Capítulo 37

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Nicola no lo podía negar, la chica se veía muy linda y sexy, sería capaz de llamar la atención de cualquier hombre, incluyendo a Nicola.

-Selena... - dijo recorriendo con su mirada a la chica de arriba abajo - ¿Qué haces aquí?
-Hola Nicola... - sonrió - bueno, estaba sola y aburrida en mi apartamento así que se me ocurrió la idea de venir a verte, supongo que no te molesta ¿verdad?
-Oh, claro que no - sonrió y abrió mas la puerta dejando entrar a la chica - adelante, entra.

Selena entró y camino hasta la sala meneando sus caderas queriendo provocar a Nicola.
Este cerró la puerta y rápidamente llego a la sala junto a la chica, se miraron y sonrieron.

-Toma asiento - le indico el sofá.
-Ok, gracias - sonrió coqueta.

Nicola rodeo el sofá para sentarse a un lado de ella, pasaron largas horas mirando televisión y riendo, tenían una buena relación siempre y cuando Selena no intentaba coquetear a Nicola, era una de las cosas que él odiaba que ella hiciera pues esta vez no lo estaba coqueteando, por lo tanto no le resultaba incómodo o molesto para Nicola pero aunque la chica no intentara nada para llamar su atención, Nicola comenzaba a sentir cosas extrañas dentro como si la chica realmente lo estuviera provocando, una y otra vez lamía sus labios y la quedaba mirando por un largo instante, hasta que recordaba a Angie y volvía a la realidad. Dándose cuenta que por quien sentía cosas verdaderamente especiales, era por Angie

Selena solo lo había provocado por la manera en la que se vestía y en las miradas algo coquetas que le daba, como decía Nicola, ella solo seria para una noche, en cambio Angie le gustaba de cualquier manera, despeinada, sin maquillaje, recién despierta, enfadada, con los ojos hinchados de tanto llorar, sonriendo, seria, durmiendo, riendo, con caras estúpidas, hasta incluso vestida como vagabunda, Nicola siempre pensaba que era hermosa, de la manera que sea, ella es perfecta.

Siguieron pasando las horas en las que Nicola y Selena conversaban y veían televisión, mientras que Angie disfrutaba la fiesta - con música de la época de sus padres - que se había armado esa noche.

Todos bailaban, incluyendo a Natalie, Yaco, Jazmín, Mario y Angie, daba igual si no sabían los pasos de baile, lo que importaba era que se estaban divirtiendo.

Mario tomó a Angie por la cintura y rápidamente la acerco para besarla en los labios, la chica no logro hacer nada, Mario la tomó de improviso para devorar sus labios en un beso que no fue para nada forzoso pues Angie de todas maneras se dejo llevar.

Sus labios se acariciaban mientras la chica comenzaba a subir sus manos por el pecho de Mario, y este la acercaba más a su cuerpo pero antes de que Angie llegara al cuello de él para rodearlo, abrió los ojos de golpe y empujó ligeramente a Mario alejándolo, el chico frunció el ceño en señal de confusión.

-¿Ocurre algo? - preguntó.
-No... es que...- negó varias veces con la cabeza para después alejarse de él.

Camino por el patio alejándose de todos, Mario la siguió rápido hasta llegar tras ella y tomarla por el brazo para hacerla voltear.

-¡Angie espera! ¿Qué ocurre? ¿Por qué te alejas así?
-Mario esto... - se calló de pronto.

El chico suspiro y recorrió su cabello con su mano, miro a Angie directo a los ojos.

-Debemos hablar - dijo Mario.
-¿Ahora? No Mario, es el cumpleaños de mi mamá.
-Debemos hablar - volvió a decir - si no será hoy, será otro día... pero ya no podemos seguir así. No soporto saber que estas enfadada conmigo, no soporto estar lejos de ti - tomó sus manos juntándolas con las de él - Hablemos, por favor.

Angie suspiro mirando a Mario, el rostro del chico en ese momento, era igual que ver a un cachorro abandonado, así que Mario accedió fácilmente para hablar con él con esa mirada le fue imposible decir que no, caminaron hasta llegar a unas sillas que estaban un poco alejados de todos, se sentaron ahí uno frente al otro mirándose.

"Everything Has Changed"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora