Un concierto muy melódico

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Con el dinero que obtuvo por el antiguo anillo, más parte de los ahorros que guardaba en su cámara de Gringotts, Severus logró comprarle un bellísimo anillo de compromiso a Emily, no era demasiado costoso pero si le costó caro, porque aunque supiera que su chica no era una mujer superficial en lo absoluto, aunque ella fuese extremadamente sencilla, quería regalarle algo que simbólicamente representara lo que ella valía para él.

Allí estaba Snape, contemplando la hermosa sortija de oro con un pequeño brillante, en el dorso de la pieza estaban claramente grabadas las palabras:

Te amo.

Se permitió sonreír mientras contemplaba aquellas palabras que antes, jamás se hubiera atrevido a pronunciar y muchos menos frente a alguien que no fuese Lily, menos aun frente a Emily a quien detestaba tanto cuando era una adolescente, pero ¡Cuánto habían cambiado las cosas! Lily ahora era parte de un bellísimo recuerdo, continuaba amándola pero sólo con amor fraternal, como la única persona que le brindó su amistad sincera. Emily en cambio fue la persona que le demostró amor, más allá de una simple amistad, se enfrentó a los prejuicios de sus padres en nombre de ese amor y hasta tuvo que enfrentarse a la muerte por no querer renunciar a él. También le enseñó que la vida no era triste, gris y vacía como antes había creído, demostrándole que valía la pena vivirla.

Emily era una mezcla irresistible de impulso, belleza, sencillez, carisma, simpatía, determinación, valentía y hasta orgullo. La adoraba, simplemente la adoraba y estaba completamente decidido y seguro de que quería hacerla su esposa aun y cuando su futuro ante la expectativa de un nuevo retorno de Voldemort era bastante incierta.

Ahora lo único que faltaba, era la oportunidad perfecta para hacerle la propuesta, si Dumbledore permaneciera en Hogwarts lo habría buscado sin duda alguna para pedirle consejos, pero a esas alturas ya debía encontrarse en cualquier lugar del mundo disfrutando de sus merecidas vacaciones, bueno, ya habría tiempo para eso, por ahora tendría que prepararse para lo que se le venía al día siguiente, cumplir la promesa que le hizo a Emily de acompañarla a un tonto festival de rock en Nottingham, ¿En qué estaba pensando cuando aceptó? aquel no era un lugar para alguien como él. Siempre le agobiaron las multitudes y sobre todo los adolescentes que eran con seguridad los que asistirían a ese lugar, pero en fin, lo haría por Emily, porque sabía que su intención era compartir con él parte de lo que era el mundo al que ella pertenecía, lo que ella amaba.

Emily estaba en su habitación, arreglándose frente al espejo junto a Ginny y Tonks. En el vestíbulo de su casa, permanecían Remus, los gemelos y Ron.

—Es una pena que Hermione no pueda venir —se lamentó Emily mientras se rizaba las pestañas con la varita.

—Sí, ella está de viaje con sus padres pero me aseguró que iría a La madriguera antes de que acabe el verano – Respondió Ginny.

—¡Que bueno! Yo también te prometo visitar tu casa, me muero por ir allí. Bill siempre nos invitó a las chicas y a mí pero jamás tuvimos tiempo.

—¡Ohhh! Emily, serás muy bienvenida allí – Respondió la muchacha—.  ¿Sabes? Estoy emocionada, nunca me imaginé que llegásemos a ser tan grandes amigas.

—Para mí es como un sueño hecho realidad —intervino Tonks polveándose la nariz—. Yo, que siempre fui fan de Las Brujas de Macbeth y ahora soy parte de su circulo de amigos.

—¿Cómo creen? —expresó Emily girándose para darles el frente—. El honor es todo mío. Poder tener amigos como ustedes, contar con su apoyo y además pertenecer a La Orden del Fenix es sencillamente lo mejor que me ha pasado en la vida, además de encontrar a mi príncipe de las mazmorras claro está.

Severus enamorado de una Bruja de MacbethDonde viven las historias. Descúbrelo ahora