Severus enamorado de una Bruja de Macbeth

Las invitaciones y las visiones

—Así que no pierdas el tiempo y ve con ella —le dijo Emily a un entusiasmado Ron Weasley antes de que éste se levantara de la banqueta.

Ron había estado muy triste porque notaba que Hermione no había querido hablarle desde el día anterior, pero gracias a Emily había entendido que tal vez ella sólo quería que él la invitara. Ron le contó con lujo de detalles lo que sucedió en el baile de navidad del año anterior, donde debido a su falta de convicción perdió la oportunidad de asistir con ella, y Viktor Krum, el famoso buscador Búlgaro había ocupado su lugar.

—Entonces se lo pediré así sin rodeos —dijo Ron con voz decidida.

—Así se habla mi querido amigo —lo alentó Emily.

Ron se despidió de su amiga y maestra y se dirigió a donde estaban Harry y Hermione muy risueños. El pelirrojo invitó a esta última a patinar en el lago y Harry optó por invitar a Ginny que en ése momento pasaba por allí con aire taciturno. Iban muy abrigados pues el viento gélido laceraba la piel, el niño que vivió se frotó las manos enguantadas y caminó con aire decidido hacia la pelirroja que tanto le había robado el sueño últimamente.

—¡Hey, Ginny! —la llamó. Ella lo miró.

Ginny llevaba unos patines colgando de su mano derecha, pero no parecía presta a patinar, más al ver a Harry y escuchar su propuesta cambió de opinión enseguida.

—¿Te apetece ir a patinar un poco?

La pelirroja asintió y ambos tomaron asiento en una banqueta para colocarse los patines, a lo lejos.

 Ron sostenía a Hermione de las manos mientras ella se deslizaba torpemente y con mucho nerviosismo sobre la resbalosa superficie del lago congelado.

—Tú... tú... ¿Ya tienes pareja para ir al baile de navidad? —tanteó el muchacho

Ginny sonrió y su mirada pareció iluminarse.

—No —respondió lacónicamente.

—Entonces tal vez... bueno si tú quieres... podrías...

—Sí quiero, Harry —respondió ella sacándolo del apuro de no encontrar las palabras necesarias.

—¿En serio?

Ella asintió con la cabeza y juntos se marcharon al lago a patinar, reuniéndose con Ron y Hermione que se veían muy animados.

—¡Oigan chicos! —dijo Ron con entusiasmo—. Hermione aceptó ir al baile conmigo

—¡Oh qué bien! Y yo iré con Harry —añadió Ginny.

—No sabía que querías invitarla, Harry pero... ¿Qué pasó con Dean? —inquirió Ron ahora hablándole a su hermana.

—Te lo contaré luego —le dijo Ginny.

Los cuatro chicos rieron, patinaron y conversaron, posteriormente se quitaron los patines y se calzaron sus zapatos comenzaron a arrojarse bolas de nieve como lo hacían muchos de los alumnos del castillo.

 Unos metros más allá, Emily conversaba con un corro de alumnos pertenecientes a las cuatro casas del colegio, algunas chicas le acariciaban el rubio y rizado cabello y le preguntaban como hacía para mantenerlo tan suave y perfumado.

—No lo sé, tal vez mi champú —respondió la cantane.

—Tienes que decirme cual usas —dijo Susan Bones.