Severus enamorado de una Bruja de Macbeth

Un doloroso hallazgo

                                                                Dedicado @Eliecamacho

—Será mejor que la dejemos sola Hermione —dijo Tonks a su amiga—. No debe querer ver a nadie

Hermione con mucha aprensión tomó a Panda del suelo mientras Tonks tomaba a Crookshanks y se alejaban de allí.

Adentro, en la llamada sala de los menesteres, Emily lloraba sobre el piano, aún no comprendía nada pero si estaba segura de que alguien quería hacerle daño a Severus y a ella, tal vez alguien le había llevado un chisme... pero él afirmó haberla visto besando a Roger Carter ¡Por Merlín! Eso no era cierto, ella jamás habría hecho una cosa de esas.

Sentía un nudo en la garganta y una opresión en el pecho tan sólo al recordar la mirada de odio en ese ser que ella tanto amaba, le dolía su rechazo y sus palabras hirientes ¿Cómo pudo ser capaz de ofenderla así?

—Yo te amo, Sev —dijo entre sollozos mientras mojaba con sus lágrimas la superficie del piano—. No... te he... hecho nada malo.

Después de un rato en que drenó parte de su tristeza a través de las lágrimas, posó sus dedos en las teclas del piano y comenzó a componer una triste tonada.

Sabía que la tristeza era un sentimiento sumamente fértil, capaz de gestar las más hermosas canciones, pero el amor también era un sentimiento fértil, sólo que... al parecer ya Severus no sentía amor por ella o peor aún... nunca lo sintió.

Así pasó Emily gran parte de la noche, escribiendo y llorando hasta que se quedó dormida en el piso completamente exhausta.

Por la mañana despertó con el trinar de las aves fuera de las ventanas de la enorme sala. Tomando en cuenta el lugar donde se encontraba, no era de extrañar, no tenía el cuerpo adolorido debido a que despertó sobre una mullida y cómoda cama con sábanas de seda, tal vez estando dormida, al sentir la incomodidad del piso habría deseado encontrarse sobre una cama y la sala cumpliría su deseo, si tan sólo también pudiera lograr que Severus le creyera... Pero ya no más.

Ella despertó con otra disposición, si él no quería creerle que no lo hiciera, si no quería hablarle que no le hablara; de modo que salió de la sala de los menesteres y al caminar por el pasillo del séptimo piso se encontró con algunos estudiantes que la saludaron amablemente. Emily se dirigió a su habitación, específicamente a su cuarto de baño para asearse, ya no le daría tiempo de ir al gran comedor y tampoco es que tuviera apetito, de modo que después de bañarse, lavar sus dientes, vestirse y maquillarse decidió bajar de una vez al quinto piso, al salón de música donde recibiría a los alumnos de Slytherin y Gryffindor del cuarto curso.

En el salón de pociones, Severus trató de disimular su dolor ¿Cómo Emily pudo llegar a ser tan sínica? Él la vio besar a Carter, entonces ¿Por qué se empeñó en negarlo? Por un momento, al perderse dentro de su azul mirada, estuvo apunto de creerle, de pensar que tal vez habría visto mal aunque en el fondo estaba seguro, pero luego al notar su resistencia con respecto a la legeremancia terminó por confirmar que en efecto no estaba equivocado, ella era tan falsa y mentirosa como lo fue Julieth, sin embargo quería odiarla tanto como odiaba a la prima de Lucius y simplemente no pudo, la amaba demasiado, necesitaba sus labios, su perfume y su voz ¿Por qué la vida se empeñaba en ser tan cruel con él?

—Aquí está mi poción para encoger, perfectamente embotellada y etiquetada —dijo Luna Lovegood sacándolo de su ensimismamiento.

—Colóquela sobre el escritorio Lovegood —espetó él con sequedad.

—¿Qué le sucede? ¿Está triste? aunque ponga esa cara de malo como siempre yo sé que está triste —dijo la chica con su voz soñadora.