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Pararon en la puerta de la cafetería. Astrid ya duchada y con ropa limpia había ido a trabajar, bueno mas bien la había llevado Taehyung en su moto. Después de una muy breve charla con Jin, quien le pareció encantador a Astrid, Tae le hizo un recorrido turístico por todo el Bunker. Luego la dejó darse una ducha y le prestó ropa de Patrice que tenía en su habitación.

- ¿Te quedas a tomar algo?

- Me encantaría, pero ya has oído antes a mamá Jin. Necesita un hombre fuerte para hacer las chapuzas de la casa -Eso último lo dijo alzando su brazo pretendiendo sacar músculo.

Ambos rieron y Taehyung miró a través de la gran ventana del local. Frunció el ceño.

- ¿Qué hace ahí Namjoon?

Astrid miró hacia donde él lo hacía y vio a su amigo rubio en la barra hablando animadamente con Sofía.

- Ni idea -se encogió de hombros ella-. Pero suele venir bastante a menudo él solo.

- ¿Ah, si?

Entrecerró los ojos sin dejar de mirar a su amigo meditando algo. Cogió a Astrid de la muñeca y la guió dentro del recinto hasta la barra.

- ¡Astrid, hola! Y compañía -saludó Sofía mirando a Taehyung.

- Hola Sofia -Astrid le devolvió la sonrisa.

- Hola Sofía -saludó con cautela- y ¿Namjoon? ¿Qué haces aquí?

- Solo he pasado a tomarme algo. -Pero esa respuesta no le sirvió al castaño- ¿Qué pasa? ¿Acaso no puedo? Es un sitio público.

- Yo no he dicho nada -levantó las manos en señal de paz-. Anda vamos que mamá Jin nos necesita.

Namjoon sacó la cartera para pagar su consumición y mientras Taehyung aprovechó para despedirse de Astrid.

- Te recogeré a la salida.

Ella sabía de sobra que no podía oponerse así que solo asintió con la cabeza.
Se acercó a ella y la besó. Fue un beso rápido, pero un beso al fin y al cabo, y se lo había dado en público cosa que no había hecho hasta entonces. Notó como sus mofletes comenzaban a arder y quiso golpearle, pero éste ya se alejaba con su amigo y con una sonrisa burlona en su estúpida cara.

- ¡¿Qué demonios ha sido eso?! -Chilló Sofía mientras Astrid pasaba hacia dentro de la barra.

- ¡Dios mio que fuerte! ¡Estáis juntos!

Se puso a dar saltitos como una histérica drogada.

- No, en realidad... no.

Cierto era que en cierto modo no eran absolutamente nada. Se habían besado unas cuantas veces y tenían una relación bastante intensa y extraña. Pero no sabría cómo llamar a aquello.

- ¿Pero cómo que no? Si te ha besado.

- Si, bueno... en realidad no es la primera vez que me besa.

- ¿Como? ¿Y aun así no sois nada?

- Eso parece.

- ¡Pero eso no puede ser! Tenéis que aclarar las cosas.

- Quizá, pero no se...

Se metió a la cocina y de ahí hasta la habitación de dentro para ponerse el uniforme. Sofía la siguió sin darle una tregua.

- Claro que si. No seas tonta.

Astrid suspiró exasperada ante la insistencia de Sofía. La quería, pero a veces la mataría.

No fucking limits.Where stories live. Discover now