Severus enamorado de una Bruja de Macbeth

Umbridge da una sorpresa

El dolor que Emily sintió fue inexplicable, casi físico, un nudo en la garganta amenazó con dejarla sin voz y sintió que perdía las fuerzas mientras avanzaba a toda velocidad por el pasillo de las mazmorras en busca del retrato del pasadizo que la sacaría de allí.

—¿Qué te sucede, Emily? —preguntó un estudiante de Slytherin sin obtener respuesta.

—¿Está llorando? —preguntó una chica.

Emily solo quería desaparecer del planeta y que nadie la viera llorar. ¿Por qué tenía que ser tan débil?

Muchos estudiantes de Slytherin regresaban ya del gran comedor en donde la cena acababa de terminar y se extrañaron con aquella escena.

Emily estaba ahogada por el llanto, parecía que algo le había causado mucho sufrimiento y odiaron verla así, ella ni siquiera escuchó los comentarios a su alrededor, ni el sonido de sus pasos al correr a toda velocidad. Al fin llegó frente al retrato...

—¡Válgame el cielo! ¿Qué te ha pasado, muchacha? —preguntó la elitista mujer representada en el lienzo.

—No es... su problema, por favor ábrame —espetó la muchacha.

—Sin contraseña no puedes entrar ni salir y eso lo sabes bien.

La cantante se sintió todavía más humillada al tener que pronunciar aquellas palabras que necesitaba para salir de ese lugar.

—¡Los.... Slytherin son... superiores! —musitó con asco.

—¡Correcto! —respondió la mujer del retrato mientras se oía un chasquido y le daba paso.

Emily corrió por aquel pasadizo, deseaba perderse, no quería ver a nadie más, ya no quería sentir nada y Panda corrió detrás de ella tratando de seguirle el paso, estaba consciente de la tristeza de su ama y parecía querer poder hacer algo al respecto.

Al fin salieron del estrecho pasadizo que los condujo al final de las innumerables escaleras móviles de piedra que conducían a los pisos superiores. Emily y su mascota subieron a toda velocidad por la última de ellas que los condujo hasta el rellano del vestíbulo y de allí cruzaron a la derecha para continuar el camino hacia arriba.

—¿Qué no es esa Emily? —preguntó Hermione saliendo del gran comedor mientras señalaba al primer rellano donde había varios alumnos pero ni rastros de Emily.

—Yo no veo a nadie —respondió Ron mirando en la misma dirección.

—Yo tampoco —añadió Harry mirando por encima de los demás alumnos.

—Claro que sí —insistió Hermione—. Pasó muy rápido y creo que estaba llorando.

—¿Llorando? —repitieron Harry y Ron a la vez.

—Yo también la vi, Granger —dijo una voz preocupada tras ella.

—¡Espera un momento, Malfoy! —dijo Hermione al ver que el rubio en vez de descender las escaleras camino a las mazmorras, se encaminó hacia arriba, siguiendo la misma dirección de Emily—. ¡Malfoy, voy contigo!

Harry y Ron se miraron las caras con expresión de confusión.

—Ya estoy empezando a preocuparme, hermano —dijo Harry con semblante inquieto mientras veía a Hermione alejarse junto a Malfoy—. Es que... eso de que Emily y Snape rompieron y luego Hermione y Malfoy, juntos, van tras ella porque la vieron llorando. Esto ya es demasiado extraño.