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Astrid no supo cómo sentirse aquella mañana cuando Taehyung entró a clase y se sentó a su lado como solía hacer. No se podía sacar de la cabeza la visita nocturna que le hizo el chico. Lo miró de arriba abajo, parecía otro al de anoche. Su ropa no estaba hecha jirones y su pelo no era un nido de pájaros.
Esa mañana Astrid despertó creyendo que aquello tan solo había sido un sueño provocado por el cansancio acumulado, pues cuando se despertó no quedaba rastro del chico, lo único que le confirmaba que aquello pasó de verdad fueron las heridas de su cara, que vistas de día no parecían tan graves.

Ninguno dijo nada, cada uno de dedicó a lo suyo en cada clase. Ella no estaba del todo segura sobre qué debía hacer y como no quería cometer ninguna estupidez decidió dejarlo estar hasta que fuera él quien se atreviera a hablar. Tenían una charla pendiente, cosas por aclarar, pero Taehyung no parecía querer hablar por el momento y si algo le sobraba a Astrid era paciencia.

Por su parte, Taehyung se despertó un poco más pronto de lo normal para que le diese el tiempo justo a ir a su casa para ducharse y cambiarse de ropa antes de irse al instituto. Todo esto habiendo comprobado que su hermano se había marchado a trabajar. No había vuelto a hablar con él desde la discusión del otro día y si le veía las heridas solo lograría darle la razón a todas sus críticas hacia él.

El día fue un coñazo como lo eran todos para él en ese instituto de mierda. Donde para su gusto era todo cuadriculado y muy estricto. Taehyung era un alma libre que no le gustaban las estrecheces ni sentirse encasillado,por lo que un instituto con miles de estrictas normas y unas enseñanzas que lo único que conseguían era convertir a los estudiantes en robots parlantes no era el sitio más indicado para él.

Astrid divisó una mesa vacía al fondo de la cafetería y no dudó en poner rumbo hasta ella. El error fue que no contó con que tenía que pasar por el lado de la mesa en la que se encontraban Matt y sus amigos. Y si juntábamos Astrid, la chica rara, mas Matt y su grupo de neandertales el resultado era la bandeja de Astrid junto con la comida y la propia Astrid tirada en el suelo.

— Eh Astrid, ten más cuidado y mira por dónde pisas —dijo Matt.

Las risas se hicieron eco en la cafetería. Ella solo miraba la comida tirada por el suelo sin intención de levantarse del suelo.

— Recógelo —exigió—. Alguien podría mancharse o escurrirse por culpa de tu torpeza.

Astrid no se movió ni un ápice y eso le hizo perder los nervios a su primo que se acercó a ella y la cogió del brazo obligándola a levantarse. Su agarre era fuerte, le hizo daño pero se negó a que nadie viera que le dolía.
Entonces, contra todo pronóstico sucedió algo que jamás había ocurrido. Astrid notó una mano empujarla muy suavemente hacia atrás separándola de Matt y todo lo que vino a continuación fue un puño estampándose en la cara del rubio.

Lo siento Jungkook, pensó Taehyung, pero ya no puedo quedarme de brazos cruzados viendo esto.

La pelea entre Taehyung y Matt fue corta pero intensa en la que, claramente, fue el castaño quien llevó toda la ventaja.
Pero enseguida llegaron varios profesores y les separaron. Cuando preguntaron que había pasado Ruth salió como una loca a defender a su hermano y le echó toda la culpa a Astrid, quien seguía en shock sin asimilar lo que acababa de pasar.

.....

Taehyung movía la pierna sin cesar en señal de nerviosismo. Ni si quiera le importaba lo que quiera que le estuviese diciendo el director. Solo quería marcharse cuanto antes. A su lado Jungkook con cara seria sí que escuchaba atento lo que decía el señor ya entrado en años. En cierto momento echaron a Taehyung del despacho para quedarse hablando su hermano con el director a solas.
A los pocos minutos salió un Jungkook nada contento. Antes de que empezase a regañarle ya le estaba ignorando. Giró la cabeza y su mirada encontró a Astrid entre la gente. Le miraba con cara de preocupación y se fijó en que abrió un poco sus labios como si quisiera decir algo pese a la distancia.

