La decepción de Severus

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Nota de autora: Esta historia resultó ganadora del concurso de facebook "Fandoms Awards" obteniendo el Primer lugar en la categoría"Mejor villano" con el personaje Julieth Malfoy, primer lugar en la categoría "Mejor pareja secundaria" con Remus y Tonks, segundo lugar en la categoría "Mejor pareja principal" por Severus Snape y Emily Smith, Primer lugar en"Mejor personaje inventado" con Emily Smith y el primer lugar como "Mejor fanfic del 2015"

Muchas gracias a todos los fans de esta historia que votaron por ella, gracias por su tiempo, su apoyo y su cariño.





Faltaban dos semanas para el uno de septiembre, fecha en la que él debía volver a Hogwarts a continuar con su tortura. Horas y horas tratando de hacerle entender a una sarta de ignorantes el verdadero sentido e importancia de elaborar una buena poción, pero eran tan cerrados, tan inútiles, en fin...

Severus Snape se encontraba en el despacho de su casa en la calle de la Hilandera. En la mano derecha sostenía un vaso con whisky de fuego que de vez en cuando se llevaba a los labios; de pronto dejo de pensar en los chicos que lo aguardarían en Hogwarts para torturarlo nada más con su presencia. En cambio una imagen dolorosa se dibujó en su mente.

Había llegado a tener sentimientos muy fuertes hacia ella. Era como si ella tuviese una especie de imán que lo atraía desesperadamente. En definitiva, Julieth se había convertido en su perdición, más de pronto, sendas lágrimas surcaron su rostro cetrino y, sintiéndose frustrado ante su propia debilidad, se levantó de su sillón favorito hecho con piel de dragón Galés verde y arrojó el vaso que tenía en la mano contra la pared, salpicándose de vidrios rotos y de whisky. No podía quitarse de la memoria aquel terrible recuerdo.

Tomó la varita para posarla sobre su cien, tiró ligeramente de ella y extrajo una sustancia plateada que no era ni líquida ni gaseosa, dio algunos pasos hasta donde tenía su pensadero y depositó allí aquel recuerdo. Ni siquiera sabía por qué lo hacía, tal vez para convencerse de que aquello realmente había pasado y que definitivamente debía arrancar a Julieth de su memoria.

El hombre pues, sumergió la cabeza dentro de la vasija del pensadero e inmediatamente sintió que fue succionado por él. Imágenes fantasmales fueron cobrando cada vez más consistencia frente a sus negros ojos. De pronto se encontraba en la mansión Malfoy donde solía reunirse con los demás mortifagos y El señor Tenebroso.

Ese día acababan de tener una reunión. Julieth se veía bellísima como siempre. Estaba conversando con su primo Lucius. En aquel recuerdo, Severus se vio a si mismo yendo hacia aquella mujer, la tomó con delicadeza del brazo para alejarla de su primo y de los demás para confesarle lo que estaba comenzando a sentir por ella, más de pronto, cuando estuvo a punto de revelarle que estaba listo para enseriar su relación, ocurrió algo que lo desconcertó. Ella comenzó a reír compulsivamente.

—¿En serio? —preguntó entre risas—. No me irás a decir que me tienes un anillo de compromiso ¿o sí?

Él, crispado de rabia hacia sí mismo, cerró la mano sobre una pequeña caja de terciopelo que guardaba en el bolsillo de su pantalón.

—Severus ¡Por Merlín! No me vas a decir que me amas, ¿verdad?

—Pe... pero si tú dijiste...

—¿Que rayos importa lo que yo te dije? —respondió ella con frialdad—. Te diré la verdad.

—¿De qué estás hablando, Julieth? —inquirió él sin dejar de mirarla con ojos furibundos.

—Todo fue una farsa, una apuesta.

Severus enamorado de una Bruja de MacbethDonde viven las historias. Descúbrelo ahora