Sueño. Eso era lo que Astrid sentía todos los lunes a primera hora. Ni si quiera hambre. Tan solo sueño. Así que cuando entró a la primera clase ni se lo pensó dos veces antes de apoyar su cabeza en la mesa para echar una cabezadita. Por un ratito no pasaría nada. Un ratito que se tornó la hora entera, como se costumbre. La sorpresa de la chica al volver a abrir los ojos fue no encontrar a Taehyung sentado en el pupitre de al lado como por algún extraño motivo había estado haciendo días atrás. De hecho levantó su cabeza para inspeccionar la clase y tampoco vio rastro de él por ningún lado.
Se abofeteó mentalmente por haber hecho eso. ¿Desde cuándo se interesaba ella por alguien de ese infernal agujero de escoria humana vulgarmente llamado instituto? Aunque Taehyung no era precisamente el más común. Si algo le hacía destacar era precisamente que no se parecía en nada al resto de estudiantes comunes......
El joven muchacho entró de nuevo al piso revolviéndose el pelo. Dejó las llaves en el pequeño bol de la entrada que había junto a la puerta y se dispuso a entrar al salón, pero volvió a dirigir su vista al bol cuando algo le llamó la atención. Las llaves de su hermano aún estaban ahí, con lo que comprendió que aún seguía en casa en vez de estar en el instituto.
Subió a paso rápido la escalera y entró haciendo el mayor ruido posible en su habitación.— Kim Taehyung —exclamó cual madre furiosa— ¿Se puede saber que haces que no estás en clase?
El adormilado chico se revolvió bajo las mantas y se dio la vuelta para ignorarle y continuar durmiendo. A lo que su hermano le respondió arrebatándole las mantas para dejar su cuerpo al descubierto. Inmediatamente después se acercó a la ventana y subió la persiana dejando que la luz entrase.
— ¡Maldita sea Jungkook! —Se quejó tapándose la cara— Cierra esa ventana, hay demasiada luz.
Y con las mismas cogió las mantas y se cubrió hasta la cabeza con ellas. Pero Jungkook volvió a destaparle.
— ¡Déjame en paz!
— No, Taehyung. El trato era que fueras al instituto. Es lo único que te pido. Al menos respeta eso.
Su tono de voz indicaba que no estaba para bromas. Aunque sabía que se exponía a una buena bronca por actuar como el hermano mayor que era Taehyung era mucho más agresivo e irritable que él.
— Oye...-comenzó el menor intentando sonar calmado— he ido todos los días al dichoso instituto. Porque falte un día no me va a pasar nada.
— Te conozco Tae...
— No me llames Tae —gruñó el castaño claramente molesto. No le gustaba que le llamase así.
— Perdón —dijo este.
Llamarle así había sido un descuido que no se podía permitir. Tenía suerte de que le hubiese pillado medio dormido, si lo hubiese hecho estando enfadado lo más probable es que ahora se encontrase dando puñetazos a las paredes.
— Taehyung... te conozco y si empiezas así tarde o temprano terminaras dejando el instituto.
El chico resopló incorporándose un poco en la cama para poder mirarle directamente a la cara.
— Hicimos un trato, ¿acaso no confías en mi?
Jungkook no contestó. Se rascó el brazo derecho y miró hacia un lado evitando su penetrante mirada.
— No, por supuesto que no —su tono mostraba una pizca de dolor oculta tras capas de irritación y una mueca sarcástica.
Se levantó de la cama ignorando a su hermano que seguía plantado ahí sin saber cómo arreglarlo. Cogió lo primero que pilló en el armario y se metió al baño a cambiarse y arreglarse. A los diez minutos ya estaba listo. Volvió a su habitación para coger la mochila y bajó las escaleras hasta la puerta principal. Pero cuando fue a coger sus llaves para marcharse no estaban. Se giró cuando oyó unos pasos tras él. Su hermano apareció por la puerta de la cocina agitando las llaves en su dedo índice. Las apartó cuando Taehyung intentó cogerlas para evitar que lo hiciera.
