La rueda de prensa

1.7K 84 38
                                    


Severus se encontraba allí, en el despacho de su casa en la calle de La Hilandera frente a aquella vasija de piedra con runas grabadas que poseía desde que su amigo Lucius Malfoy se la regaló por navidad hacía unos cuantos años

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Severus se encontraba allí, en el despacho de su casa en la calle de La Hilandera frente a aquella vasija de piedra con runas grabadas que poseía desde que su amigo Lucius Malfoy se la regaló por navidad hacía unos cuantos años. No sabía por qué, pero siempre que caía la lluvia como en ese momento no podía resistir el impulso de hurgar entre sus recuerdos. Tal vez se sentía estimulado por el aire taciturno de la lluvia o simplemente necesitaba hacerlo, rememorar parte de su vida una vez más para tratar de aprender de sus errores, pero no lo podía evitar.

Un recuerdo en particular era el que más le atormentaba desde hacía muchos años, pese a que mucho había cambiado su vida y su manera de pensar desde entonces...

Bajó la mirada para posarla sobre la superficie del pensadero donde sus recuerdos, blancuzcos y etéreos, dejaron de arremolinarse para convertirse en una sola imagen definida aunque todo estuviese obscuro y ensombrecido a su alrededor. Era la imagen de si mismo...

Un Severus Snape de casi quince años atrás se enfilaba a través de un callejón hacia una casa destruida. El Severus actual, el que contemplaba su propia imagen, con el corazón palpitándole fuertemente dentro del pecho, se detuvo por un instante y dudó en seguir acercando su rostro hacia el pensadero, pero era una necesidad apremiante, un deseo de autoflagelarse por el mayor error que había cometido en su vida; de modo que continuó bajando el rostro hacia el pensadero cerrando los ojos hasta que su ganchuda nariz tocó la superficie fría y acuosa de su recuerdo más doloroso. Entonces una succión ineludible se apoderó de todo su cuerpo arrastrándolo hacía aquel callejón. Abrió los ojos y nuevamente se vió a sí mismo mucho más pálido y tembloroso mientras contemplaba aquella casa que tenía frente a sí.

El Severus actual recordó aquella horrible sensación de pánico al contemplar aquella casa pero sin poder evitarlo, una vez más se descubrió a sí mismo corriendo detrás del Severus del pasado, esperó a que éste abriera la puerta con dedos temblorosos y advirtió pánico en sus propios ojos al notar que la puerta se abrió con mucha facilidad.

Los ojos del Severus del recuerdo recorrieron el vestíbulo con desespero, esperando verla agazapada en algún rincón, temblando de miedo tal vez o quizá lastimada, pero viva. Todo estaba revuelto, había notables signos de lucha, la mesita del té del salón estaba volcada, algunos cristales rotos y fragmentos de madera esparcidos por la alfombra; posiblemente ella se hubiera refugiado junto a su pequeño en algún armario de las habitaciones del piso superior y Potter... él tal vez se encontraba junto a ella como siempre, debía admitirlo aunque le pesara, él no huiría, ya no era el mismo cobarde de la adolescencia que se amparaba en su pandilla para atacar a los más débiles, ahora era todo un guerrero que defendía con uñas y dientes a su familia.

El Severus actual sabía lo que se le venía, sabía lo que sucedería a continuación y sus ojos se llenaron de lágrimas como tantas otras veces, pero no podía evitarlo, no podía dejar de seguir su propia imagen que en ese momento, con la varita en la mano, subía las escaleras. 

Severus enamorado de una Bruja de MacbethDonde viven las historias. Descúbrelo ahora