No llevaba ni cinco minutos levantada y ya estaba estresada a más no poder. Tenían el tiempo justo para llegar al instituto, pero no había tiempo para paradas por lo que Astrid no pudo ir a su casa a cambiarse, ni si quiera a por la mochila, a menos que quisiese llegar tarde al examen que tenía a primera hora.
Taehyung como siempre tan relajado, le pidió algo de ropa a Patrice y esta se la dejó a Astrid encantada. Lo cierto es que Patrice estaba entusiasmada con la idea de tener a Astrid en el grupo, llevaba demasiado tiempo rodeada solo de chicos y a veces añoraba una amiga con la que poder hablar tranquilamente.
Cuando salió de la habitación y bajó las escaleras lista para marcharse, se dio cuenta de que se había vuelto a poner la sudadera de Taehyung por inercia. Así que se la quitó y la dejó en el respaldo de una silla. Taehyung gruñó descontento, cogió la sudadera de la silla y se la volvió a poner sin preguntar.
- No te la quites -más que una sugerencia fue una orden-. Te queda mejor que a mi.
- Pero si me está gigante por todas partes.
- Lo se. Por eso. Estás adorable.
Astrid se sonrojó e intentó apartarse de su lado, pero él la cogió y le dio un beso en la mejilla haciendo la mayor presión posible.
.....
El día en el instituto no fue gran cosa. El examen estuvo fácil, al menos para Astrid, y en cuanto a Tae, bueno... al menos se presentó.
En las clases seguían manteniendo sus distancias habituales, juntos pero separados. Salvo por las miradas llenas de palabras que se brindaban ante los estudiantes, ajenos a todo aquello.
Sin embargo no todos estaban tan distraídos, algunas personas eran demasiado avispadas y se percataron de un pequeño detalle.- ¿Vosotras qué pensais? -decía Ruth.
- Está claro.
- Estoy segura de que es la suya.- Insistían sus amigas.
- ¿No me estaré volviendo loca por el rechazo de Taehyung? -se lamentaba Ruth.
- Pues mira -señaló una de sus amigas- Allí está Astrid. ¿Por qué no vas a confirmarlo?
Ruth la miró. Estaba metiendo varios libros en la taquilla. No se lo pensó dos veces antes de comenzar a caminar con la cabeza muy alta en su dirección. Sus pasos eran molestamente sonoros. Astrid ya había cerrado su taquilla y se disponía a caminar por el pasillo, pero Ruth fue más rápida y la interceptó antes de que pudiera dar tres pasos.
Astrid miró a su prima con recelo, no se podía esperar nada bueno de ella si era la que la había buscado primero. Y su cara de molestia se lo confirmó. Aquello no tenía buena pinta, con lo bien que le había ido el día hasta entonces.
- Tú -la señaló con el dedo índice-. ¿De dónde has sacado esa sudadera?
Sus ojos se abrieron de golpe. ¿A qué venía esa pregunta? ¿Acaso se había percatado de que era de Tae?
- ¿Q-ué?-Atinó a responder.
- ¡Es de Taehyung! ¿Verdad?
Si. En efecto, se había dado cuenta. Pero, ¿cómo...? Realmente Ruth la estaba comenzando a asustar. No le cabía en la cabeza cómo podía reconocer su sudadera. ¿Y si le espiaba? ¿Y si tenía anotados todas las prendas de ropa que tenía él? Aquello le parecía siniestro con tan solo pensarlo. Pero ahora no tenía tiempo para pensar en esas tonterías. Tenía que conseguir escabullirse de Ruth, lo cual no sería nada fácil.
- ¿Qué?
Estupendo Astrid, se dijo a sí misma, así conseguirás que se vaya seguro.

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No fucking limits.
AcakY entonces te haces una pregunta... ¿Para qué vivo? Sin metas, sin sueños, sin vida. Tan solo con la única esperanza de salir de ese agujero infesto en el que se encontraba estancada desde hacía años. Hasta que aparece alguien que te ofrece una vi...