La casa de Severus

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Al día siguiente, Emily se levantó de la cama con mucho entusiasmo, estaba emocionada porque al fin conocería más acerca del mundo muggle, se metió al baño, se lavó los dientes, se dio un baño y se colocó la ropa:

Un vestido negro y sin mangas, ceñido a su estrecha cintura y que se ensanchaba un poquito a la altura de las caderas: llegaba unos diez dedos por encima de las rodillas y debajo portaba unos pantalones leggins también negros, un collar largo cuyo dije en forma de cráneo humano con dos huesos cruzados (como el emblema de las banderas de los piratas) le llegaba a la altura del ombligo. En la muñeca derecha portaba su acostumbrado brazalete negro de púas plateadas, en la otra llevaba el brazalete de la amistad que Draco le obsequió y en las orejas los pendientes que Ron y Ginny le habían regalado por cumpleaños.

Posteriormente se dirigió a la cocina donde se comió un pastel en forma de caldero que todavía le quedaba. Panda reclamó su comida, de modo que ella se la sirvió en su cuenco, posteriormente tomó su guitarra, se dirigió al vestíbulo y se sentó en el sofá.

Al tocar los primeros acordes de una de sus nuevas canciones, se dio cuenta de que la guitarra estaba desafinada, al fin había llegado el momento de usar el regalo que Hermione le había hecho (El afinador electrónico de instrumentos) de modo que tomó la varita, apuntó a las escaleras que conducían a su habitación y pronunció el hechizo convocador:

¡Accio afinador!

Una pequeña cajita plateada acudió a su llamado posándose en su mano.

Es hora de usar esta belleza se dijo a si misma, sonriendo mientras abría la cajita para sacar el aparato, luego sacó también las instrucciones que le indicaron como encenderlo.

Cuando las notas aparezcan en rojo en la pantalla, se debe a que están desafinadas leyó—, y cuando aparezcan en color verde amarillento es porque usted ha logrado una correcta afinación.

Ella comenzó a girar las clavijas de la guitarra comprobando la afinación guiándose por la pantalla del aparatito y también por su propio oído.

¡Esto es una maravilla! exclamó la mujer—. Los muggles son unos genios. Logré afinarla mucho más rápido.

Emily comenzó a tocar mientras Panda la contemplaba desde la camita que ella le había comprado. La peluda y abanicada cola del gato se movía lentamente de un lado al otro como señal de que estaba sumamente relajado y encantado con la melodía. Junto a la cantante había un pergamino con pentagrama sobre el cual ella iba corrigiendo notas o agregando unas nuevas.

Cuando ya tenía rato tocando y cantando, escuchó el ruido del motor de un auto que se acercaba estacionándose frente a su casa, posteriormente escuchó la campanilla de la puerta principal. Colocó la guitarra sobre el sofá y se dispuso a abrir la puerta, sospechando de quién se trataba la visita ya que había visto la hora en un reloj cucú que tenía colgado sobre la chimenea: eran las diez en punto, la hora en que había acordado encontrarse con Snape.

¡Sev! exclamó Emily con alegría al abrir la puerta. Él estaba vestido con su acostumbrada casaca negra, pero sin la capa (Pues estaba entre los muggles) Detrás de él había un taxi aguardándolo—, pero ¡que puntual eres, cariño!

Es normal contestó él con una escueta sonrisa—. Se dice que los británicos somos puntuales, pero por lo que veo tú debes ser la excepción a la regla añadió después observando que la mujer, efectivamente, ya estaba vestida, pero aún descalza.

Severus enamorado de una Bruja de MacbethDonde viven las historias. Descúbrelo ahora