"Ni Sueñes que se acabó"

12 1 0
                                    

Mi cuerpo temblaba como una gelatina.Oirle decir esas palabras tan rotundas y tan frías, me hacía temblar de pánico.

Creo...y mira que ya había vivido un par de situaciones así con él,por su culpa, mejor dicho.Pero esta vez,sin duda alguna,era la que más miedo estaba pasando.El terror,se abría paso en cada particula de mi ser.

Me aterraba verle empuñando un arma.Y eso que no era la primera vez que le veía,pero en este caso,no sólo veía cómo lo hacía...más bien,lo sentía.

Sentía de frente,en mis propias carnes,como sin que le temblara el pulso ni lo más mínimo, era  capaz de apuntar mi cabeza con ella.A mi,a su esposa,a la mujer que decía que amaba más que a nada en el mundo,más que a nadie.

Y lo hacía con tanta frialdad, que me daba escalofríos...podía sentir como recorrían mi columna vertebral hasta anidarse en mi nuca erizando mi vello corporal.

Tanto era así ,que mi vejiga se aflojó y las gotas de orina comenzaron a bajar tímidamente al principio,después, una a una con una velocidad pasmosa, hasta formar un charco bajo mis pies desnudos.Estaba caliente y era repugnante esa sensación.

Si hacía eso con la persona que más amaba... ¿Qué no sería capaz de hacer en este mundo?¡Qué tontería!¡Ya lo sabía!¡Era capaz de todo!¡De todo!

Era un monstruo.Un jodido monstruo, que no le importaba nadie.Nadie,excepto él mismo.

Porque por mucho que dijese que todo lo hacía por mi ,no era verdad.La realidad era,que sólo lo hacía por él mismo,para engrandecer su ego.Para sentirse dueño y señor de todo, incluyéndome a mi como una de sus lujosas pertenencias,así como a él le gustaba hacer.

Mi cuerpo se estremecía, yo no era dueña de el.En este preciso momento,era tan grande el miedo sentía, que me estaba meando encima,si,otra vez.

¡Era espantoso!

Jamás había experimentado esta sensación.Y era tan horrible como  humillante.Juro que desearía realmente que lo hiciera.Simplemente, para dejar de sentirlo y que todo acabara al fin.Morir me haría acabar con este tormento.

—Sh...sh...sh...no tengas miedo...sh—repetía a modo de consuelo,dejando un reguero de besos sobre mi mejilla, llevándose así,sobre sus crueles y posesivos labios ,la salada amargura, que mis temblorosos ojos derramaban con gran pesar.

Besos, los que en ese instante,quemaban, dolían,más que si un puñal ardiendo atravesara mi piel abriéndola en canal.

¿Por qué me estaba haciendo esto?¿Por qué?—me preguntaba en mi interior,con tristeza ,exenta del valor necesario para preguntárselo directamente a la cara.

Esa cara que hace un momento me encantaba mirar y que habría deseado mirar por siempre,ahora,en este trémulo segundo, me daba pavor, desearía dejar de hacerlo.

Sólo movía mi cuerpo intentando liberarme de él.Pero era inútil.Mi liberación estaba en sus propias manos.A sabiendas  de eso,no dejaba de intentarlo.Como él tampoco lo hizo.

El cañón plateado de su pistola,seguía puesto sobre mi sien,su mano izquierda rodeaba mi cuello con fuerza.

Yo, aunque asustada,con mis piernas ejercía presión sobre el suelo,pero ni siquiera lograba despegarlo de mi.

—Sh sh...no llores...sh esto no tiene por qué acabar así ...lo sabes perfectamente... cariño...sh sh ...

De hecho, no pasará...escucha...si haces lo que digo no lo haré...

Ángel o DemonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora