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Morderse las uñas era algo que siempre había odiado, desde pequeña. Lo veía algo absurdo cuando tener las uñas largas era totalmente útil. Sin embargo ya había perdido la cuenta de cuántas uñas llevaba mordidas. La espera se estaba haciendo más que eterna en ese pasillo frío y vacío. Nada más detener la pelea habían arrastrado a Taehyung y a Matt al despacho del director y no tuvo oportunidad de cruzar apenas dos palabras con él.

La puerta se abrió y Astrid se levantó rápidamente de la silla en la que estaba. Se mantuvo a una distancia prudencial del despacho observando en silencio cómo salían varias personas de él. Los primeros en salir fueron Matt y Ruth, quienes avanzaron hacia ella. Detrás de ellos salieron Taehyung y su hermano, Jungkook. Matt le agarró la barbilla a la chica y la miró con superioridad, lo que provocó que Taehyung emitiera un grave gruñido, pero se contuvo las ganas de abalanzarse hacia él y terminar lo que había empezado al verle seguir su camino lejos de su novia.

Astrid quiso correr a sus brazos y no soltarle, pero ahí seguía su hermano, de pie y con una mirada bastante molesta. Y después de su último encuentro en el que la echó de su casa no se atrevió a acercarse. Al parecer el chico estaba en las mismas, quería ir con Astrid, pero tenía que enfrentar a su hermano... o igual no. Porque el chico, después de mirarles a ambos se giró y se dispuso a marcharse.

- Jungkook -le reclamó su hermano-. ¿Donde vas?

- A casa -respondió girándose hacia él.

- ¿No me... vas a decir nada? -Le miró fijamente.

- Ve con ella -con la cabeza a Astrid-. Ya hablaremos más tarde.

.....

Después de coger todas sus cosas y salir a toda prisa del instituto la guió hasta su moto y ella se subió sin rechistar. Ni siquiera intentó probar suerte en conducir otra vez, no era momento para juegos. Él estaba enfadado y ella solo quería abrazarlo hasta quedarse dormidos.

En cuestión de minutos estaban frente al edificio que ya reconocía tan bien, el Búnker. Se bajó bruscamente de la moto y la tomó de la mano introduciéndola dentro prácticamente arrastras. Casi no le dio tiempo a ver quienes de sus amigos estaban allí, pues él solo soltó una mala contestación sin dejar de caminar a toda prisa hasta su habitación. Tiró sus mochilas de mala manera a un rincón del cuarto. Sin mediar media palabra, cogió su pequeña y delicada cara entre sus manos y atacó con sus labios su boca en un gesto de absoluta necesidad y desesperación. Ese beso transmitía toda la preocupación que Taehyung podía albergar hacia Astrid, haciéndole ver cuánto le importaba su bienestar. Poco a poco el beso se ralentizó hasta separarse del todo, pero quedando absolutamente cerca.

- ¿Estas bien? -pregunta con la respiración entrecortada.

Él no respondió. Tan solo negó efusivamente con la cabeza. Aún eran visibles los estragos de la pelea sobre su cuerpo. Astrid subió lentamente una mano hasta llegar a su cara. Notó cómo se estremeció ante su contacto, tuvo el impulso de alejar su mano como antes hubiera hecho, pero no, la mantuvo ahí. Le acarició suavemente la mejilla y él cerró los ojos dejando escapar un ligero suspiro ante la tierna caricia.

- ¿Qué ha pasado? -Se atrevió a preguntar.

- Me han expulsado tres días.

Asiente, le agradece la información, pero sabe que no es eso lo que le ha preguntado. Solo intenta evadir la pregunta el máximo tiempo posible.

- Lo que dijiste de Matt, lo de la fiesta...

Pero la corta con otro beso, temiendo que termine esa frase. No queria que nada relacionado con su odioso primo Matt saliese de sus suaves y puros labios.

- Cuéntamelo -pide ella-. Necesito saberlo.

Pero él volvió a negar repetidas veces con la cabeza y los ojos cerrados. Estaba visiblemente tenso, sus brazos se cernían sobre ella aprisionándola con fuerza contra su cuerpo. Pero notaba como sus puños estaban cerrados tratando de canalizar su ira.

- Escúchame -murmuró abriendo los ojos-. A partir de ahora vivirás aquí.

- ¿Qué? -preguntó aturdida- ¿Por qué?

- Porque si.

- No puedo hacer eso así como así.

- Pues lo vas a hacer. Astrid, no te estoy preguntando o pidiendo permiso.

Su voz mostraba un grado de autoridad con el que no le había hablado hasta el momento.

- ¿Por qué? -exigió saber.

- No pienso permitir que vivas bajo el mismo techo que ese tipo -claramente se refería a Matt.

- Taehyung -susurró con voz tranquila-, ¿qué ha pasado?

Se separó bruscamente de ella, se alejó hasta la pared, donde se apoyó con ambas manos y trató de controlar su respiración. Aún estaba altamente alterado y no quería que su enfado pasara a mayores. Pero cada vez que recordaba el desafortunado encuentro que había tenido con Matt la ira se apoderaba de su cuerpo.

- Él... lo recuerda. Recuerda lo que te hizo en la fiesta. -Dijo con una voz increíblemente lenta y pausada.

- Pero, él me dijo que no recordaba nada. Él dijo...

- ¡Te mintió! Nos engañó a todos. Lo ha recordado todo este tiempo.

Estampó un puño contra la pared provocando un sonoro ruido. Astrid se acercó de inmediato y tomó el puño enrojecido entre sus manos.

- No vuelvas a hacer eso. Te vas a hacer daño.-le regañó. Pero él hizo caso omiso.

- Si tan solo hubieras escuchado las cosas que me dijo... y cómo las dijo. Debería volver y asegurarme de que ese bastardo no vuelve a levantarse.

Su voz estaba cargada de angustia y resentimiento. En su interior había una lucha interna por no salir corriendo para rematar a ese idiota y asegurarse así de que Astrid no corriese ningún peligro. Y si no lo había hecho era por ella, porque sabía que ella reprobaría que lo hiciese. Era demasiado buena como para dejar que le diese su merecido a Matt, por muy estúpido que fuera.
Pero ella no había escuchado lo que él. No la había mirado a la cara con una sonrisa orgullosa de oreja a oreja mientras decía cuanto había disfrutado al tocar a Astrid en su cama, quitándole la ropa contra su voluntad, dejándola semidesnuda y expuesta ante él. Era asquerosamente repulsivo tan solo ver la cara de satisfacción que ponía mientras lo relataba.
Negó con la cabeza, no podía permitir que viviese bajo el mismo techo que semejante persona.

- Di lo que quieras, pero tú a esa casa no vuelves.

- Pero estoy bajo la custodia de mi tía hasta que sea mayor de edad.

- Ella ahora no esta en casa, ¿no?-ella negó- Pues ya está. No tiene por que decir nada si no se entera.

- Estoy deseando tener dieciocho años para ser libre. Solo un mes más.

- Pero no voy a dejarte expuesta durante un mes entero. Escucha -entrelazó sus manos-, no te prohíbo que vayas a casa, pero siempre y cuando esté yo contigo.

- ¿Tan poco confías?

- No confío en absoluto en ese tío.

Al cabo de un rato bastante largo, y unos besos de más, Taehyung se relajó y desistió su idea de salir corriendo a por Matt. Astrid bajó para pedirle a Jin un botiquín para curarle las heridas a su novio.



No fucking limits.Where stories live. Discover now