— Dame las llaves. Llegaré tarde.
— ¿Más? —Su mueca irónica se borró cuando vio la expresión de Taehyung ponerse más seria—. Oye, lo de hace un momento...—intentaba buscar las palabras adecuadas para no cagarla aún más— quiero confiar en ti.
— No, no quieres —afirmó el muchacho.
— Eres mi hermano, ¡claro que quiero!
— Pero no puedes. Y la cuestión es que ni si quiera lo intentas. Te refugias en tus vagas excusas en las que siempre quedo yo como el malo. Y quizá lo sea, quizá sea el malo.
— No eres malo.
— Entonces deja de mirarme así.
— ¿Cómo?
— Como si estuviera roto.
Le arrebató las llaves de las manos y fue hasta la puerta principal. Se marchó dando un sonoro portazo. Jungkook se restregó la cara con sus manos claramente frustrado, ya no sabía como hacerlo con su hermano y aquellas palabras le habían dolido bastante.
Nada más salir a la calle Taehyung le metió un puñetazo a la pared y dio un grito reprimido. Pasaron varios minutos hasta que se consiguió relajar lo suficiente para coger la moto y marcharse al instituto.
Cuando llegó todo estaba en absoluta calma. Todos deberían estar en clase en esos momentos. Donde deberías estar tú ahora mismo, pensó para sí mismo. Ya para la hora que era no iba a entrar en clase para lo poco que quedaba. Se dirigió con paso tranquilo hasta su taquilla. Se puso a mirar con aspecto aburrido a mirar los libros que tenía mientras miraba su horario para ver qué clases le quedaban por dar ese día. Cuatro clases. Al parecer no se había quedado dormido el tiempo suficiente para poder faltar a la mitad de las clases. El ruidoso timbre de los cambios de clase retumbó por los pasillos sacándole de sus pensamientos. En cuestión de segundos se vio rodeado de gente que caminaba de una clase a otra y charlaban o corrían.
Su cabeza giró sola, como atraída por un imán y sus ojos chocaron con los de ella, que le miraba inquieta. Con su mano derecha se recogió un mechón de pelo detrás de la oreja a la par que bajaba la cabeza rompiendo el contacto visual. Pero él siguió cada uno de sus pasos, cuando se acercó a la taquilla, justo al fondo del pasillo. Puso la clave y cuando la abrió cayeron un montón de papeles arrugados al suelo. La gente comenzó a reirse viendo la escena. Todos reían viendo como ella sacaba los papeles restantes de su taquilla, pero Taehyung era el único que se fijó en como apretaba los puños mientras cambiaba sus libros y se marchaba como si no hubiera pasado nada.
Minutos más tarde el pasillo volvió a quedar vacío. Taehyung caminó en silencio hasta la taquilla de Astrid y se agachó para mirar de cerca los papeles que había esparcidos por el suelo. Cogió varios al azar y pudo comprobar como tenía cosas escritas. Insultos. Palabras despectivas y toda clase de improperios dirigidos a Astrid. Arrugó el papel mientras hacía un puño con su mano y lo volvió a tirar al suelo con rabia.Cuando entró a clase lo primero que buscó fue el pelo negro como el carbón de Astrid. Y lo encontró justo donde pensaba, en la última fila. A su lado como de costumbre estaba el sitio vacío. Las ventajas de que fuese una repudiada es que tenía asiento a su lado cien por cien asegurado.
Pudo notar como ella de tensaba levemente al sentirle en el asiendo de al lado. Pero no dijo nada. Él tampoco. Y así continuaron el resto de las clases.

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No fucking limits.
RandomY entonces te haces una pregunta... ¿Para qué vivo? Sin metas, sin sueños, sin vida. Tan solo con la única esperanza de salir de ese agujero infesto en el que se encontraba estancada desde hacía años. Hasta que aparece alguien que te ofrece una vi...