Severus enamorado de una Bruja de Macbeth

De vuelta a Londres

El día lunes, la sala común de Gryffindor era todo un revuelo, no solo porque todos los alumnos bajaban de sus habitaciones con los baúles pues se irían a casa a pasar vacaciones de Semana Santa, sino porque todos felicitaban a los gemelos Weasley por su osadía y determinación, era evidente que todos sabían que habían sido ellos los causantes del revuelo con los fuegos artificiales, pero nadie había querido delatarlos; incluso Hermione volvió a felicitarlos.

—¿De veras Hermione? —preguntó Fred, extrañado.

—¿Nos estás felicitando de nuevo? —terció George.

—Sí, tontos —respondió ella con una sonrisa—. A veces, solo a veces está bien romper las reglas. Todo sea por fastidiar a Umbridge.

—¡Cielos! —exclamó Ron—. Y yo adoro cuando te pones rebelde, Hermi.

Al decir esto la tomó de la barbilla y la besó en los labios.

—¡Uhhhh! —exclamaron los demás haciendo que ella y Ron se ruborizaran.

Pronto estuvieron desayunando en el gran comedor donde cientos de búhos y lechuzas comenzaron a dejar su carga. Al poco rato, ya todos estaban camino a Hogsmeade. Todavía algunos fogonazos se perdían en el cielo nublado. Emily se había dirigido primero a la sala de trofeos donde ubicó, en uno de los nichos vacíos, el preciado Brithish Magic Music Award que había recibido la banda de parte de sus fans; posteriormente se dirigió junto a los demás a la estación de Hogsmeade donde, para variar, había un montón de paparazzis listos para asediarla. Severus y Emily prefirieron viajar en el tren y no por aparición ya que los profesores tenían la opción de viajar en el tren si querían y ellos optaron por disfrutar del paisaje, además, la red flu estaba bloqueada por Umbridge. La pareja por supuesto ocupó el vagón de los profesores donde hallaron a algunos de sus colegas, incluso a Lupin que a su vez había invitado a Tonks a viajar con él (Por supuesto los aurores también tenían vacaciones de Pascua o Semana santa)

—¡Por la barba de Merlín y Por los clavos de cristo! —exclamó Tonks al ver entrar a Severus y Emily—. Lo de anoche fue simplemente inolvidable. La banda estuvo fenomenal en la entrega de los premios; tres nominaciones de cinco no está nada mal y para rematar... esa... esa exhibición de... jajaja... Fuegos artificiales. Los demás aurores y yo corríamos de un lado a otro detrás de los petardos pero eran demasiados, incluso todavía queda alguno que otro por ahí. Fue muy divertido

—Definitivamente Umbridge debió extrañar la presencia de Dumbledore —añadió Lupin—, debe estar añorando su presencia. Es una maravillosa oportunidad para que quede demostrada su ineficiencia. Creyó tener el control pero se equivocó ¡Fíjense! Es la primera vez que casi todo el mundo se retira del castillo en vacaciones de Semana Santa.

—Si hasta Minerva que siempre suele quedarse en Hogwarts durante casi todas las vacaciones, también se está yendo —terció Snape con su voz parsimoniosa señalando con la cabeza a la profesora que ingresaba al vagón en ese momento, seguida por Ron que le traía el equipaje.

—¡Gracias, señor Weasley! —dijo la bruja y tomó asiento mientras el chico se retiraba a su vagón, junto a sus amigos.

El maquinista hizo silbar la locomotora para llamar la atención de los rezagados.

—¡Ohhhh! tal vez el sapo se deprima al verse solo en un castillo tan grande —comentó Nymphadora con aire burlón—. Creo que solo se quedaron en el castillo Hagrid, Trelawney, la señora Pince y la señora Pomfrey, además de Pevees y los fantasmas, claro está.