El sapo toma el mando

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Emily disfrutó de su fiesta como nadie: bailó, rió y cantó, pero ya era hora de regresar a su habitación, de modo que los invitados de afuera regresaron a sus casas. Los chicos a sus salas comunes y los profesores a sus habitaciones.

Harry, Ron y Hermione caminaron libremente por los pasillos porque gracias al mapa del merodeador que Harry poseía, notaron que a esa hora hasta el señor Filch y su molesta gata estaban en su habitación. La agradecida cantante se retiró también no sin antes darles un enorme abrazo a todos, en especial a Dumbledore, Draco, Harry, Ron, Hermione, Dora y desde luego a su Severus a quien le dedicó un abrazo un poco más largo y un beso que lo hizo derretirse.

Emily entró al fin a su despacho y de allí siguió a la alcoba donde encontró a Panda, el gato que le había regalado Severus, hecho un ovillo en un rincón mientras dormía plácidamente.

¡Hola precioso! lo saludó ella mientras lo tomaba en brazos. Él maulló débilmente a modo de respuesta pues tenía mucho sueño y luego comenzó a ronronear—. Ya mami está de vuelta. No deberías dormir en el piso, te voy a comprar una camita, pero mientras tanto dormirás con mamá.

Y al decir esto colocó al animalito sobre la cama quien se hizo un ovillo nuevamente mientras ella se colocaba el piyama, luego se acostó también y comenzó a acariciar a su mascota hasta que se quedó dormida pensando en Severus.

Por la mañana, muy temprano, tan temprano que ni siquiera habían salido los rayos del sol, la áspera lengua del pequeño felino lamiendo la respingada nariz de la muchacha terminó por despertarla.

—¡Hola Pandita! saludó la chica con voz soñolienta, frotandose los ojos—. ¿Qué quieres, bebé?

El gato maulló, se bajó de la cama y se acercó a su cuenco de comida vacío. Ella sonrió y se levantó con parsimonia de la cama, luego tomó un poco de golosinas lechuziles que tenía, las derramó en el cuenco, tomó al gato entre sus brazos y después de apuntar con la varita el contenido del recipiente lo transformó en comida para gatos al instante, después bajó a su mascota al piso la cual se acercó al recipiente y comenzó a alimentarse y ella regresó a la cama para continuar durmiendo.

Un par de horas más tarde, Emily despertó de nuevo, se dirigió al cuarto de baño para asearse, tomó a Panda y se dirigió al gran comedor para desayunar. Al llegar allí, como sabía que estaba Umbridge, no pudo saludar a Severus como quería, pero le dedicó una hermosa sonrisa que él correspondió. La suma inquisidora por su parte no pudo evitar expresarse cuando vio a Emily con el animalito en brazos.

—¡Oh Pero que bonito! ¿Es tuyo, Smith?

—Sí, me lo regaló Severus por mi cumpleaños contestó la chica acariciándolo mientras él cerraba los ojos plácidamente.

—Adoro a los gatos, de hecho mi Patronus es uno añadió Umbridge haciendo ademán de cargar al animal—. ¿Me lo permites un momento? ¡Es hermoso!

Pero el gato, al sentir el contacto de las manos de la inquisidora sobre él, colocó las orejas hacia atrás, esponjó la cola y bufó en actitud agresiva, lo que hizo que ella retirara las manos por instinto, ahogando un grito.

—Es un cruce entre gato persa y kneazle explicó Emily riendo mientras acunaba a su mascota en su regazo.

—¿Y eso te parece chistoso, Smith? inquirió la bruja con exasperación—. Es una bestia, ¿Ya ven por qué odio a los híbridos?

Severus enamorado de una Bruja de MacbethDonde viven las historias. Descúbrelo ahora