Las semanas fueron pasando y ya estaba finalizando el mes de octubre.
En aquel momento Severus se encontraba solo en el salón de profesores mientras todos los demás estaban en el estadio de Quidditch donde Gryffindor se debatía con Hufflepuff. Snape agradecía a Dios que ninguno de sus colegas había entrado a la sala de profesores a molestarlo, disfrutaba su soledad, le gustaba estar así cuando meditaba.
Allí estaba él, degustando una taza de té mientras navegaba en sus cavilaciones, aún no podía sacar a Julieth de su mente, le era imposible y él no entendía porqué, se recriminaba a sí mismo, pero cualquier esfuerzo por olvidarla era en vano.
Sin embargo, por otra parte había notado que muchas veces el recuerdo de Julieth era opacado por la revoltosa imagen de Emily Smith, la vocalista de Las Brujas de Macbeth que actualmente enseñaba música en Hogwart. Era algo extraño porque si bien el comportamiento irreverente de la chica lo desquiciaba, también sentía que le gustaba estar a su lado, le encantaba mirarla y seguirla a donde quiera que ella iba sin que se diera cuenta, definitivamente no podía negar que era extraordinariamente bella, aunque ella se empeñase en usar siempre ropa negra y muchas veces desgarrada a propósito, que le concedía un aspecto rudo, nada podía opacar esa belleza que solo podía poseer alguien que descendiese de una Veela, y lo mejor de todo era que carecía de vanidad , parecía que la chica desconocía su belleza o quisiera prescindir de ella, todo lo contrario a Julieth que siendo mucho menos hermosa que Emily sentía que se merecía el mundo nada más por existir, bueno, no en vano llevaba sangre Malfoy en sus venas. No podía creerlo, sin proponérselo las estaba comparando.
En ese justo instante la puerta se abrió, y la mitad Veela motivo de los suspiros de millones de fans en el mundo mágico, entró en la habitación. En su hombro derecho y atada a una correa le colgaba una guitarra.
Severus tomó un ejemplar de El profeta que tenía sobre la mesa y comenzó a leerlo, o al menos fingía que lo hacía. Ella, muy sonriente como siempre, cerró la puerta tras de sí, echó un vistazo alrededor de la sala y comprobó que solo estaban el profesor y ella.
—¡Buenos días, Snape! —lo saludó dirigiéndose a la tetera que estaba al fondo, justo detrás de él.
—¡Buenos días! —respondió él arrastrando las palabras—. No sé cuántas veces debo recordarle, señorita Smith que para usted soy el profesor Snape.
—¡Bah! Esas son tonterías, ahora somos colegas, ¿no? Más bien deberías llamarme por mi nombre —respondió la mujer haciendo un gesto de indiferencia con la mano.
—No me gusta el exceso de confianza y usted lo sabe bien —respondió Severus.
Pero haciendo caso omiso de lo que él acababa de decir, y después de destapar la tetera, Emily agregó:
—¡Vaya! ¡Vaya! Te tragaste todo el té y no me dejaste ni un poco.
Él bajó el periódico y se giró para mirarla con una ceja alzada.
—No lo preparé para usted —dijo escuetamente, a sabiendas de que a ella en realidad no le gustaba el té, pues se lo había escuchado decir en el gran comedor.
—Eso no importa —respondió ella encogiéndose de hombros al tiempo que llenaba la tetera con agua y luego la apuntaba con la varita—. Qué bueno que no olvidé como convertir el agua en té, el crédito es de McGonagall.
Él entornó los ojos y volvió a su «lectura». Ella se sirvió una taza de té, le exprimió medio limón al contenido (ya que era la única forma en que podía ingerir la bebida) y acercó la tetera a él para ofrecerle. Severus no respondió, sino que, sin apartar la vista del periódico, le acercó su taza para que ella le sirviera.
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Severus enamorado de una Bruja de Macbeth
FanfictionSeverus Snape acaba de terminar una relación tormentosa con una frívola mujer que sólo lo ha utilizado para divertirse, y él por su parte no puede creer que después de haber amado a Lily como a nadie se haya atrevido a abrir su corazón de nuevo para...