Capítulo 24

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-Si quieres voy por una… basta con que salga a la calle y grite: "Nicola Porcella quiere una chica que le haga compañía” y aparecerán miles – rió suave.
-Ven, pasa – rió Nicola.

Nicola dio media vuelta para volver a sentarse a desayunar.

-¿Qué estabas haciendo? – pregunto Gino mientras cerraba la puerta.
-Trato de desayunar.

Gino se acerco a Nicola y olfateo el desayuno que este tenía sobre la mesa.

-Mm… eso huele bien – lamio sus labios - ¿me das un poco?
-Ve a la cocina, ahí queda un poco…
-Gracias…

Camino hasta donde Nicola le indico, se sirvió en un plato unos trozos de tocinos y volvió donde su amigo.

-¿Qué haremos esta noche?

Nicola se encogió de hombros mientras masticaba el trozo de carne en su boca.

-Vamos a algún lugar, alguna fiesta… salgamos.
-¿Por qué quieres salir?
-Porque si… he salido estos días, pero con Hugo solamente. – comió un trozo de tocino.
-¿No te gusta salir con Hugo?
-Sí, si me gusta salir con Hugo, pero era mejor cuando salíamos los cuatro juntos. Yaco, Hugo, Tu y yo… - bebió un poco del café de Nicola– ya sabes… cuando íbamos a las discos, a conocer chicas, bebíamos, nos divertíamos… ahora no hacemos nada de eso, solo queda, Hugo y yo.

Nicola siguió desayunando en silencio, Gino tenía razón, antes salían todo el tiempo, y ahora no…

-Yaco – siguió hablando – ahora está con Natalie, se puede entender por qué ya no sale con nosotros, pero ¿tú? ¿Qué ha ocurrido contigo? De la noche a la mañana dejaste de hacer tus grandiosas fiestas en el apartamento y dejaste de salir a los pub nocturnos, a las discos… y preferiste quedarte aquí… sin hacer… ¡nada! No eres así…
-Bueno… - pensó, tratando de decir algo que no sonara así como “ya no salgo porque me junto todas las noches a hablar con una de las morenas más bella que he conocido este último tiempo” – ya no me gusta salir tanto, es todo.
-¿Me estás hablando en serio?
-Claro… ¿no me crees?
-No, no te creo, es otro el motivo, no es ese…
-¡Ese es el motivo! Además Gino, salir mucho a fiestas, beber mucho alcohol hace mal para la salud.
-Pero las chicas no hacen mal para la salud – sonrió.

Nicola sonrió también.

-Vamos… ¡hoy es viernes! Sal con nosotros, con Hugo y conmigo.
-¿Y Yaco?
-¡Olvídate de él! ¿No pueden dejar ni un segundo de verse? Ya parecen novios – bromeo causando que Nicola soltara una gran carcajada – esta con Natalie, tiene novia… supéralo – rió.
-Me será difícil superarlo – bromeo también.
-Ay ya basta, no hables así – lo miro algo horrorizado – soy homofóbico… esto me da miedo.
-No seas imbécil Gino– seguía riendo.
-Dejando las bromas de lado… ¿Qué dices? Salir hoy… a una disco.

Pensó por un instante.
Hace tiempo no salía, y tenía ganas de ir. Pero también quería quedarse para charlar con Angie en la noche.
Aunque pensándolo bien, Angie tal vez estaría con Mario y nuevamente no podrían charlar.
Así que Nicola decidió acceder a la propuesta de su amigo.

-¿Ira Hugo también?
-Sí, también ira Hugo– afirmo.
-¿Puedo llevar a alguien más?
-¿Alguien más? – Repitió - ¡lo sabia! Tienes novia y no me lo habías dicho.
-¡No! No es una novia… es una amiga que quiere a Hugo– sonrió.
-Oh, ya entiendo.

Mientras ellos conversaban y planeaban lo que harían esa noche; a un par de calles se encontraba Angie y Natalie en el hospital haciendo la práctica.

