claro que, eso lo sabes perfectamente.
Todo este tiempo, incluso sin emociones, has calculado cruelmente nuestra muerte.
La has liado parda, monada.
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Por el Control
FantasyElara y Elisa son dos réplicas de Leandrior Elésscoltar, la verdadera reina del continente de Galvyr cuyo trono ha sido usurpado por la Bruja Negra. Ambas son mujeres de distinto físico y distinta personalidad, pero que proceden de una misma persona...