El sapo versus el lobo

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Aquella noche nadie vio a Emily en el gran comedor para la cena, desde la mesa de Gryffindor, Hermione la buscó con la mirada, Tonks también, pero no había ni rastros de ella en la mesa de los profesores. 

A la mañana siguiente tampoco se vio a la chica a la hora del desayuno, ni en el salón de música, los estudiantes solo tuvieron clases con Musbick, hasta se estaban corriendo rumores de que la joven cantante había abandonado el castillo.

No, Ginny, no creo que se haya ido así sin despedirse dijo Hermione—, tal vez esté enferma y no quiere salir de su habitación.

Severus pensó en lo que acababa de escuchar al pasar junto a la mesa de Gryffindor, Granger debía tener razón, Emily jamás se iría así del castillo. Por la tarde, el profesor de Pociones entró a la sala de profesores para relajarse un poco, le gustaba utilizarla a esa hora porque sabía que nadie más lo hacía, bueno, nadie más excepto...

¡Emily! exclamó de forma inconsciente Snape al verla frente a la ventana que daba hacía los jardines, y desde donde se podía divisar en la lejanía las torres de las gradas y los aros de gol del campo de Quidditch. Ella estaba de espalda a la puerta por la que él acababa de entrar. Snape dándose cuenta de que la había llamado por su nombre de pila se corrigió a sí mismo—. Quiero decir... Smith.

Ella giró parcialmente su rostro hacía él, tenía señales de haber estado llorando

Tranquilo respondió—, ya me voy, ya sé que te gusta estar solo aquí dijo finalmente mientras se dirigía a la puerta.

No podía ser posible ¿Emily había decidido irse sin pelear? Sí que debía estar lastimada, entonces sintió pena, pero también rabia, mucha rabia con ese tal Roger que había roto su corazón, y también con ella por dejarse vencer así tan fácil.

Creí que eras más fuerte musitó el profesor cuando ella le pasó por un lado para marcharse.

La chica se detuvo en seco y giró sobre sus pies para darle el frente.

¿Perdón? dijo enarcando una ceja—. ¿De qué rayos me hablas, Snape?

De la invitación que recibiste contestó él.

Ella se sorprendió masivamente ¿cómo podía saber eso?

Escuché a Tonks y a la señorita Granger hablar al respecto cuando se te cayó la invitación de las manos confesó pues no quería mentirle, ella frunció el ceño—, además El Profeta ya se encargó de publicar el compromiso, pero debo confesarte que yo pensé que eras más fuerte.

Por supuesto que lo soy dijo Emily con voz trémula pero cargada de mucha rabia—. ¡No te atrevas a insinuar lo contrario!

Pues no lo pareces ¡Mírate!

Eso no es tu problema ¡Maldita sea! gritó ella antes de intentar salir, pero él la tomó por el brazo y la hizo retroceder para estrecharla entre sus brazos al tiempo que ella se deshacía en llanto. No sabía porqué lo había hecho, simplemente obedeció a un impulso.

Tranquila dijo él mientras le acariciaba la rubia melena, lo hacía por instinto, algo en su interior le demandaba esa acción—, todo va a pasar, después de la tormenta siempre llega...

La calma, lo sé respondió ella separándose de Snape al tiempo que secaba sus lágrimas—. Pe... perdóname, yo... no sé qué me pasó, a mí no me afecta esto, es solo que... olvídalo y discúlpame dijo antes de irse de la sala de profesores dejando a Severus con los brazos vacíos.

Severus enamorado de una Bruja de MacbethDonde viven las historias. Descúbrelo ahora