Snape no quiso avanzar más, detuvo sus pasos y se paralizó, solo miró con ojos incrédulos al profesor Dumbledore que acariciaba las sábanas blancas que cubrían aquel bulto, el anciano director en cambio se encaminó hacia él, no quería ver a su muchacho sufrir más de lo que ya había sufrido, No había visto aquella expresión de angustia y dolor en el rostro de Severus desde aquel trágico treinta y uno de octubre cuando Lily Potter, el gran amor de su vida en ese entonces, murió.
Dumbledore compartiendo el enorme dolor de su muchacho lo estrechó en un abrazo fuerte.
—Tienes que ser fuerte, hijo —dijo Dumbledore—. Ella me pidió que te lo dijera ante de... antes de... —el llanto volvió a ganarle la contienda al anciano director de Hogwarts.
Snape no lo soportó más y terminó por derrumbarse, comenzó a llorar desconsoladamente como no lo había hecho en mucho tiempo, ya sin importarle que Hermione y Tonks entraban en ese momento a la enfermería, las dos compungidas, con los ojos llenos de lágrimas alternando las miradas entre el cadáver de su amiga en la cama y el abatido profesor de pociones en brazos del director.
—Dime que no es cierto, Albus —suplicó Snape aferrándose fuertemente al regazo de su gran amigo, protector y padre—. Dime que voy a despertar.
Dumbledore no pudo decirle nada que lo reconfortara, solo sollozó mientras escuchaba los lamentos del pobre Snape.
—Yo no estuve aquí —continuó lamentándose Snape—. No estuve aquí cuando ella... ¿hace cuánto sucedió? —preguntó mientras se separaba lentamente del anciano director.
—Hace como diez minutos —respondió Hermione con voz llorosa—. Yo estaba aquí y ella nos pidió a Tonks y a mí que le dijéramos que lo amaba.
—Te amaba como nunca en la vida amó a nadie Snape —dijo la voz quebrada de Espina que también entraba en ese momento.
Entraron todos los que estaban afuera, los Smith, McGonagall, Hagrid, los Malfoy, Las Brujas de Macbeth, Remus, Ron, Ginny, Harry y también Sirius, Molly, Arthur y Alastor Moody que recién habían sido avisados.
Fueron las únicas personas a las que la señora Pomfrey dejó pasar, por ser los más allegados a la cantante.
Allí se respiraba un aire de intenso dolor y al antes impertérrito profesor de Pociones no le importó que lo vieran llorar. Avanzó con pasos vacilantes hasta la cama donde estaba Emily y le retiró la sábana de encima.
—¡NOOOOO! —gritó con dolor su madre al verla.
Inmediatamente se escuchó un sollozo colectivo. Hasta Sirius parecía conmovido al ver a Snape, sintió compasión porque de verdad no creía que aquella situación la hubiese provocado él de alguna forma.
Severus por su parte sintió un nudo en la garganta al ver a su Emily sin vida, parecía que sólo estaba dormida y no había perdido ni un ápice de su belleza, de hecho, en vez de estar más pálida de lo que estaba, ahora había un tinte rosa en sus mejillas.
Él le acarició el rostro y la besó en los labios que seguían siendo tan suaves como siempre, esto pareció enfurecer a los padres de la muchacha.
—¡No la toques, Snape! —advirtió el señor Smith avanzando hacia él, Lucius Malfoy lo tomó por los hombros y lo hizo retroceder—. ¡Quítale las manos de encima a mi hija! no eres digno de tocarla, no tienes derecho.
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Severus enamorado de una Bruja de Macbeth
FanfictionSeverus Snape acaba de terminar una relación tormentosa con una frívola mujer que sólo lo ha utilizado para divertirse, y él por su parte no puede creer que después de haber amado a Lily como a nadie se haya atrevido a abrir su corazón de nuevo para...