Capitulo ciento ocho:
-¡Puta madre! - grito el chico.
La morena rió en silencio y se acerco a la habitación.
Vio a su novio saltando en un pie y quejándose de espaldas a ella.
-Hey, idiota - dijo sonriente.
Nicola volteo y sonrió al ver a la chica.
La morena se hizo hacia atrás para tomar velocidad y correr a los brazos de su novio.
Se subió en él, enrollando sus piernas en las caderas de este.
Él la sostuvo fuerte.
-Hola preciosa - sonrió Nicola.
La chica rió bajo y se acerco atrapando los labios de Nicola.
-¿Cómo estuvo todo? - pregunto una vez que terminaron el beso.
-Bien, no fue gran cosa - se encogió de hombros.
-¿No? - pregunto mientras se sentaba en la cama aun teniendo a la chica en sus brazos.
-No. Nos prepararon una pequeña convivencia para después hacernos entrega del título de enfermera.
-¿Y eso fue todo? - la morena asintió con la cabeza - Pf... Ni comparado con la sorpresa que te tengo yo.
-¿Qué sorpresa?
-Lo sabrás en la noche.
Sonrió junto a la morena antes que esta se acercara a besarlo nuevamente.
-¿Qué estabas haciendo cuando llegue? - frunció el ceño - Estabas saltando en un pie. - rió.
-Oh si, esta estúpida cama y mi estúpido dedo pequeño del pie.
-¿Te golpeaste?
-Sí. Voltee para buscar mi zapato y me golpee.
-Pobrecito - rió y lo beso fugaz.
-Si... ¿por qué no lo besas también?
-¿Tu dedo del pie?
-Sí.
-No gracias. Prefiero besar tus labios.
-Bueno, como quieras - sonrió.
Se besaron una vez más.
-¿A qué hora se supone que debo estar lista? - pregunto separándose.
-Veamos... qué hora es...
Angie se bajo de los brazos de Nicola parándose frente a él.
Este saco su celular y lo miro.
-A las... el viaje es algo largo, así que... a las ocho ¿puede ser?
-Si - sonrió - ¿y qué hora es?
-¿Ahora? - la morena asintió - Las seis diez.
-¡¿Seis diez?! Dios debo ir para alistarme.
-¿Qué? Pero acabas de llegar y estábamos...
-Lo se... quieres que este lista a las ocho ¿no? Bueno, pues debo ir a alistarme ahora. - se acerco y lo beso fugaz – Debes darme tiempo... - salió de la habitación.
-Bastante tiempo hay que darte.
-¡Si, además no se que usar! – le grito antes de salir por la puerta.
-Es lo que crees... - murmuro mientras la seguía a su apartamento.
Entro y camino hasta llegar a la habitación de la chica, donde esta estaba parada frente a la cama abriendo una gran caja blanca.
Nicola sonrió y se recargo en el marco de la puerta, colocando sus manos en los bolsillos del pantalón.
-¿Te gusta?
La morena volteo sorprendida. Con los ojos abiertos tan grandes, hasta no poder mas.
Sonrió de oreja a oreja mientras sostenía el vestido en sus manos.
-¿Qué si me gusta? – Pregunto – Estas bromeando ¿verdad? ¡Dios esta hermoso!
-¿Si?
-¡Sí! Me encanta - se acerco a él - Gracias amor.
-De nada princesa... supuse que no tendrías que ponerte, y me encanta como te queda ese color.
Angie sonrió antes de besarlo.
-Muy bien - dijo el chico separándose - alístate rápido, y cuando estés lista vas a mi apartamento ¿bueno?
-Bueno. - respondió sonriente - Gracias, realmente esta hermoso.
Nicola se encogió de hombros.
-Lo mejor, para la mejor.
Se besaron fugaz una vez más, antes que Nicola saliera del apartamento para dejar que su novia se alistara.
Tomo las cosas necesarias para poder tomar un baño y se dirigió a la ducha.
Tardo nada más que quince minutos en ducharse, lo hizo lo más rápido posible.
Se seco, y coloco su ropa interior limpia, luego prosiguió por el hermoso vestido que le había obsequiado su novio.
Era de un hermoso color azul rey, con un escote en forma de corazón, ajustado hasta la cintura, suelto hacia abajo con vuelo hasta los muslos.
Lo acomodo bien, quedándole perfecto.
Busco unos zapatos que combinaran con su vestido.
-Yo se que están por aquí... - se decía - Yo los tenia... - Buscaba en su closet - ¿O se los preste a Jaz? - pensó - No, no... Ella me los entrego.
Miro el reloj que ya marcaban las siete diez de la tarde.
