Cualquiera que pasara por la calle pensaría que Taehyung era un acosador. Llevaba media hora detrás de un árbol frente a la casa de Astrid mirando hacia su ventana. Estaba cerrada impidiéndole la entrada y tampoco podía (o más bien no quería) entrar por otra ventana. No se arriesgaría a toparse con Matt o peor aún, Ruth.
Se planteó marcharse varias veces, pero siempre decidía esperar unos minutos más. El milagro tardó en llegar, pero ocurrió.
Astrid abrió su ventana y se apoyó en ella mientras miraba con añoranza a las estrellas. La observó en silencio, esperando. En determinado momento la chica se apartó de la ventana pero no la cerró. Ahí fue cuando Taehyung vio su oportunidad para colarse.Astrid se giró sobresaltada por un ruido en su ventana, pero justo cuando estaba a punto de acercarse a ella para investigar Taehyung apareció por ésta colándose en su habitación... otra vez.
Sin darse cuenta dejó escapar un ligero suspiro cuando vio que esta vez Taehyung no estaba cubierto de heridas o con la ropa desgarrada, eso la tranquilizó.
— Así que es por ahí por donde entras.
— Si. Confiaba en que no estuvieras aquí para mantenerlo en secreto, pero me ha salido mal el plan.
— Eso ni si quiera era un plan.
Se encogió de hombros.
— Lo que me ha dado pena es que no me hayas recibido en toalla.
Las mejillas de Astrid ardieron al recordar aquella vergonzosa escena. Quiso golpear a Taehyung aunque solo fuera para que no viese como se había sonrojado.
— ¿A qué has venido?
Él volvió a encogerse de hombros indicándole que no tenía ni idea. Genial. Otra noche que iba solo por aburrimiento o cualquier otro siniestro motivo que se negaba a decir. Pasó de él y se hizo una coleta mientras se sentaba en mitad de la cama con las piernas cruzadas y cogía un libro que descansaba junto a sus piernas. Al los pocos segundos el chico se sentó a su lado en el borde de la cama tranquilamente, como si no acabara de allanar su casa por segunda vez.
— ¿Qué haces? —Preguntó con curiosidad.
Sonrió sarcástica.
— Se llama estudiar. Aunque supongo que no estarás muy familiarizado con esa palabra.
Lo dijo con un tono de humor que nunca supo que tenía pero la sonrisa se le borró de golpe al ver como el muchacho la miraba de forma reprobatoria. Se sintió muy cohibida bajo su expresión de molestia y quiso retirar lo que acababa de decir.
Taehyung sintió como se le encogía el estómago al verla bajar la cabeza intimidada y evitar su mirada. La culpa había sido suya y solo suya. Si algo sabía con certeza era que podía llegar a ser muy intimidante sin decir ni una palabra. Y llevaba demasiado tiempo acostumbrado a poner mala cara cada vez que alguien le hablaba de forma sarcástica. No soportaba que se burlaran de él. Sabía que Astrid no lo había dicho con ninguna maldad o para picarle, pero había sido sarcástica con uno de sus peores temas, los estudios. Y en consecuencia le puso cara de enfado de forma instintiva.— Bueno, digamos que nunca he sido muy de letras.
Le puso la cara más amigable que pudo para suavizar la situación. Lo último que quería era hacerla sentir mal o asustarla.
— ¿Por qué has venido? —Preguntó con voz temblorosa— ¿Por qué viniste las otras veces?
Taehyung se rascó la cabeza a la vez que cerraba un ojo. Hablar no era su punto fuerte, nunca sabía escoger bien qué palabras debía decir y siempre terminaba metiendo la pata.
— No lo sé.
Se dejó caer sobre el cómodo colchón quedando cara a cara con el techo.
— Últimamente me he sentido atraído hacia ti como una polilla hacia la luz.
