La conversación

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Allí estaban, ambos fulminándose con la mirada. Él con la certeza de que ella era una traidora y que sólo quería burlarse, y ella todavía sin comprender absolutamente nada pero con una sola idea fija en la mente, no se iría de allí hasta averiguarlo. Tenía que saber qué había hecho para lastimar así a ese hombre que tanto amaba y que en ese momento la miraba con ojos furiosos y al mismo tiempo cargados de decepción.

Con los brazos cruzados y los finos labios rectos en una sola línea, y aunque le molestaba la actitud de él, Emily decidió bajar la guardia y tratar de indagar tranquilamente.

¿Qué sucede, cariño? preguntó la muchacha con dulzura mientras intentó acariciarle la mejilla.

—¡No vuelvas a llamarme así y no quiero que me toques! espetó él apartándose para no sentir su mano.

Severus ¡Por Merlín! Dime qué sucede ¿qué fue lo que supuestamente te hice para que ahora me trates así? Desde ayer no comprendo nada.

Snape solo podía pensar en lo sínica que era esa mujer y entonces las palabras de Dumbledore llegaron con claridad a su memoria...

«Te sorprendería las cosas que pueden llegar a lograr las mujeres con su astucia»

Trata de recordar, Smith dijo sin relajar el semblante.

¿Acaso alguien te ha hechizado mi amor? Únicamente puede ser eso, pero no te preocupes porque tú siempre contarás conmigo soltó Emily rodeándole el cuello con los brazos para posteriormente besarlo en los labios sin encontrar ninguna resistencia por parte de él

Por un momento él se sintió vivo de nuevo, aquellos labios tibios y suaves eran el bálsamo que necesitaba para mitigar su dolor, pero luego recordó que aquellos mismos labios habían sido los causantes de ese sufrimiento, esos mismos labios crueles también habían besado a Roger, lo habían engañado a él diciéndole que lo amaban y le habían cantado tantas veces sin que ese frío corazón de piedra sintiera algo. Entonces haciendo acopio de la poca fuerza de voluntad que le quedaba en ese momento, tomó a Emily por los hombros y la arrancó de sí sintiendo también que se arrancaba el corazón.

¡Apártate de mí! espetó con rabia—. No... no vuelvas a besarme nunca más.

Solo dime por qué me rechazas, mi amor ¿qué te hice?

¿Quieres saber qué me hiciste, Smith? inquirió Severus avanzando hacia Emily como un gran murciélago asechando su presa mientras ella retrocedía nerviosa hasta toparse con la fría pared de piedra—. ¿Ir a besuquearte con el maldito Carter la tarde del sábado te parece poco?

¿Queeé? dijo ella con los ojos muy abiertos por la sorpresa ante lo que escuchaba—. ¿De qué estás hablando, Severus? Esto tiene que ser una broma de mal gusto.

Por supuesto que no es una broma —respondió él acercando su rostro al de ella para acorralarla todavía más.

¿Quién rayos te dijo eso? La tarde del sábado yo estaba tomando café en casa de mis padres respondió ella.

– Después de todo este tiempo fingiendo que sentías algo por mí, pero ¡claro! Era demasiado bueno para ser verdad ¿No es así? La bellísima chica mitad veela y el amargado murciélago de las mazmorras.

No sé de lo que me hablas, Severus, yo te amo.

Eso no es cierto contestó él separándose de ella—. Jamás me amaste, solo jugaste conmigo como la estúpida mocosa que eres —él quería lastimarla con sus palabras, que se sintiera como él se estaba sintiendo en ese momento—. Por eso no puedo más que aborrecerte dijo lanzándole una profunda mirada de desprecio.

Severus enamorado de una Bruja de MacbethDonde viven las historias. Descúbrelo ahora