Siguió y siguió buscando sus zapatos.
Estaba por darse por vencida cuando...
-¡Aquí están! - dijo sonriente.
Los tomo en sus manos y camino hasta su cama.
Ahí se los coloco. Eran del mismo tono que el vestido ¿quién lo diría? Nicola había elegido muy bien el vestido.
Una vez que termino con su atuendo, prosiguió a maquillarse.
Se sentó frente al mueble donde tenía todo su maquillaje y un gran espejo.
Ahí comenzó a buscar los tonos que usaría.
En tanto la chica hacia esto, Nicola por su parte terminaba de darse una ducha.
Volvió a su habitación donde se vistió con la ropa elegida.
Coloco unos calzoncillos limpios, luego coloco sus pantalones negros ajustados, sus zapatillas negras, busco la camisa liza de color blanca con gruesas franjas negras, tomo su collar pasándolo por su cuello para dejarlo caer en su pecho, después coloco una camisa abierta de mezclilla, recogiendo sus mangas hasta los codos.
Una vez listo, fue hasta el baño donde arreglo su cabello.
Le tomo un poco de tiempo, pero pudo dejarlo como a él le gustaba.
Volvió a su habitación para buscar su perfume preferido y rosearlo sobre su ropa.
Cogió el reloj que estaba sobre su buro y lo coloco en su muñeca.
Miro la hora y eran las siete cincuenta.
-Faltan diez minutos... - se dijo - Aun hay tiempo para que este lista a las ocho. - sonrió.
Esperaba que su novia estuviera lista para ese entonces, pues uno sabe, las chicas se tardan en alistarse cuando se trata de salir.
Y bueno, Angie ya estaba casi lista, solo le faltaba una cosa... su cabello, que por alguna extraña razón no se acomodaba como ella lo quería.
-No me hagas esto. - se decía - No ahora.
Suspiro frustrada bajando sus brazos de su cabello y dejando caer sus hombros.
Se miro atentamente en el espejo. Pensando en que podría hacer con su cabello.
Giro un poco su cabeza de lado, y como por arte de magia, supo que podría hacerse.
Tomo su cabello acomodándolo a un lado.
Lo separo en tres mechones y comenzó a unirlos en una larga trenza.
Cuando la termino la acomodo bien a un lado y se miro en el espejo.
Le quedaba perfecta, ni muy ordenada, ni muy desordenada, simplemente... perfecta.
Sonrió al sentirse satisfecha por como había quedado.
Miro el reloj que estaba colgado en la pared.
Eran justamente las ocho.
Tomo su lápiz labial para hacerse el último detalle en los labios.
Luego, rápidamente tomo su chaqueta corta de cuero color negra.
La paso por sus hombros, cogió las llaves y salió del apartamento.
Se dirigió al de Nicola abriendo la puerta con lentitud para no hacer mucho ruido.
Entro a la sala y noto que el chico no estaba ahí.
Antes de que siguiera caminando para buscarlo, Nicola apareció desde su habitación.
Miro a la chica mientras esta sonreía tímida.
-Ya estoy lista - dijo.
Nicola la observo por un instante sin poder decir nada.
Y cuando lo hizo, solo dejo escapar un silbido mirándola de pies a cabeza.
-Te ves hermosa - le dijo sonriente.
-Gracias...
-No, en serio. - se acerco a ella - El maquillaje, tus zapatos, tu cabello, ese hermoso vestido - la tomo por la cintura - ¿Quién te lo habrá regalado?
Angie rió bajo y lo beso.
-Tú no te ves nada mal ¿eh? - le dijo separándose.
-¿Tú crees?
-Sí, te ves... - silbo al igual que lo había hecho él, mirándolo de pies a cabeza, mordió su labio - podría comerte por completo...
Nicola rió bajo.
-Me ruborizas princesa.
-Gordito... - dijo con voz sensual y le guiño un ojo haciendo que Nicola riera entre dientes, mientras se acercaban para besarse - ¿Ya nos vamos? - pregunto separándose.
-Ah... no, aun no.
-¿No? - miro extrañada.
-No, esperaremos a que Yaco venga por nosotros.
-¿Nos iremos con ellos?
-Sí.
-¿Iremos al mismo lugar?
-Así es - sonrió.
-Ay... porque no me dices donde es...
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"Everything Has Changed"
Roman pour Adolescents"El amor lo puede todo... incluso las diferencia que existan entre ambas personas"... Es la historia de Angie Arizaga y Nicola Porcella. Angie Arizaga es la chica tranquila y ejemplar de sus padres. Termino los estudios de la universidad como enfe...