Un escalofrío recorrió su columna vertebral ante aquellas palabras. Por su cabeza pasó la posibilidad de ser una broma de mal gusto, pero no podía ignorar el hecho de que habían sido las palabras más sinceras que jamás había escuchado dirigidas hacia ella.
— Cuando pegaste a Matt en la cafetería... —dejó la frase a medias, de pronto se vio incapaz de terminar la pregunta.
— Sí —respondió intuyendo lo que iba a preguntarle—. Sí, le pegué por defenderte. —Puso sus brazos bajo su cabeza para acomodarse. Astrid seguía sin mirarle— Bueno, también me cae mal, así que fueron ambas razones.
Permanecieron callados. Reflexionando sobre lo que el chico acababa de decir, o mas bien, confesar. No eran palabras fáciles de asimilar para Astrid. Cualquiera que la oyera pensaría que estaba loca, pero realmente eran cosas difíciles de creer cuando llevabas tanto tiempo recibiendo solo desprecio de la gente.
— ¿Por qué permites que te traten así? Todos esos insultos y menosprecios como si fueras un ser inferior.
— Yo no lo permito... simplemente pasa.
— Venga Astrid, eso díselo a quien se lo trague. Siempre aprietas los puños cuando te hablan mal. Me he fijado. Parece como si trataras de contenerte para no pegarles.
Lo miró con cara de sorpresa. Le parecía increíble que se hubiese dado cuenta de ese detalle que al parecer pasaba desapercibido para el resto del mundo.
— Estoy seguro de que dentro de ti hay una Astrid fuerte y capaz de hacer frente a todos esos imbéciles que se muere por salir al exterior. —Volvió a incorporarse en la cama quedando ambos a la misma altura— ¿Por qué no la dejas salir?
— Es complicado —desvió la mirada.
— ¿O eres tú la que lo hace complicado?
Esta vez fue Astrid quien adoptó la ley del silencio. Él no tenía idea de nada. De absolutamente nada.
— ¿Quién era el chico que estaba contigo en el instituto el día de la pelea?
Taehyung puso los ojos en blanco.
— Mi hermano.
— No se le veía muy contento.
El castaño hizo un gesto torcido.
— No nos llevamos muy bien.
— ¿Es por él por lo que no querías volver a casa el día que te presentaste aquí hecho un asco?
— Mas o menos... es complicado.
Su respuesta era ambigua, no quería dar más detalles del mismo modo que ella tampoco lo había hecho. Tal vez aún no estaban preparados para confiar el uno en el otro.
— Estoy cansada.
— ¿Es una indirecta para echarme?
Puso una sonrisa torcida y la miró de lado.
— Mas bien te estoy invitando elegantemente a que te vayas.
La respuesta del chico fue volver a tumbarse en la cama y mirarla desafiante. Quería ver cómo reaccionaba. ¿Sería capaz de echarlo? ¿O le dejaría quedarse solo por no tener que enfrentarlo?
— Taehyung... hoy no estoy de humor.
— Ni yo. Quiero dormir aquí. Tu colchón es muy cómodo.
— Lo digo en serio, vete por favor.
Pero él solo se acomodó más en la cama.
— No me obligues a echarte.
— Uy, me encantaría ver eso.
Astrid se levantó decidida de la cama y cogió al chico de un tobillo y tiró de él para sacarle a la fuerza de la cama. El muchacho la miró sorprendido y divertido a la vez al no esperarse que hiciera eso. Para p lo poco que abultaba tenía más fuerza de la que se había imaginado.
Se dejó arrastrar casi sin oponer resistencia hasta que estuvo en el borde de la cama. Entonces con un movimiento felino la cogió de las muñecas y la tiró en la cama inmovilizándola con su cuerpo.

YOU ARE READING
No fucking limits.
RandomY entonces te haces una pregunta... ¿Para qué vivo? Sin metas, sin sueños, sin vida. Tan solo con la única esperanza de salir de ese agujero infesto en el que se encontraba estancada desde hacía años. Hasta que aparece alguien que te ofrece una vi...