-¿Y qué más hicieron? – pregunto Natalie mientras escribía un par de nombres en una hoja.
-Bueno - Angie repitió la acción de su amiga – tuvimos una noche muy romántica.
-¿Romántica? ¿En qué sentido? – la miro con los ojos entre cerrados.
-No lo mal pienses Natalie… - sonrió – fue una noche donde solo estuvimos ambos, nadie más que nos estorbara, ni su maldito trabajo.
-Que bien… me alegra que ya todo este mejor.
-No lo sé, aun no me aseguraría a decir que esta todo mejor.
-¿Por qué?
-Porque es así. Me ignora unos días y luego vuelve así como si nada, me convence de que lo perdone, y luego pasa otra vez.
-Pero no pienses eso… su trabajo es duro, lo sabes. Hace todo lo posible para verte – termino de escribir y la miro atentamente – además, en un par de días cumplen nueve meses de noviazgo.
-El domingo para ser exacta – sonrió – lo sé, es emocionante.
-¿Qué harán para ese día? ¿Saldrán a comer? ¿Te preparara una cita especial? – pregunto emocionada.
-Ayer hablamos sobre eso… me dijo que saldríamos el domingo a un lugar, no me quiso decir dónde. Solo dijo que era sorpresa y que estuviera lista cerca de las siete de la noche.
-¿Esta vez si llegara?
-Eso espero – hizo una mueca y agacho la mirada.

Angie no había pensado en eso. ¿Qué pasaría si le vuelve a fallar? ¿Si no llega?
No quería sentirse como una tonta nuevamente.

Termino la hora de la práctica y junto a Natalie caminaron hasta el café donde se juntaría su amiga con Yaco.

-¡Yaco amor! – lo saludo con un beso en los labios, Angie los miraba algo incomoda y disimuladamente trataba de ver si estaba Nicola también en el café.
-Hola Angie - saludo Yaco luego de separarse de Natalie.
-Hola Yaco– respondió - ¿Y Nicola?
-Creí que estaría aquí, por eso no lo pase a buscar a su apartamento.
-Bueno yo… será mejor que me vaya, no quiero quedarme a estorbar – sonrió.
-¿Estás segura? – pregunto Natalie.
-Claro.
-¿Quieres que te acompañemos a tu apartamento? – pregunto Yaco.
-No, no se preocupen. No queda tan lejos – rió – nos vemos otro día… adiós.

Se despidió con un gesto de mano y salió de la cafetería.
Camino sola hasta el departamento.

Paso por la recepción y saludo a Emilio.
Subió al tercer piso y entro al apartamento doscientos quince.
Dejo su bolso en la cama y camino a la cocina para prepararse algo de comer.
Luego de eso, salió al balcón, cerca de las nueve tres. No vio luz ni escucho ruido en el apartamento de Nicola. Supuso que no estaba.

Se moría por hablar con él.
Por contarle un par de cosas, era el único chico que le prestaba atención y la aconsejaba, ni Mario hacia eso, quería verlo, extrañaba no poder mirar sus hermosos ojos color miel, la sonrisa que le regalaba cada cierto tiempo, y la risa, la maldita risa tan contagiosa que tenía ese chico.

Se sentó por unos minutos y observo su alrededor.

******

-¿Ya estas lista? – pregunto Nicola por decima vez sentado en el sillón.
-¡Solo dame un minuto más! – respondió Jazmín desde el baño.
-¡Vamos China! Llevas ahí más de tres horas.
-¡No seas exagerado Porcella!
-Ok, pero si no te apresuras, te dejare aquí y no te llevare a la dis…
-Listo – lo interrumpió saliendo del baño.
-¡Al fin!

Se levanto del sofá y volteo a ver a Jazmín.

-Y bien – Pregunto - ¿Cómo me veo?

Nicola la miro con la boca entre abierta, tratando de no parecer un baboso, pero realmente se veía hermosa con ese vestido, con el cabello corrido para un lado y tomado con un par de pinches del otro.

-¿Qué tal me veo?
-Ah… Em… - balbuceo – te ves bien.
-¿Bien? Bien no es suficiente, debo verme…
-Te ves – la interrumpió – bien, enserio. Te ves muy linda.
-¿Tú crees?
-Si… - sonrió.
-Genial – sonrió de la misma manera – ya podemos irnos.
-Espera – la detuvo - ¿Por qué te importa tanto verte bien? ¿Pretendes impresionar a alguien?
-A alguien ¿como quien? Se supone que iremos solo nosotros a la fiesta, ¿verdad? – lo miro atentamente con los ojos entre cerrados.
-Claro, iremos solo nosotros – mintió.
-Ok… entonces… ¡vamos!

Subieron a la camioneta de Nicola y llegaron a la disco.
Entraron a esta, caminaron un poco hasta que encontraron a Gino y Hugo.

-¡Hey Nicola viniste!
-Dijiste que no vendría nadie más – le susurro Jazmín a Nicola.
-Lo sé, lo siento – sonrió – ¡Hey Chicos! – los saludo – Ah… Gino, ella es mi amiga, Jazmín.
-Un gusto – saludo Gino besando su mejilla.
-Hola… - saludo algo tímida.
-Y… Hugo, ella es Jazmín– le guiño el ojo.

El chico se levanto algo nervioso y saludo a la chica.
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