—¿Qué la vieja cara de sapo hizo quéeee? —preguntó Emily sorprendida mientras regresaban de la torre de astronomía después que Severus le contara lo que sucedió en el despacho de Umbridge (el día que lo acosó)
—SÍ, como te dije. Ella me llamó a su despacho y comenzó a decirme todo eso: que al fin me había librado de ti y que yo necesitaba a alguien como ell... ¡Emily! ¿A dónde vas? —dijo Severus que estaba dispuesto a escoltar a su novia hasta su habitación, pero ésta tenía intenciones de dirigirse al tercer piso, no al séptimo.
—Debes estar cansado, cielo. Ve a tus mazmorras —le dijo ella con una sonrisa pero su pecho subía y bajaba con ímpetu, señal de la ira que la comía por dentro—. Yo estaré bien.
—Emily, no te dejaré sola ¿a dónde quieres ir? —preguntó él plantándose con los brazos extendidos a cada lado en el rellano de las escaleras que conducían al tercer piso para evitarle el avance.
—Quiero ir al despacho de esa vieja cara de sapo a decirle unas cuantas verdades, quiero que se ubique en tiempo y espacio...
—¡Emily!
—Quiero que sepa que he vuelto contigo y...
—Emily, ya habrá tiempo mañana para que, como dijiste, Hogwarts se entere.
—Que esta vez no te dejaré escapar —continuó Emily sin escuchar a Severus. El tono de su voz era impetuoso y eso molestó a los retratos que habían estado durmiendo plácidamente.
—¡Shhhhh! —expresó sir Cadogan desde su marco—. Por favor, haced silencio, ¿Acaso no os habéis dado cuenta de que estamos durmiendo, par de bellacos?
—¿Estas celosa, querida? —preguntó Severus con suspicacia mientras le apresaba la cintura.
—¿Celosa? ¡Ja! Lo que estoy es furiosa, Severus y... También cansada de que quieran alejarme de ti.
—Pero si tú vas a desafiar a Umbridge, ella obtendrá lo que quiere —analizó Snape—. Te echaría a ti o a mí en un intento por separarnos y... Bueno, los chicos quedarían a su merced completamente.
—Tienes razón, cielo —reflexionó ahora más calmada—, no debo dejarme llevar por la rabia... Es que... Bueno... Sin ti me sentí perdida. No tienes una idea de cuánto te amo, Sev.
—Lo sé, créeme que sé cuánto me amas, pero no es más de lo que yo te amo a ti —en ese momento el pocionista bajó la mirada ocultándola bajo las dos cortinas de cabello negro azabache y posteriormente musitó—: Perdóname Emily... por... todas esas atrocidades que te dije.
Ella le levantó con delicadeza la barbilla para obligarlo a mirarla. En su bello rostro imperaba una franca sonrisa de indulgencia.
—Te perdono, mi amor —dijo—, pero solo si tú me perdonas también. Ambos nos hicimos mucho daño al no confiar el uno en el otro, pero te juro que si esa Julieth o cualquier otra zorra intenta... —esta vez fue Severus quién capturó sus labios para hacerla callar.
—Debo confesar que me gustaría estar en el lugar de vuestra merced, profesor Snape —espetó Sir Cadogan mirando con ilusión la escena, recostado de su caballo, echado en el césped pintado en su lienzo.
Tras un sonido de succión, Snape se separó de Emily para fulminar con la mirada al personaje del retrato.
—Si no deja de hacer ese tipo de comentarios, Sir Cadogan... Me temo que me veré obligado a... Con todo respeto, arrojar un poco de diluyente de óleo sobre su lienzo —dijo el pocionista con una ligera sonrisa maliciosa.
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Severus enamorado de una Bruja de Macbeth
FanfictionSeverus Snape acaba de terminar una relación tormentosa con una frívola mujer que sólo lo ha utilizado para divertirse, y él por su parte no puede creer que después de haber amado a Lily como a nadie se haya atrevido a abrir su corazón de nuevo para...