Severus enamorado de una Bruja de Macbeth

Es una heroína

 En la sala común de Gryffindor, Harry se sentía muy extraño sin sus amigos, aun no se acostumbraba a la idea de que ambos eran prefectos y debían revisar que todo estuviese en orden en los pasillos. Ya había pasado mucho rato y de seguro no tardaban en regresar. Como no tenían deberes, Harry se sentó en el sofá frente al fuego a leer la biografía de Las Brujas de Macbeth, pero en ese momento escuchó cuando Seamus hablaba con Dean mientras bajaban las escaleras que conducían a las habitaciones, diciendo claramente y en voz alta para que Harry se enterara, que Dumbledore y él estaban chiflados. El Niño que Vivió, completamente molesto se levantó de su asiento, arrojó el libro sobre el sofá y se dirigió hacia ambos apretando los puños.

—¿Qué rayos estás diciendo, Seamus? —lo desafió.

—Supongo que escuchaste bien, ¿no es así? —respondió Dean.

—Mi madre casi no me deja venir de nuevo al colegio por lo que decía El Profeta sobre ti —añadió Seamus muy molesto—, y lo peor de todo es que Dumbledore te apoya, no es más que un chiflado como tú, otro...

—¡Mucho cuidado con lo que dices sobre Dumbledore! —advirtió Harry amenazándolo con su varita. Seamus también sacó la suya.

—¡Ya basta, chicos! —dijo Dean asustado por cómo se estaba volviendo la situación.

Los demás que estaban en la sala común solo observaban atónitos.

—Será mejor que cierres la boca, Dean, y en cuanto a ti, me importa un bledo lo que opinen tú y tu tonta madre.

—¡Retira lo que dijiste sobre mi madre! —ordenó Seamus.

—¡Oblígame!

—¡Harry! —gritaron Hermione y Ron al unísono mientras atravesaban el hueco del retrato

Ambos prefectos solventaron la situación. Seamus y Dean regresaron a la habitación. Harry, Ron y Hermione tomaron asiento frente al fuego. Harry estaba más calmado pero aún seguía molesto, su tórax se inflaba y desinflaba rápidamente como señal de la ira que estaba conteniendo.

—Ya no les prestes atención a esos idiotas, Harry —aconsejó Ron.

—Es que ya estoy harto de las estupideces que dicen sobre mí, Ron, incluso he escuchado por ahí que yo tuve algo que ver con la muerte de Cedric.

—Pero nosotros sabemos que eso no es cierto y con eso debería bastarte —repuso Hermione.

—Bueno, tienes razón, Hermione —reconoció Harry y le sonrió—. Gracias a ambos.

—No hay de que —respondió Ron.

—Sí, más bien concentrémonos en relajarnos ya que no tenemos deberes —dijo Hermione, tomando el libro que Harry estaba leyendo anteriormente, dejó el marca libros en la página que estaba leyendo Harry y avanzó hasta los capítulos finales—. Ya yo voy por aquí —comentó, se dispuso a leer y añadió más tarde—:  ¿Sabían que Espina fue novia de Barty Crouch junior cuando estudiaban aquí?

—¿De verdad? —preguntaron Harry y Ron sorprendidos al mismo tiempo.

—Así es, esta biografía está muy buena, hay muchas cosas que jamás nos hubiésemos imaginado, dice que por supuesto en ese entonces nadie imaginaba qué clase de persona era Barty Crouch, al menos no sabían de lo que era capaz —contestó Hermione—. También dice que los padres de él no estaban de acuerdo con la relación.