— ¡Taehyung! Ten al menos la decencia de escucharme cuando te hablo —le recriminó su hermano muy enfadado.

— ¿Me han expulsado? —Dijo sin más sin apartar la vista de ella.

— No, gracias a mi increíble poder de persuasión.

El chico se sintió ligeramente decepcionado, no le hubiera importado que le expulsasen varios días y tomárselos de relax.
Jungkook seguía con su charla pero su hermano no le escuchaba. Solo contemplaba conteniendo la rabia todo lo que le era posible para no volver a por Matt, que sonreía con chulería situándose junto a Astrid. Sabía lo que había hecho, sabía por qué se había abalanzado a pegarlo y se estaba aprovechando de eso. Lo estaba provocando.

— ¡Taehyung! ¿Quieres hacerme caso? —Gritó su hermano exasperado.

El castaño puso los ojos en blanco y salió del instituto a toda prisa. Si se quedaba ahí terminaría cediendo a las provocaciones de Matt y entonces si que estaría en problemas.

Jungkook le agarró del brazo para pararlo en mitad de la calle. Taehyung se zafó de su agarre con brusquedad. Pero su hermano, para sorpresa de Taehyung, se atrevió a encararlo.

— Déjame en paz Jungkook —intentaba contenerse para no volcar su ira contra su hermano— estoy cabreado.

— ¿Pero sabes qué pasa? Que me tienen harto tus cabreos. No eres más que un niñato enfadado con el mundo, pero lamento decirte que el mundo no tiene la culpa de tus estúpidos berrinches. —Sonrió sarcásticamente— Intentas hacerme sentir mal porque no confío en ti pero no te molestas en darme motivos por los que confiar. Cuando realmente pienso que puedes cambiar vas y haces cosas así y me doy cuenta de que hay cosas que quizá nunca cambien.

Taehyung estaba petrificado. Casi nunca había visto a su hermano en tal estado de nervios y gritándole de esa manera. Encarándolo. Pese a que era mayor que Taehyung nunca se había atrevido a plantarle cara pues el pequeño era muy violento todo lo contrario a Jungkook y y eso le intimidaba.

— Mi paciencia está llegando a su fin Taehyung. Y ya no sé que más hacer para ayudarte. —Susurró con la voz quebrada. Sus ojos brillaban amenazantes con arrojar lágrimas— Ya no sé si quiero ayudarte.

Y se marchó dejándole allí solo.

.....

— ¡Pero no tiene ningún sentido! —Rugía Ruth— ¿Por qué querría pegarte mi Taehyung?

Astrid casi se atraganta al oírla decir "mi" Taehyung. ¿Desde cuándo era suyo? Porque hasta donde ella sabía él le había dejado muy claro que no quería nada con ella.

- Y obviamente no lo hizo por defender a esta -señaló con desdén a Astrid. Como si lo más lógico fuera que nadie pudiera defenderla cuando la trataban mal.

- No le des más vueltas hermanita. Claro que no lo hizo por defenderla, pero él y yo no nos llevamos bien y simplemente vio la oportunidad de atacarme y la aprovechó.

- Es tan sexy cuando pelea -dijo risueña.

- Te recuerdo que ha sido a mi a quien ha pegado.

- Ya, pero tú eres fuerte. Seguro que no te ha hecho daño.

Desde luego la estupidez de Ruth superaba los límites de la comprensión humana. Astrid se mantuvo en silencio toda la comida, pese a los continuos ataques que sus primos le brindaban ya que según ambos toda la culpa había sido de ella.

No fucking limits.Where stories live. Discover now